lunes, 9 de mayo de 2022

Dos cartas de amor



Hubo un tiempo en que uno se sentaba, pensaba, escribía una carta a mano y, después, buscaba sobre y sello y se iba al buzón más cercano, con la confianza de que sería leída, no importaba si en una semana o en un mes. Hubo un tiempo en que se invertía esfuerzo en escribir cartas porque sabíamos que lo que escribíamos perduraría. Hubo un tiempo en que, si la carta era de amor, se ponía el corazón en ella porque estábamos convencidos de que se conocía más a una persona por ella que por dos horas de conversación.

Les pongo el ejemplo de dos cartas de amor. La primera la leí hace poco y está escrita (a máquina y en horas de oficina) por una tal Baudilita al padre de una amiga mía. La carta la encontró entre sus papeles y está escrita años antes de que yo naciera, así que espero no ser indiscreta revelando su contenido, ya que Baudilita debe andar ahora por los 100 años y pico, y no creo que, si vive aún, se reconozca en las inflamadas palabras que le dedica a su queridísimo amorcito mío, como comienza la carta.

En el primer párrafo le dice que no ha podido dormir porque con tu marcha me quedé amonadada (tal cual), y que sin su cariño no tendría otro remedio que consagrarme a estar en el claustro divino y vivir solamente para purgar mi vida víctima de horrores pasados. La vamos conociendo: o te quedas conmigo o me meto a monja. Qué intensa.

En el segundo párrafo le reprocha que no le haya escrito y ¿crees que no tengo bastante con las torturas y calamidades en esta vida llena de espinas y ambrojas? (Ni idea de qué son las ambrojas esas). Y sigue diciéndole que un tal Jilverto (escrito así) quiere hablar con su madre porque ya terminó 7º de Bachillerato y quiere hacerse ingeniero y ya me dirás, amor de mi existencia y entretelas, si le entrego mi corazón a Jilverto o no. Segundo aviso: hay otro Plan B.

En el tercer párrafo se pone poética hablando de una noche cubierta de estrellas que compartieron y que ofrecía a los enamorados el placer de gozar del amor puro, cristalino y verdadero, pero que una mano cruel y misteriosa me hacía señas para que no te amara. Tercer aviso, ¡ay, esas manos crueles y misteriosas...!

En el cuarto párrafo, te suplico por el todopoderoso que no me abandones, yo me sacrificaré, robaré y mendigaré si preciso fuere solo por poseer una fibra de tu inmenso corazón. ¡Ay, señor!

En el quinto párrafo se define (por si él tiene dudas, digo yo): Ya sabes que soy alta, morena y hermosa, en mis ojos negros parecidos a dos aceitunas, hay siempre un brillo de tentación (...) y puedo decirte sin escrúpulos que siento un placer muy femenino, ya que incendio el corazón de los hombres y me gusta manejarlos como fantoches de un rebaño o de marionetas, y que se muevan al antojo de mis caprichos... Pues vaya, me da que ahora el "amorcito suyo" terminó de conocerla.

Al final dice que no sigue escribiendo porque está en la oficina y se despide diciendo que queda incolume, triste, pensativa y meditabunda quien tanto te quiere, tu Baudilita.

¿Qué les parece? ¿No es verdad que la acabamos conociendo todos?

Veamos, sin embargo esta otra carta, una de mis preferidas en la literatura: la que escribe el capitán Frederick Wentworth a Anne Elliot en "Persuasión" de Jane Austen:

... Le ofrezco mi ser otra vez con el corazón más rendido que cuando casi lo destrozó hace ocho años y medio. No diga que el hombre olvida antes que la mujer, que su amor muere más pronto. Puedo haber sido injusto, he sido rencoroso y débil; pero jamás inconstante. Solo usted es el motivo de que yo haya venido a Bath. Solo por usted pienso y hago proyectos. ¿Acaso no lo ve? ¿No ha comprendido mis deseos? No habría esperado siquiera estos diez días de haber sabido cuáles eran sus sentimientos, como creo que debe usted de haber adivinado los míos (..) ¡Dulce y angelical criatura! Veo que nos hace justicia. Crea que existe la constancia y el amor verdadero entre los hombres. Crea que son muy fervientes, muy constantes en F.W.

Hay cartas de amor y cartas de amor y hay algunas que merecen conservarse y otras que no. 

Anne Elliot y el capitán Wentworth se comprometieron menos de una hora después de que ella leyó la carta. En la vida real Baudilita no se casó con el padre de mi amiga. Ignoramos si lo hizo con Jilverto o se metió a monja o siguió "amonadada".



18 comentarios:

  1. Charo Borges Velázquez9 de mayo de 2022, 15:13

    No sabes, Jane, cuánto me he reído con la lectura de esta carta, tan peculiar y contradictoria en algunos momentos. Baudilita me recordó a la cantante mejicana, Paquita, la del barrio, en sus arrebatos, despreciativos y justicieros, contra los hombres. En otra época y con otro estilo, pero en el fondo, lo mismo...

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    1. A mí no me la recuerda porque a esta la veo menos agresiva, más suplicante, más mosquita muerta. Paquita la del Barrio va con la verdad por delante (me acuerdo de la desgarrada "Rata de dos patas") y esta todo es "cuánto te quiero", pero con avisos y amenazas. Si no me haces caso, me caso con "Jilverto", o me meto a monja, o escucho la mano amenazadora, o me quedo "amonadada". Una intensa, ya te digo.

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  2. Inés Parejo Sabina9 de mayo de 2022, 15:13

    Maravilloso!!! Me encanta, gracias mi niña, tus escritos siempre me alegran el día 😘😘

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    1. Gracias, Inés. La verdad es que la carta no tiene desperdicio y a mí también me alegró el día.
      Un abrazo.

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  3. Antonio Hernández Hdez9 de mayo de 2022, 15:14

    Una de estas noches de desvelo estuve escuchando una interpretación del Cartero de Neruda. Me recordó unos tiempos en que me sentaba a escribirle las cartas a algunos soldados. También recuerdo que, al mismo tiempo, en las campañas de alfabetización del ejercito, si no dejaban de ser analfabetos, te chantajeaban conque si no les firmabas la capacidad de leer y escribir tenías que pagarle tu la prolongación de la estancia en el cuartel..

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    1. Me recordaste el poema de Campoamor que empieza diciendo "Escribidme una carta, señor cura...". Allí se ve la imposibilidad de que alguien pueda transmitir todo lo que tenemos en el pensamiento. Así la joven del poema termina apesadumbrada con su "¡Quién supiera escribir!" para decirle a su amado todo lo que siente. La escritura es un regalo.
      Y el libro de Antonio Skármeta, "El cartero de Neruda", una joyita de novela.

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  4. Adela de la Torre9 de mayo de 2022, 16:51

    Hola!
    Sabes que conservo una carta que mi padre le escribió a mi madre por los años 60, y al final le pone “ te quiero” en código morse!
    Me imagino a mi madre buscando quien le descrifrara el enigma… que en aquellos años no había Google

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    1. Me imagino a tu madre, Ade. Él quería hacerla rabiar, seguro. O por si alguien le leía la carta. Yo recuerdo ponerle un "te quiero" a un noviete en un lenguaje inventado por mis amigas y yo, pero lo descifró enseguida y me contestó en el mismo lenguaje. Es verdad que tenía 14 años y leíamos novelas de espías y de aventuras.

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  5. Hola Jane, gracias por ofrecernos estas cartas, yo particularmente me quedo con la de Baudilita, que más que una carta de amor, parecía una carta como muy tentadora y pasional. Me la imagino como una tentación de mujer, me refiero a una mujer con encanto. Me hizo mucha gracia lo de los avisos, creo que la pillaste al vuelo.
    En cuanto a lo de “amonadada”, ¿podría tratarse de un error y lo que quiso decir era anonadada?
    Y en cuanto a lo de ambrojas (ambrojos), he podido leer, de que viene del fruto del abrojo, que está lleno de puntas picudas y que cuando cae al suelo y se seca tiene peligro de picarte si lo pisas.

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    1. Sería muy tentadora y pasional pero yo soy el chico y salgo pitado en sentido contrario. Eso de que maneja a los hombres como marionetas o rebaños y que ellos se mueven al antojo de sus caprichos, hasta miedo me dio.
      Y sí, "amonadada" y "ambrojas", pienso que son errores y que quiso decir "anonadada" y "abrojos". Lo que no sé explicar muy bien es eso de que queda incólume (no pone un acento en toda la carta pero yo se lo pongo), que significa que no ha sufrido daños, y que no pega después de todo lo dicho. Me recordó a mi hijo que de pequeño decía "¡Qué escándalo! ¡Qué baptisterio!", sin saber qué decía y solo porque le parecía una palabra culta.

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  6. Por cierto ahora el 20 de Mayo es su santo.

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    1. Realmente no se llamaba Baudilita (aunque el nombre era muy parecido). Le puse ese nombre para salvaguardar más su anonimato.

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  7. A pesar de conocer ,más o menos, el contenido de la carta ,me he reído muchísimo con los golpes de Baudilita.
    Después de leerla, creo que el padre de tu amiga se esfumó.
    Se retrató demasiado pronto!!

    Te has enterado si se quedó con jilverto, o se metió a monja??

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    1. Como le dije al comentarista anterior, por muy ardiente que fuera la tal Baudilita, a mí no me veía el pelo más. Me consta por mi amiga que el chico era bastante guapo y tenía su legión de fans.
      Pa mí, que ni lo uno ni lo otro: se quedó amonadada. :-D

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  8. Jajajajajajaja qué simpática"Baudilita"( para salir corriendo)...Yo también me he quedado "amonadada".

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    1. Para salir corriendo y no parar hasta la isla siguiente (mejor que los mares separen). Y eso que no puse toda la carta para no ser tan prolija como ella. :-D

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  9. Hola, Jane: Como para casarse con esa Baudilita. Qué amenazadora! :S
    Un abrazo.

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