lunes, 17 de agosto de 2020

Organizados y caóticos




Yo estoy convencida de que la civilización tal como la conocemos empezó cuando una mujer (seguro que fue ella), allá en su caverna prehistórica, decidió que ya estaba bien de aprenderse las cosas de memoria y de usar los dedos para saber las tareas pendientes y empezó a hacer listas con ellas:
Quitar telarañas de la cueva
Ordenar por tamaños los huesos de mamuts
Tirar a la basura las pinturas sobrantes de la última vez que el niño pintó machanguitos en las paredes...
Fue en ese momento sublime cuanto todo se organizó y empezó la cultura, todo orden y comprensión.

Sí, ya sé que hay gente que vive en un caos acogedor y cariñoso: pilas de libros en el suelo (¡y sin orden alfabético!), ropas de verano rebujadas con las de invierno, gavetas en las que pueden convivir un salchichón y una cafetera... Incluso en un libro que leí hace poco ("Intimidad improvisada" de Máximo Huerta), el autor cuenta que a él denle un buen caos, que el orden le recuerda a los guerreros chinos de Xian y le da repelús. Y tampoco es eso. Yo, que soy de las organizadas, tengo mi mesa de trabajo con un saludable desorden. Pero pienso que si no fuera por nosotros, los hacedores de listas, el mundo no funcionaría.

Yo hago listas desde siempre. Listas de la compra, claro; pero también listas de lo que voy a decir a mi hija cuando hablo con ella cada día:
¿Llamaste al oculista?
Terminé un libro que te va a gustar
Te llevo aguacates mañana
Se me estropeó el IPad ¿qué hago?...
O listas de cosas bonitas que pasan cada semana:
Lunes: atardecer precioso
Martes: Compré cerezas riquísimas en la Frutería
Miércoles: Hablé con mi amiga X después de tiempo inmemorial ...
O listas de libros que leo cada mes. O listas con los casi 600 artículos que tengo publicados en este Blog. O listas de menús que hago cada vez que invito a alguien. O de regalos que hago y me hacen cada día de reyes...

En un libro precioso que acabo de terminar -"El infinito en un junco" de Irene Vallejo- y que es una historia del libro desde sus orígenes, nos dice que la escritura nació precisamente como un ejercicio de contabilidad y por eso en la literatura, que es un reflejo del mundo, siempre se hace inventario: la lista de naves griegas de "La Iliada", los 10 mandamientos de la Biblia, las cosas de cada habitación que Perec enumera en "La vida instrucciones de uso", o las 164 listas que la escritora japonesa del siglo X, Sei Shonagon, nos cuenta en su "Libro de la Almohada" bajo títulos tan sugerentes como "Cosas que aceleran los latidos del corazón", "Cosas que deben ser breves", "Cosas que pierden al ser pintadas" o "Personas que parecen satisfechas de sí mismas".

En las novelas policiacas hay siempre un momento en que el investigador hace una lista: de sospechosos, de indicios, de resultados. Y en las de Harry Potter, su mundo se empieza a ordenar cuando lo admiten en el Colegio Hogwarts y lo primero que hacen es darle una lista de todo lo que necesita (en la imagen final):
Tres túnicas sencillas de trabajo (negras)
Un sombrero puntiagudo
Un par de guantes protectores (piel de dragón o semejante)
Una varita
Un caldero (peltre, medida 2)...

Vivimos entre listas. Cada fin de año se nos invita a hacerlas: de propósitos de año nuevo o de los libros (o películas o viajes o eventos o discos) que más nos han gustado. Es el deseo de seleccionar ("Las mil ochenta recetas de cocina" de Simone Ortega, por ejemplo. ¿Por qué esas y no otras?), pero también de ordenarnos la mente y la vida. Irene Vallejo en el libro mencionado dice que las mejores listas son "las que acarician los detalles y la singularidad del mundo, impidiendo que perdamos de vista aquello que es valioso". También para mí, la maniática de las listas, son parte de mi autobiografía y, aunque rompo y tiro la mayoría una vez cumplido su fin, son la llave frente al caos para organizar mi mundo.





16 comentarios:

  1. Domingo García Verano17 de agosto de 2020, 23:15

    Curiosamente una lista es pura matemática: un número, una cantidad, un orden, .....

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    1. Si, Mingo, como dijo Galileo, "la naturaleza está escrita en lenguaje matemático" y hasta que no empezamos a descifrar ese lenguaje fue la gran desconocida. Y pasar del lenguaje digital (el de los dedos) al escrito fue uno de esos grandes pasos en el camino hacia el conocimiento. La escritura nació para poder contar mejor las cabras o las ánforas de vino que se tenían. Las necesidades marcan el camino.
      Aun cuando las listas que se hacen siguen siendo, incluso hoy, de números dotados de una cierta "magia": 3, 7, 9, 10.

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  2. Carmen María Duque Hernández17 de agosto de 2020, 23:16

    Gracias, mi niña, salud para todos

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    1. Gracias a ti, Carmelita. Y hasta para tener salud hay que hacer listas: de medicinas, de horas de visita al médico, de ejercicios... Estamos predestinados. :-D

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  3. Pues así de pronto y sin hacer lista,me vienen a la cabeza que es un tema muy amplio.
    Para empezar siempre que digo a mi marido voy hacer la lista me pregunta¿_Y la tonta??
    Desde que eres pequeño haces listas ,de los niños que van a venir al cumple ,o a la Comunión. Luego la lista de La Boda. Hay una etapa de los niños,los uniformes, los libros...
    Cuando trabajaba,pues llamar al asesor, pedir mercancía, ir al banco, hacer llamadas.
    Todo eso quedó atrás.
    Ahora las citas médicas ,los medicamentos.
    Me he pasado la vida haciendo listas pero cada etapa la suya
    Ya hasta para bailar miraban una lista .

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    1. Es verdad lo de cada época lleva sus propias listas. Cuando daba clases, eran un montón. Ahora en la jubilación las sigue habiendo pero mucho menos, gracias a dios. Sigo haciendo listas de llamadas y, gracias a eso, repaso cumpleaños y hablo con amigos que hace tiempo que no veo. Aprovecho mientras camino por las mañanas para hacerlo acompañada.
      Eso sí, desde siempre, llevo una agenda para no despistarme. Y en el bolso una libretita para apuntar una tarea, un nombre, una idea...
      Después dicen que tengo memoria ¡ja!

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  4. Mari Carmen González Zamorano17 de agosto de 2020, 23:18

    Isa, mi madre siempre decía que la memoria para el potaje; para lo demás apuntado o hacer una lista. Y eso es lo que hago siempre.

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    1. Yo ni para el potaje, Mari Carmen. Hasta el gazpacho de melón que lo hago a cada rato porque es el que más le gusta a mi marido, lo repaso cada vez que lo hago, no sea que se me olvide algo.

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  5. Qué puedo yo decir de las listas, si siempre hay una en mi nevera con las cosas del super que se van acabando. Si viajo hago otra para no olvidar nada a la vuelta y así como tú dices, tenemos la llave para organizar nuestro día a día y ayudar también a nuestra memoria. Imagínate si soy de listas que además hago una todos los años de aquellos que recuerdan mi cumpleaños, para dar las gracias a cada uno de ellos. Creo que estoy en el otro extremo del caos por exageradamente listera, jajajaja.

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    1. Ahí estoy contigo, Cande. Todas esas también las hago yo. Aunque en el otro extremo del caos, estar no estoy. Porque mi casa está ordenada (las especias y los libros están por orden alfabético), pero, como dije, hay también un saludable desorden.

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  6. Charo Borges Velázquez17 de agosto de 2020, 23:20

    Con el corazón en la mano ¿quién no ha hecho una lista?.
    Si lo hay, que lo cuente aquí o que calle para siempre...
    Jane lo ha hecho y se pasa un buen rato, leyendo las suyas.

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    1. Es verdad, Chari, es un impulso genético de esos que nos aseguran la supervivencia.
      Gracias por tu presentación del post y por animar a leerlo. Te tengo en la lista de amigas crack :-D

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  7. Yo también hago la lista de la compra ,lo que tengo que traer para el veraneo y lo que me tengo que llevar después...Pero claro, si hago la lista y luego no la leo me pasa cómo ahora que tenia que tomar un comprimido el 15.
    Y anoche me acordé que no me lo había tomado.

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    1. Ese es el problema, Luchi, que luego no miremos las listas para nada. Yo a veces hasta las repito en agenda y papelitos y así y todo...

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  8. Mi madre no hacía listas para nada, todo en la cabeza. ¡¡¡Bendita memoria la suya!!!
    Yo para todo, música,libros,recetas,compras, fechas, etc...
    ¿Nos comerá la memoria?

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    1. A mi madre le pasaba lo mismo. Nunca la vi hacer un plato mirando la receta como hago yo. ¿Cómo de madres tan memorionas nacimos hijas como nosotras? Se la quedaron toda. Debo haber salido a mi padre al que siempre vi haciendo listas de todo en cuadernitos cuadriculados que él mismo se hacía. En fin...

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