lunes, 24 de agosto de 2020

No me acuerdo




Hay un libro titulado "Me acuerdo" (I remember) de Joe Brainard (luego Georges Perec lo imitó en Je me souviens) en el que el autor encadena todos sus "me acuerdo" para trazar el mapa de su vida: "Me acuerdo del día que murió Marilyn Monroe", "Me acuerdo de lo bien que puede saber un vaso de agua después de un tazón de helado", "Me acuerdo de ponerme bronceador y de que justo entonces el sol se vaya", "Me acuerdo de un día muy caluroso de verano en el que se me ocurrió poner cubitos de hielo en el acuario y se murieron todos los peces", "Me acuerdo de ponerme mi mejor ropa para ir a comprar ropa nueva", "Me acuerdo de decir "gracias" en ocasiones que no lo requieren", "Me acuerdo de cuando en el instituto tenía la costumbre de ponerme un calcetín en los calzoncillos"...

Si yo fuera a escribir un libro sobre mi vida basado en mi memoria, estaría más bien lleno de "no me acuerdo".  Mi hermano me mandó hace poco una foto borrosa en blanco y negro (imagen inicial) del año 68 en las Fiestas del Cristo de Tacoronte, dice. En ella estamos mi hermano, yo, mi primo Mingo, Tito Guanche que en ese momento salía con mi hermana, mi cuñada Rosaura (que todavía no lo era),  mi hermana medio escondida detrás y su amiga Pine. No me acuerdo en absoluto de esa foto, de quién nos la hizo, no me acuerdo de haber ido en mi vida a las Fiestas del Cristo de Tacoronte, no me acuerdo de estar allí entonces. Yo tenía 20 años y empezaba ese curso 4º de carrera ¿No debería estar en Madrid ya en septiembre? Y, como estos, hay miles de momentos de los que no me acuerdo.

No me acuerdo de la primera vez que vine a esta casa blanca, cuadrada y de puertas y ventanas azules en la que escribo ahora frente al mar.

No me acuerdo del segundo beso que di al amor de mi vida (aunque sí recuerdo el primero).

No me acuerdo de muchos lugares que he visitado ¿Cómo se llamaba aquel pueblito francés en el que siempre nos perdíamos?

No me acuerdo de la mayoría de cosas que aprendí en mi carrera y que olvidé con la misma rapidez.

No me acuerdo de muchos alumnos de los cientos que tuve, a los que quise y que luego perdieron sus rostros en la nebulosa de mi memoria.

No me acuerdo de lo que hablé en mi primera clase. Ni en la última.

No me acuerdo de la mayoría (¿un 90%?) de mis días de colegio.

No me acuerdo de los momentos clave: cuando aprendí a andar, a hablar y a escuchar.

Pero sí me acuerdo de cuando aprendí a leer y a escribir a los 3 años. Me acuerdo de la voz de mi madre, de la dulce mirada de mi padre, de las peleas que me echaba mi abuela, de los primeros (y siguientes) pasos de mis hijos , de la complicidad que siempre he tenido con mis hermanos y primos, de muchas risas con mis amigos, de algunas maravillas que he visto en los viajes, de otro montón de alumnos con los que nos reconocemos, de los libros amados, de la letra de algunas canciones y poemas...

Al final, si vuelvo la vista atrás hacia lo que ha sido la historia de mi vida, encuentro islotes de luz hechos de fotos y recuerdos que sobreviven en un océano de oscuridad y "nomeacuerdos".

44 comentarios:

  1. Juancho Aguiar Clavijo24 de agosto de 2020, 12:54

    Yo tampoco me acuerdo, Isabel, de lo que prometí no olvidar jamás. Y me acuerdo, desgraciadamente, de lo que me propuse olvidar para siempre.

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    1. El problema, Juancho, es que somos unos mandados. Ni de nuestros recuerdos somos los amos. Todavía no se sabe a ciencia cierta como funciona, ignoramos por qué de repente y sin querer nos asaltan recuerdos perdidos o por qué, por más esfuerzos que hagamos, no nos viene el nombre de un vivero de flores que acabamos de visitar (me pasó hoy). Acuérdate de Proust y de cómo una simple magdalena lo transportó a los veranos de su infancia "sin noción de lo que lo causaba". Lo siento pero así es la cosa. Si te consuela, somos muchos a los que les pasa lo mismo.

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  2. Como siempre, encantadora.

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    1. Gracias, Elvira, tú sí que eres encantadora, animándome con mis rollitos semanales. Como dice mi nieto el de 5 años, "si no fuera por estos ratitos..." (a alguien se lo habrá oído).
      Un besote.

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  3. Asi has podido releer el señor de Los anillos Una y otra ves.

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    1. Sí, cada vez que repaso un libro que me ha gustado (y lo hago muchas veces) encuentro algo nuevo en lo que antes no había reparado: poesía escondida entre líneas, humor e ironía en un pasaje, mucha filosofía... Releer un libro nunca es una pérdida de tiempo. Yo vuelvo a disfrutar, a reír. a llorar donde antes lo hice.

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    2. Te Tomo la palabra ya que me cuesta mucho leer. Y por cierto esa ves, fue el teclado. Keyboard issues.
      Un saludo

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    3. Lee solo cosas que te apasionen, no empieces con tochos (como "El señor de los anillos") sino con algo ligero y disfruta.

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  4. Me encanta, creo que a todos nos pasa eso, cuando ablo con mi hermana que vive en Cadiz, me abla de gente de nuestro pueblo, me insiste que tengo que acordarme pero yo no recuerdo, al final le digo: ah sí, ya me acuerdo, jajaja.

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    1. Cuando empecé a reunirme con mis amigas del colegio después de muchos años de perderles la pista, nos pasó algo así. Cada una recordaba de algo que nos había pasado una cosa distinta que las demás no recordaban. Al final decidimos que el pasado es como una colcha de pachtwork o como un puzzle, en el que cada uno aporta su pequeña visión y, una vez unidas las visiones parciales, el pasado se completa y se nos hace más cercano.
      Vete incorporando a tus recuerdos los de tu hermana y verás surgir un pueblo más entero.

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  5. Francisco Guerra de Paz24 de agosto de 2020, 18:03

    Tengo memoria selectiva, gracias a ella he podido olvidar para seguir adelante, pero no me olvido de ti y del paseo por la calzada vieja que conduce al charco azul.
    Me gustó.

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    1. Ni yo de ti, Francisco, el niño de ojos vivos que miraba el mundo con curiosidad infinita. Cuando al cabo de los años nos volvimos a encontrar, nos reconocimos enseguida. Me acordé de ti.
      Un beso.

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  6. Justo el otro día en una extendida conversación con mi hija medio reproche me dice: Mamá! Te acuerdas de lo que quieres!" Y le contesté: Si! Igual que tú, hija. Tú también recuerdas "lo que quieres" ¡¡Nos hubiera venido bien tu lectura!!
    Y con mi ex, teníamos recuerdos tan dispares de un mismo viaje que un día le llegué a preguntar, ¿Estás seguro qué fuimos juntos?

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    1. Sí, como dice Francisco, la memoria es selectiva y caprichosa. A mí me encanta reunirnos después de un viaje con quienes me acompañaron porque me lo hacen más completo. Cada uno se fijó o le llamó más la atención un aspecto u otro.
      Pero luego, los recuerdos tiene sus propias leyes y a veces ni siquiera reconocemos los propios. Hace tiempo revolviendo entre papeles encontré un examen mío de 5º de carrera y sentí el "extrañamiento". Sí, era mi letra, pero ¿de verdad yo escribí aquello? ¿Yo sabía todo eso que afirmaba con rotundidad?

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    2. Isabel, tienes toda la razón! a mi me pasa que me encuentro en los expedientes informes míos después de años y tampoco los reconozco. Los leo y digo, qué bueno este informe a ver quién lo firmó, y fui yo!!! jajajajajajaj... me los envío al futuro!

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    3. Una vez leí la frase "El pasado me envió una postal". Recibimos continuamente mensajes del pasado a este futuro que es ahora nuestro presente. Y esos mensajes son nuestra historia. A guardarlos porque nos ayudan a ser.

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  7. Yo sí me acuerdo. Me acuerdo de que el día 20 de agosto hace 54 años viniste a mi boda, tengo la foto y no has cambiado mucho. Viniste con mi amiga Nuri con un calor tremendo, igual que este 20 de agosto. Sí me acuerdo de tu amistad, de todas las cosas del colegio, de tantos años que estuvimos sin vernos y después las comidas en tu casa. aquella visita que fui después de tantos años que las encontré a todas igual, con las mismas voces. Qué alegría fue aquello. Ahora que todo el mundo habla de cosas tristes yo valoro tanto a mis amigas y lo que escribes... Tengo la suerte de acordarme sobre todo de lo bueno y no de lo malo. No me acuerdo de las personas que me han hecho daño pero sí de la época preciosa del colegio. Y ahora las tengo a ustedes que siguen siendo mis niñas del colegio (aunque mis nietas se rían).

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    1. Yo también me acuerdo, Nievitas, de aquel caluroso día de agosto de hace 54 años. Me acuerdo de verte guapísima vestida de novia y con una sonrisa de oreja a oreja. Recuerdo la ceremonia y el banquete pero no lo que comimos, ni lo que yo llevaba puesto, ni a mucha gente de la que estaba allí. Sí que recuerdo bien a Pedro, tan guapo, y a tu madre y a tu hermana. Se queda lo esencial.
      Estamos pasando una época triste. Ahora mismo acabo de leer el periódico de hoy y de lo que se habla sobre todo es de miedo, incertidumbre e hipótesis tremebundas. Recordar que la vida sigue también con sus cosas buenas, con el amor, la amistad, la solidaridad... es también una forma de conjurar el desastre. Ánimo y sigue así de positiva, con la misma sonrisa y con la misma voz joven y decidida con la que te conocí y con la que dijiste el "sí, quiero" aquel lejano día de hace 54 años.

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  8. Néstor Hernández López24 de agosto de 2020, 18:33

    Precioso. Del pasado solo existe aquello que perdura en la memoria.
    Un abrazo.

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    1. Me alegro de que te haya gustado, Néstor. Tú, que rebuscas con arte en el pasado, sabes que este se basa en la memoria personal y colectiva. Y las dos se enriquecen una a la otra.
      Un abrazo.

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  9. Lali Gil Rodríguez24 de agosto de 2020, 18:34

    Yo tampoco recuerdo muchísimas de las cosas que " debería" acordarme pero...jejeje si te recuerdo a tí, a Rosaurita y Tili en esos lejanos años.
    Como siempre un escrito genial.

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    1. Gracias, Lali. Sabes que yo también te recuerdo con la misma cara de niña que tienes ahora (pero sin lazos), en los años de La Laguna y de Bajamar. Me parece un milagro poder conservar las amistades de la niñez y ver que la cercanía, la complicidad y el cariño perduran desde aquellos lejanos años.
      Un abrazo grande.

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  10. Bueno,aquí voy de nuevo,después que se me borrará el comentario a tu escrito del "no me acuerdo".
    Decía algo así como que cuando leo algún trozo largo de cualquier articulo, a veces al terminarlo quiero recordar algo específico y "no me acuerdo". Quiero pensar que es por despiste o falta de verdadera atención,porque no quiero buscar la causa en el amigo "aleman". Algo más te decía en mi primer comentario,pero ya "no me acuerdo". Un beso grande.

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    1. Con los artículos me pasa lo mismo, Ligia, y mira si habré leído artículos de filosofía y opinión a lo largo de mi vida. Hasta tal punto me despisto y me olvido que, para reternerlos, subrayo, hago mapas y resúmenes y archivo los más interesantes. Creo que por ahora no es "el amigo alemán" (dicen que si uno se da cuenta, no hay peligro, uffff).
      Un besote.

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  11. Somos nuestra memoria, y cada vez que olvidamos algo, perdemos algo de nosotros, pero, afortunadamente, no tenemos que recordar todo para seguir siendo nosotros, pues eso nos volvería locos. Recordamos lo significativo, lo distinto (por eso es tan enriquecedor viajar).... y lo que se olvida... pues debe ser la higiene mental quien se encarga de ello, no nuestra conciencia. Un saludo cordial, NO ME OLVIDO

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    1. Cuentan que los dioses, cuando Pandora dejó escapar todos los males por el mundo, nos compensaron regalándonos la esperanza y la capacidad de olvidar ¿Te imaginas que recordáramos todo, todo, todo, como aquel personaje de Borges, Funes el Memorioso? Quita, quita. Como dices, sería una locura y es mucho más sano seleccionar y ser según esa selección. Somos lo que somos porque fuimos.

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  12. Hola Jane. Los "me acuerdo" y los "no me acuerdo" son traicioneros y a veces tramposos.
    Muchos de mis "me acuerdo" no los viví en primera persona, pero como he oído hablar tantas veces de ellos, los habré interiorizado y ahora son mis "me acuerdo"...De todas formas los que más me duelen son los "no me acuerdo" y que debería recordar porque seguramente fueron intensos y formaron parte de mi vida....También es cierto que en muchas ocasiones paso página y pongo en el baúl de los recuerdos aquello que prefiero olvidar...y se me olvidan.
    Un beso Jane. Feliz resto de verano. Juan

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    1. Eso también pasa. Oliver Sacks en un artículo que publicó antes de morir ("Habla, memoria") cuenta que hablando con su hermano le dijo que se acordaba perfectamente de una bomba que explotó cerca de su casa en Londres durante los ataques nazis. Pero su hermano le dijo que, cuando eso pasó, lo habían mandado al campo por su seguridad y que sí, que era una historia que siempre se contaba en la familia pero que él no la había vivido. Sacks concluía que no importa si los recuerdos eran verdaderos o falsos porque los dos cimentan nuestra personalidad y condicionan igualmente nuestros actos.
      Y es bueno también saber olvidar, la verdad. Así que dile adiós a los "no me acuerdo" y recréate en los recuerdos felices que son los que merecen la pena.
      Feliz fin del verano. Un beso, Juan.

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  13. Me siento muy identificada con lo que cuentas. Me consoló mucho leer hace poco a Rosa Montero decir que tiene memoria de mosquito, a pesar de ser escritora. Debe de ser difícil escribir si no se tienen recuerdos de los que echar mano.
    Yo me acuerdo de bastantes cosas de mi infancia, pero desearía acordarme de muchas más. Recuerdo el olor de los libros nuevos al empezar cada curso, y el de los últimos días de junio, que olían a sol y a vacaciones. Recuerdo que cada vez que pasábamos por el pueblo de "Matarrubia" mi padre me hacía rabiar y yo me escondía en la parte de abajo del coche, ante las risas de mis hermanos. Recuerdo los abrazos de mis abuelos y los platos de mis abuelas, que eran su manera de abrazarnos. Recuerdo miles de canciones porque se las he oído cantar a mi madre toda la vida, y a veces me maravillo de haber aprendido tantas letras distintas de esa manera, sin darme cuenta.
    Recuerdo muchas expresiones de mis hijos cuando eran chiquitos, y frases que me decían, pero por si acaso las apunté en un cuaderno, no se me fueran a olvidar. Y como no me acuerdo de la mayoría de los libros y de las películas, tengo la ventaja de poder releer y ver mis favoritos con frecuencia.

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    1. Me encantan tus "me acuerdos". La música es de los recuerdos que más perduran. Cuando mi madrina era muy viejita y ya casi ni nos reconocía, cantaba afinadísima y sin equivocarse ni una palabra "A la orilla de un palmar" o "Lo divino".
      Yo reseño todos los libros que leo para no olvidarme, y llevo una agenda que es casi un diario. Eduardo Galeano decía: "Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias". Sigue guardando todas esas historias en tu interior. Son un tesoro.
      Un abrazo, Alicia.

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  14. Charo Borges Velázquez25 de agosto de 2020, 19:16

    Alguien me dijo, hace mucho tiempo, que lo que recordamos, sea lo que sea y cuando haya sido, es lo que nos resulta más significativo y creo que los "meacuerdo" que Jane nos cuenta hoy han debido serlo, mucho, para ella... y por eso no los olvida.

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    1. Pues igual sí, Chari, aunque si uno empieza a repasar su vida, hay recuerdos memorables y significativos y otros que son una bobada (¿Por qué me acuerdo, por ejemplo, que Cae se ponía a hablar de la rana en clase de Ciencias cuando se acercaba la monja para hacerla pensar que estábamos dando una clase normal?) O ¿por qué me acuerdo de declinar el artículo griego pero no de conjugar el verbo "eimí"? No, la memoria es más complicada de lo que suponemos.

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  15. Yo no me acuerdo de cuántas lecturas tuyas he podido disfrutar, pero si recuerdo que en cada una de ellas, he podido reflexionar y preguntarme cosas, he aprendido y he sonreído porque de todas y cada una, he hallado un pequeño tesoro vital adornado con sabias palabras.

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    1. Ya me emocionaste, Cande. Creo que hacer un blog es una manera de conjurar lo que Borges llamaba "el olvido que seremos". Soy muy consciente de que nuestro paso por la vida no es importante a nivel individual, pero contar con amigas como tú, dialogar, aportar ideas, compartir... hace que este camino sea por lo menos entretenido.
      Gracias por tanto, Cande.

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  16. Mari Carmen González Zamorano28 de agosto de 2020, 20:09

    Isa yo tengo la capacidad de no acordarme de las cosas malas que me hayan pasado en mi vida, es como que automáticamente las borro.
    Y lo bueno solo me acuerdo lo que me ha impactado.

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    1. Suerte que tienes, Mari Carmen. Yo hay boberías que me acuerdo y cosas importantes que he olvidado.

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    1. Sí, menos mal ¿Te imaginas todos los recuerdos en tropel haciéndose sitio en la memoria? ¡Socorro! No, la naturaleza es sabia y dispone que tengamos un número limitado de recuerdos.

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  18. Ana Darias de Lorenzo-Cáceres1 de septiembre de 2020, 15:52

    Isabel, me ha encantado. Me siento identificada en muchos de tus "no me acuerdo" y otros tantos más.
    A veces, cuando veo fotos antiguas, me vienen flashes que me traen el recuerdo de algo. Por eso soy de muchas fotos y videos en la actualidad.
    Sobre los libros y películas me da bastante coraje no recordarlas, pero es imposible, es como si casi nunca hubiera leído un libro o hubiera visto alguna.
    Mi hijo mayor estaba la semana pasada con esas dudas existenciales, ya le ha ocurrido en varias ocasiones a lo largo de sus cortos años y nos ponemos a ver vídeos, a recordar una y otra vez cómo nació, cuándo aprendió a caminar y el por qué no se acuerda de llenarme la pared de espaguetis con tomate. "Mi cerebro funciona, mamá, debería recordarlo". Todavía no le he contado, cuando estuvimos viendo unas fotos del 2014, que yo no recordaba muchas de ellas.
    En fin, la mente, mucho por descubrir.

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    1. Anoche mismo, Ana, estuve viendo la película "El hombre que mató a Liberty Wallance". La había visto de joven, tal vez hace 50 años y solo recordaba el final. A mí no me da coraje, sino que me alegra porque es otra vez descubrir algo que me dio placer ver.
      Es la memoria selectiva haciendo de las suyas. La información es tanta y muchas veces tan innecesaria que el cerebro no puede con todo. Dile a tu hijo que eso en el fondo es una bendición. :-D

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  19. Clara Delgado Martín1 de septiembre de 2020, 15:53

    Es verdad Isa, también en mi vida hay un montón de no me acuerdos y a veces, cuando intento compartir con alguien un recuerdo común, parece hasta q hemos estado en circunstancias distintas, mi recuerdo no es el de la otra persona, aún habiendo compartido sitio y momento, debe ser por aquello de q todo es según del color del cristal con que se mira. De todas formas, precioso relato y como siempre, un placer leerte, amiga

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    1. Afortunadamente no somos ordenadores. Lo que almacenamos depende de la percepción, la repetición de información y la atención que pongamos. E incluso de nuestra formación y expectativas. O de la intensidad con que hayamos vivido una experiencia. Eso explicaría por qué experiencias comunes son a veces tan distintas. Pienso que es una suerte y es algo que enriquece nuestra vida. Por eso me gusta tanto una reunión en que se compartan recuerdos de un viaje común, por ejemplo. Se amplían los horizontes.
      Gracias, amiga, un beso.

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  20. Conchy Torregrosa García1 de septiembre de 2020, 15:54

    Creo que solo recuerdo los momentos felices. Si me ha molestado algo mi memoria lo aparta, es capaz de seleccionar gracias a Dios.

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    1. ¡Qué alegría encontrarte por aquí, Conchy! creo que no nos vemos desde los tiempos del colegio. Sin embargo, me acuerdo (de esto sí) de tu carita de entonces.
      Es una suerte poder borrar de la memoria recuerdos molestos, no siempre se consigue. Si una persona es capaz de dejar de pensar en algo desagradable y se propone no estar todo el día rumiando sobre ello, puede olvidarse y ser más feliz. El tiempo todo lo cura.
      Un abrazo, Conchy, me he alegrado mucho de tu visita virtual.

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