lunes, 24 de julio de 2023

Gracias, San Crisóstomo



Hace poco leí de un personaje de una serie que, en su lecho de muerte, confesaba contrito a todos sus consternados parientes que a él nunca le había gustado El padrino y que, a pesar de que le dijeran que era una obra maestra, "compréndanlo, yo soy más de Esta casa es una ruina". Bueno, pues eso mismo le pasa a mi marido con respecto a la lectura: a él que no le cuenten historias y siempre dice que, más que de La insoportable levedad del ser, él es más de Mortadelo y Filemón. Por eso, todos los días de Reyes en los que siempre regalo libros, sé que a él le caerán, al lado de alguno de climatología o astronomía que le encantan, un ejemplar del último Mortadelo y Filemón, que de paso leemos los demás.

Así que nosotros hemos crecido con los geniales libros de Ibáñez, que es como de la familia. Conocemos perfectamente los entresijos de la "T.I.A." (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) y a sus agentes más famosos: Mortadelo y sus disfraces y Filemón llevándose todas las tortas, siempre con los mismos trajes, levita negra uno y pantalón rojo, camisa blanca y pajarita el otro. Y a los demás personajes: el superintendente y los vehículos cutres que pone a disposición de los agentes (tranvías, patinetes, carritos de la basura, vagonetas, motos que se paran en cuanto pisan un chicle...); el Doctor Bacterio y sus inventos; la políticamente incorrecta Ofelia; los criminales perseguidos, como los 10 del Gang del Chicharrón, que se escapan de la cárcel por 10 agujeros distintos; la lógica de alguno de ellos ("Los gatos no fuman. Si no fuman, es que no tienen para tabaco. Si no tienen ni para tabaco, es que son agentes de la "T.I.A.". Los agentes de la "T.I.A." desayunan pan con mortadela. Mortadela es casi lo mismo que mortadelo. ¡Luego ese gato es Mortadelo! ¡Tengo que deshacerme de él!"). Nos fijábamos en todos los detalles porque en segundo plano, detrás de la acción, aparecían los dibujos más locos: un marciano bajándose de un platillo volante diminuto en una esquina, caracoles o ratones disfrazados de una lado para otro, una guagua anunciando "Detergente Vitriolez", una paloma mensajera cargando con un magnetofón y quejándose de lo dura que es su vida...

Hasta en nuestra familia heredamos frases de ellos, como el "gracias, San Crisóstomo" del título, cuando alguien es rácano o demasiado dadivoso al darte una cosa. La tomamos de una de las historias en la que un mendigo muerto de hambre pedía mirando al cielo: "Si San Crisóstomo me mandara aunque sea un bistec...", y acto seguido le caía desde un avión una vaca entera. El mendigo mira de nuevo hacia arriba y dice, escachado y furioso: "¡Gracias, San Crisóstomo!".

Muchas, muchas risas compartidas nos ha proporcionado Ibáñez a lo largo de la vida. Y ahora ha muerto este 15 de julio a los 87 años, dejándonos sin su eterna sonrisa de vacilón. Su editorial publicó: "Nos deja el enorme legado de su lucidez, sentido del humor y más de 50.000 páginas con personajes memorables que han hecho felices a gran número de lectores".

De todos los memes, artículos, comentarios sobre su muerte, me quedo con el de la imagen inicial, obra de René Merino. Ibáñez entra en el cielo de los genios y sus personajes quieren ir con él, pero los rechazan porque ya son inmortales. Ese es el poder de todo creador, saber que, aunque perezcan, su obra perdura para siempre. Gracias, San Crisóstomo, porque Romeo y Julieta, Don Quijote y Sancho, Mortadelo y Filemón y tantos y tantos personajes seguirán viviendo con nosotros.

Pero ahora, ¿qué voy a regalarle a mi marido de lectura nueva por Reyes?

8 comentarios:

  1. Mortadelo y Filemón estaban bien, pero Rompetechos siempre fue mi favorito. Por suerte los personajes seguirán con nosotras. DEP.
    Un abrazo, Jane

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    1. También Rompetechos era el preferido del propio Ibáñez. A mí también me encanta, tan buena persona y tan temible, sembrando el caos a su alrededor. Qué bueno que podamos seguir gozando con sus historias.
      Un abrazo, Dorotea.

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  2. Charo Borges Velázquez24 de julio de 2023, 18:26

    Aunque no he seguido mucho a lbáñez y sus criaturas, Jane, entiendo perfectamente su inmortalidad, porque él les dio vida eterna.
    Para Toni seguro que vas a poder contar con reediciones que, en fechas navideñas, aparecerán en las librerías. Solo has de estar pendiente...

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    1. Lo comentaba hace poco con mi hija que, como sabes, es escritora: la independencia de los personajes respecto a su autor y, por supuesto, la permanencia. Ya en "Seis personajes en busca de autor" el escritor Luigi Pirandello filosofaba sobre el tema, atribuyéndoles una vida propia independiente de él.
      Ibáñez solía sacar una obra nueva casi todas las navidades, así que me lo ponía fácil. Ahora ya no lo es tanto. :-D

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  3. Cuánto nos hizo reír Ibáñez.
    Mi tío Ito, se encerraba en el baño con su súper humor y se oían sus carcajadas intermitentes. La rue 13 del percebe, era mi preferida, dónde siempre había una sorpresa en cada negocio o vivienda. El ascensor, la azotea...Allí coincidían todos los personajes y el tema se compartía con ingenio para todos. A mi hija le encantaba Sacarino y Zipi y Zape...Cada viernes un colorin en el estanco, mientras yo rellenaba mi quiniela. Gracias, Ibáñez, por tantos personajes tan parecidos a una sociedad en la que estábamos unidos por lo más sencillo y la imaginación, era nuestra única arma.

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    1. Estos días han publicado la 13 Rue del Percebe vacía sin inquilinos, como una muestra de luto por su creador. Me encantaba. El botones Sacarino fue otra de sus creaciones, seguramente como recuerdo de los días en los que él trabajaba de botones también en el Banco Español de Crédito.
      Vivan la imaginación y la genialidad. Y, como tú, le doy las gracias.

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  4. Cierto que Antonio no podrá leer nuevas aventuras de Mortadelo y Filemón, pero podrá leer cada lunes tu página de blog y disfrutar de tus relatos que nos trasladan a lugares con sus aromas y a tantas cosas

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    1. No creas que lo lee mucho, :-D. Y desde luego no se pueden comparar las vicisitudes de la T.I.A. con las andanzas de este blog. Pero gracias por tus palabras.

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