lunes, 11 de diciembre de 2023

No me busquen allí



Con todo el trajín de estos días prenavideños es muy difícil hasta encontrarnos a nosotros mismos. Pero por si acaso, doy pistas de dónde no me encontrarán y dónde sí.

No me busquen en viernes negros, ni en noches en blanco, ni en domingos colorados. Si es cuestión de colores, mis preferencias van a ambientes verdes y días azules.

No en los grandes centros comerciales. Mis cartas a los Reyes Magos estos días han llegado a las tiendas de mi pueblo y a mercadillos pequeños, donde encontré maravillas artesanales y unas galletas navideñas que pondré en cada plato el día de Navidad.

No en las grandes multitudes de las ciudades en puentes y fines de semana. Mi amiga Dulce me cuenta que en Madrid llegó a una calle en el centro y se tuvo que dar la vuelta porque no pudo pasar. Haría falta un milagro, tipo Mar Rojo, para poder caminar por la calle tranquilamente.

No en las colas que se forman por fuera del Restaurante que hay en El Portezuelo y que a las 4 de la tarde esperan por una mesa para comerse unas costillas con papas.

No me busquen en aglomeraciones,, procesiones, manifestaciones, ni siquiera ya en cabalgatas. Y no soy la única, En una entrevista al Premio Nobel de Literatura de este año, Jon Fosse, protesta de eventos, estrenos y recepciones y habla de quedarse en casa. Salvando las distancias, vamos por el mismo camino.

Búsquenme entre la gente, pero a pequeñas dosis: con mi familia un domingo hablando de todo, con los amigos tomando un vermut a mediodía viendo el mundo pasar, en las cenas de los viernes, en reuniones improvisadas que siempre son las mejores...

En una librería, revolviendo entre libros, leyendo la sinopsis de una novela, emocionándome y sintiendo el hormigueo y el deseo de sumergirme en historias hasta ese momento desconocidas.

En una parrandita con guitarras y ganas de cantar.

En un paseo junto al mar nuestro, respirando aire limpio.

En casa, a la caída de la tarde, poniendo ya estos días la chimenea, mientras leo un buen libro y me tomo un oporto.

Epicuro decía que la felicidad se encuentra en el placer, pero no un placer efímero, un ris ras y ya está, sino un placer duradero y racional, de esos que nutren el alma: una vida sencilla en la que la amistad y los goces intelectuales (la lectura, la música, una buena conversación...) proporcionan la calma y la serenidad.

Creo que, con la edad, me estoy volviendo cada vez más epicúrea.

38 comentarios:

  1. Charo Borges Velázquez11 de diciembre de 2023, 10:11

    Creo, Jane, que desde niñas hemos compartido y coincidido, también, en muchas cosas, aficiones e ideas, pero en esto de que no nos encuentren en determinados sitios y momentos, me da que la sintonía es total y absoluta. Quizá, la única diferencia esté en que digas que te sientes, cada vez más epicúrea, porque yo estoy convencida de que, sin saberlo, soy epicúrea desde el día en que nací...
    Así que a seguir disfrutando con familia y amigos, en ambientes tranquilos y relajados que para masificaciones y prisas, ya hay demasiada gente.

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    1. Afortunadamente hemos coincidido en un montón de sitios: en el colegio, en partidos de baloncesto (salvando las distancias), en la profesión, en la amistad, en las comidas y salidas culturales con las "niñas del colegio", en la jubilación... Así que a seguir haciéndolo, que hasta ahora nos ha ido muy bien.
      P.D. ¿Y a mí que me pareces más estoica que epicúrea? ;-D

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    2. Hola Isa, a mí me horrorizan las bullas. No olvidaré una alarma de fuego, en el Corte Inglés de Sevilla, casi cumplida de mi hijo, por aquellas escaleras mecánicas, que vuelvo a las rebajas cuando están terminando. Besitos

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    3. Bulla + alarma por fuego+ escaleras mecánicas + embarazo casi a término se me antoja un espectáculo dantesco. Como para salir por patas. Quita, quita...

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    4. Es curioso, pero no lo había recordado hasta ahora. Y los Kg. que yo tenía encima...

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  2. Muy bonita la historia y que de verdad tiene yo creo que a más de uno le gustaría disfrutarla como tu

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    1. Disfrutar es un componente de la naturaleza humana. Ojalá no se nos olvide y las risas ganen la batalla a las lágrimas. Un beso, Nati.

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  3. Buenas tardes: no sabes la alegría que me has dado al leer tus lugares " no favoritos y si favoritos", es que coincido en casi todo, (menos en lo de tocar la guitarra). Es que además estaba casi convencida de que con mis ochenta años me estaba volviendo demasiado rara, pero no, me gusta disfrutar de las cosas pequeñas que generalmente están muy cercanas a mi casa y cuando necesito ampliar horizontes, pués, bajo al muelle a dar un buen paseo. Un abrazo.

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    1. Te estaba echando de menos, Rosa María. Bueno, yo tampoco toco la guitarra (por no tocar, ni las castañuelas); pero me encanta pasar un rato con los que sí saben hacerlo y cantar las canciones de siempre que todos nos sabemos. Es un rato de comunión.
      Disfruta esos momentos. Un abrazo.

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  4. Como sabes soy muy novelera. Me encantaba salir en Carnavales y llegué a participar de lleno con un grupo de amigos y familiares. Hoy me conformo con ir a ver algo en el Carnaval de día. Las aglomeraciones trato de evitarlas. Pero no cabe duda que ahora me atrae más participar con mi familia o con grupos de amigas de charlas relajadas y de reuniones alrededor de una buena mesa. Mis placeres los dejo en disfrutar de la vida cotidiana, de algún viaje, en fin de una auténtica vida de jubilada.

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    1. Eso de que algunos comentarios salgan anónimos es una lata. Estoy segura de que sé que eres novelera, pero no te pongo nombre. Y seguro que coincidimos alguna vez en los carnavales de antes. Para mí son un recuerdo divertido que no será ya una realidad. Ahora ni los de día. Es que ni siquiera por la tele me llaman la atención (y eso que los disfruté mucho).
      En todo lo demás, coincidimos.

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  5. Desde luego Isa estoy de acuerdo contigo en donde no me van a encontrar, incluso cuando estás en una reunión a la que tienes que ir con algunas personas y las oyes hablando y piensas y que hago yo aquí, cada día te haces más selectiva, te compro lo de la guitarra y los cantes las reuniones y comiditas en petit comité, en alguna partidita de canasta con las amigas de la laguna y alguna caminata a orilla del mar o por las huertas de la laguna eso es disfrutar y sobre todo con buenas amigas que gracias a dios son muchas y como siempre has acertado con el tema y un placer enorme leerte, gracias amiga te quiero

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    1. Tu post, aunque salga como anónimo por esas cosas raras de internet, te delata, querida Clari. ¿Quién. si no, es cada vez más selectiva, juega a la canasta y me quiere? Yo también te quiero. :-D

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  6. Qué identificada me siento, Jane. El otro día sufrí un ataque de ansiedad en el metro. Sentí tanto pánico que cancelé un par de cosas de Navidad en Madrid. Hay muchos sitios a los que ir y que están menos frecuentados que Madrid en diciembre.
    Un abrazo enorme.

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    1. El metro en Madrid me horrorizaba cuando viví allí hace más de 50 años y me horroriza ahora. Entiendo el ataque de pánico. Y es verdad que hay muchos sitios a dónde ir. Mi pueblo, por ejemplo, en donde el silencio es tan grande que oigo desde mi cama cantar a los pájaros al amanecer.
      Un abrazo igual de grande.

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  7. Estoy contigo, salud y besitos para todos

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    1. Muchas gracias, mucha salud (que falta hace) y muchos besos.

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  8. Pues a veces me gusta navegar entre la multitud, zigzaguear, observar los rostros de la gente en la acera de enfrente de un semáforo, mientras esperamos la luz verde. Pero solo unas pocas veces.
    Me encanta mirar y escuchar al mar, en solitario, aunque muy pocas veces lo puedo hacer, pero tengo grabados sus susurros para momentos de añoranza.
    Y lejos del mar, sentarme en un banco de un parque no muy frecuentado y disfrutar de los silencios.

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    1. He escrito muchas veces en este blog de los silencios. En el 2012 escribí "Flipo con el ruido" del que entresaco dos párrafos:
      "Pero muchas personas, yo entre ellas, perseguimos y buscamos el silencio. El silencio es el espacio en el que nacen las ideas, incluso la música, el más maravilloso de los ruidos (pero no a todas horas, oye). El silencio es el momento de escucharte a ti misma, de comprender por qué haces las cosas, o simplemente de no pensar en nada.
      Y no hablo del silencio total, el que puede haber hallado, qué sé yo, un ermitaño en el más recóndito de los desiertos. Porque a los humanos nos gusta sentir la vida alrededor. Y hay muchos ruidos apacibles, voces de los ecos que decía Machado, que acompañan al silencio, sin romperlo: la lluvia sobre la tierra, la risa de la brisa del río de la canción, las tijeras en la mañana tranquila mientras limpias y podas los geranios, la presencia amortiguada de los que van con nosotros por la vida."
      Creo que coincido en muchas cosas contigo, incluyendo ese zigzaguera entre la multitud a veces.

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  9. Sencillamente genial. ...comparto tu crónica como siempre. Igual que el rato que pasamos el otro día en la cena.

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    1. ¿Ves? Ese es uno de los ratos de los que hablo. Incluso en un libro que he nombrado varias veces ("El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida" de Philip Delerm) lo ponen como uno de esos pequeños placeres (que al final son grandes). Estás tan tranquila en tu casa una tarde y de repente una amiga te llama y te dice que si te apetece ir a pasar un rato a su casa. Unos vinitos, una tortilla de papas, algún montadito... y un rato de charla estupenda con amigos con los que conectas. Un rato estupendo.

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  10. A mi me fastidian las colas desde siempre, hasta en la época en que nos pagaban con un cheque las cuatro perras de un trimestre de turnos de oficios y corríamos al Banco de Santander a cobrarlo en ventanilla.
    Y yo cada día también de ese Epi... que citas, eso, de Epi y Blas.

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    1. Las colas son una cruz que hay que pasar sí o sí. Hasta para hacernos un análisis tuve que hacer el otro día una cola considerable. Menos mal que siempre llevo material para leer.
      Epi y Blas también eran muy filosóficos, no creas.

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  11. Igual yo, las aglomeraciones me agobian, mejor es con tranquilidad ..se disfruta mas. Besos, Isa..

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    1. No se da tanta importancia a la contaminación acústica en la que nos sumergen las aglomeraciones. Y sin embargo es la causante de irritabilidad, insomnio e incluso, angustia. En Suiza, por ejemplo, no puedes ducharte por la noche o no puedes tirar de la cadena a partir de las 11. Al final, el silencio va a ser artículo de lujo.

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  12. Pues a mí que me busquen en la cocina, que allí es donde paso más tiempo estos días. Búsquenme en correos enviando polvorones al extranjero y en mi cuna lagunera observando las luces...Me encontrarán leyendo lecturas cortas como estas que me hacen sonreír y abriendo regalos olvidados porque soy una despistada a la hora de recibir obsequios navideños. Lo importante es que todos encontremos a Jesús en un rinconcito de nuestro corazón.

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    1. Me gustan los lugares en que te podemos buscar, querida Cande, especialmente ese de regalos olvidados. ¡Que´sorpresa más buena! A mí no me pasa casi nunca, pero cuando encuentro algo así, el placer es doble.
      Un abrazo.

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  13. Estoy en la zona vulnerable de la vida y la gente tose con pasión, así que evito tales concentraciones.

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    1. Esa es otra. No basta el ruido continuo que puede dañar el sistema auditivo (¿De dónde habrán sacado que "crear ambiente" es poner ese chundachunda a niveles altísimos?), sino también en tiempos de gripes la agresión de virus y bacterias. Los que somos "factor de riesgo" lo tenemos claro. A cuidarnos.

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  14. América Esperanza León González12 de diciembre de 2023, 17:23

    Conmigo que no cuenten.

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    1. Hay un montón de gente que no va a nada de eso ¿De dónde sale la que sí va?. El día de la Noche en Blanco en La Laguna la Vía de Ronda, por la que tuvimos que pasar, estaba llena de coches a los dos lados de la carretera. No me lo explico.

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  15. Dulce María González Doreste12 de diciembre de 2023, 17:26

    Si me buscan, no me van a encontrar.

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    1. ¡Tampocoooooooooooooooo!
      Búsquenme en una calle de pueblo, a las 12 de la noche, oyendo tus pisadas y el lejano ladrido de un perro.

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    2. Mis pisadas, seguro que no, que no son horas. Pero si quieres silencio y tranquilidad, seguro que ahí los encuentras.

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  16. Yo también me estoy volviendo cada vez más epicúrea

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    1. Me da que sí lo eres, Sira: optimista, amante del arte y de lo bello, con una mirada especial sobre el mundo... Digna de visitar el jardín de Epicuro y de hacerle unas cuantas preguntas.

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  17. ¡Qué sabio era! No he leído mejor razonamiento que su argumento contra el miedo a la muerte. Descubrió pronto que el hombre está dominado por los miedos y se afanó en que los desterrara de su vida como primer paso para llegar a ser feliz.
    Me encanta.

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