lunes, 10 de enero de 2022

No es justo



Querido Alvarito Bosch:

He leído en El Mundo Today -periódico del que no tengo por qué dudar- que has tenido la valentía, a tus 12 años,  de escribir a Amnistía Internacional para quejarte y denunciar que tus padres te han castigado sin videoconsola, que "eres víctima de todo tipo de vulneramientos de los Derechos Humanos, en conciso de los míos" y que te sientes convertido "en carne de camión de todo tipo de injusticias" y que no es justo, que en tu caso hay infantilismo, entendido en un nuevo sentido, igual que racismo pero contra los niños. Di que sí, Alvarito, así se habla, lo de menos es la redacción y lo de más las legítimas reclamaciones.

Ya sé que tus padres dicen que no estudias y les hablas mal -un trasto, vaya- pero, a pesar de todo, ¡ay! ¡cómo te comprendo! "No es justo" es la frase más repetida en todas las infancias. La dije yo de niña, la decían mis hijos y la oigo a mis nietos, cada vez que que no les dan lo que quieren, o no les hacen caso, o los castigan como a ti. Yo nunca conseguí, por ejemplo, que me regalaran la casa de muñecas que quería, igual que una que salía en el libro de "Antoñita la Fantástica", con sus mesillas de noche, sus mecedoras, sus armarios con luna, sus baños, sus balcones, su aparador con cristalitos verdes... Y mira que Piluca, mi amiga, tenía una preciosa, pero ¿me la regalaron alguna vez a mí? ¡No! Y eso no era justo.

Una piensa que, cuando crecemos, habrá más justicia, pero tampoco... Fíjate que estos Reyes pedí una silla para la playa porque a mi edad es muy poco digno eso de ponerse a cuatro patas en la arena si quieres levantarte. Pues tampoco. Sí, me trajeron una muy fina ella, con su almohadilla y todo para la cabeza, pero pesa un montón y yo quería una de esas livianitas de toda la vida con su sillín de plástico de colores, igual que una que tiene mi amiga Angelita. ¡No es justo!

Así que Alvarito, hijo, los ojos y oídos de todos los desengañados del mundo están puestos en ti, a ver si te hacen caso. Es verdad que en la noticia que leí había una respuesta de Amnistía Internacional que decía así: Estamos ocupándonos de varios temas de Derechos Humanos: la crisis sanitaria, la violencia contra las mujeres, las personas refugiadas, los derechos LGBTI, el comercio ilegítimo de armas o la pena de muerte y la tortura, pero en cuanto solucionemos estos asuntos, revisaremos tu caso e intentaremos hablar con tu padre. 

No sé tú, pero a mí esta respuesta me parece que no es para brincar de alegría, le veo como un algo irónico, un no sé qué. Pero no desesperes. Ahora que hemos pasado los Reyes, y que tantas cartas se han extraviado por el camino y que las chorradas que mucha gente pidió no respondían a la realidad, son miles los que te acompañan en ese grito que resuena, el mismo de tu niñez y la mía: ¡No es justo!

Ya me contarás.

14 comentarios:

  1. Qué gracioso el niño. Me he reído porque hoy en día los niños no son como éramos antaño. Exigen porque hay una Ley de Derechos de la Infancia, pero ¿y los deberes?. De eso no se habla, que va!. Yo recuerdo un día de Reyes que había pedido una muñeca. Me dejaron un montón de cosas: una gabardina, unas botas de agua,un estuche de piel con una pluma estilográfica, ropa...pero la muñeca, no aparecía. Yo rompí a llorar. Mis padres preocupados, me preguntaron si no me habían gustado los regalos. Yo dije; yo pedí una muñeca y no me la han traído. Mi padre miraba a mi madre y mi madre a mi padre extrañados. De repente, mi padre me dice: mira, aquí sobre el armario hay un paquete. Yo emocionada lo abrí y allí estaba mi muñeca. Se habían olvidado de ponerla. Di saltos de alegría.

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    1. Yo creo, Ani, que el mejor regalo de reyes que teníamos en la infancia era esa historia de la que formábamos parte, en la que tres reyes misteriosos venidos de lejanos países (¿Por dónde quedará Oriente?) nos visitaban por la noche, cuando dormíamos, y nos dejaban regalos sobre el zapato (u olvidados sobre el armario). Era saber que todo se explicaba por la magia, que esa noche el mundo no seguía las leyes normales. Nunca se me ha olvidado la emoción de la noche de Reyes. Todavía la siento hoy, con 73 años.

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  2. Mira por donde... yo me voy a quejar de que mis hijos no cierran la tapa del retrete cuando lo usan. ¿Me pondrán a la cola?

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    1. Jajaja, Mandi ¿te imaginas que AI fuera un tribunal vertedero de todos los conflictos, problemas y majaderías de la humanidad? Problemas con padres, hijos, amigos, vecinos... hala, a que lo resuelvan ellos que para eso están. Yo también me lo voy a pensar y denuncio que mi marido me dice que apague la luz cuando estoy leyendo por la noche (va contra los derechos humanos ¿no?).

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  3. Charo Borges Velázquez10 de enero de 2022, 15:31

    No es justo... pero en este mundo traidor, nada es justo o injusto. Todo es del color del cristal conque se mire ese objeto, esa acción, ese comportamiento.
    Pobre chico, si ha de esperar por Amnistía, para que sus padres le hagan caso. No creo que vayan a solucionar sus cuitas, Jane.

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    1. Bueno, Chari, pensemos que la justicia existe de algún modo, y que la conciencia de que hay unos derechos humanos universales se ha ido haciendo más evidente a lo largo de la historia. Ese es el camino de la justicia y pienso que a estas alturas, a pesar de los pesares, nadie considera que es un valor relativo y se sabe claramente cuando un acto es injusto.
      Y no, me pega que Alvarito se va a quedar sin videoconcola :-D

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  4. Inés Parejo Sabina10 de enero de 2022, 15:32

    Maravilloso!!!! Me lo he pasado genial leyéndote, iniciativa al niño no le falta, un beso

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    1. Los niños actuales están muy leídos y escribidos, Inés. A mí mis nietos de 6 y 8 años me dan lecciones todos los días. Y no te digo los mayores, que, cada vez que me van a explicar algo de informática, me miran con pena y condescendencia. No nos queda nada.
      Un beso.

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  5. ¡Como siempre, Isa! ¡Una delicia leerte!¡Y NO ES COBAAAA! jajajaja

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    1. Gracias, Elvira, otra delicia tenerte ahí. Y ya sé que no es coba, jajaja.

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  6. Carmen María Duque Hernández10 de enero de 2022, 15:34

    Muchas gracias, besitos.

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  7. Tantas cosas que no son justas!!. En la niñez creímos que al crecer conoceríamos la justicia. Qué bonita es la inocencia!!!
    Me he reído hoy con tu post. Gracias por este momento.

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    1. Si empezamos a hacer una lista, Carmen, no terminamos. No hay lectura diaria de periódicos sin su cuota de injusticias. Y de las gordas, no de las de Alvarito. Aunque también es verdad que, si comparamos con siglos anteriores, vamos menguando en las injusticias. Seamos optimistas.
      Un beso.

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