lunes, 4 de diciembre de 2023

Antes, clarisa



Esa frase del título me la dijo una compañera de trabajo una vez que otro compañero me soltó en la sala de profesores que, si alguna vez mi marido no me quería, él estaba disponible. Él no era ningún galán precisamente y, ante sus palabras, mi compañera lo miró horrorizada y, volviéndose hacia mí, exclamó esa frase que ha pasado a la historia: "¡¡¡Antes, clarisa!!!". Frase que hemos repetido muchas veces mis amigos y yo cuando nos tenemos que enfrentar a un destino peor que la muerte.

Me acordé de ella cuando hace poco leí que PETA, una organización que fomenta el trato ético con los animales, ha otorgado el premio "Héroe de los animales" a una mujer, Elina Walsh, que encontró una araña cazadora con solo 2 patas y la alimentó y cuidó, como si de su santa madre se tratara, hasta que se recuperó y le volvieron a crecer las 6 patas restantes (que yo no sabía que eran de quita y pon).

Ay, las arañas... Algo deben de tener como reencarnación del mal. Tolkien lo avisa cuando en la parte inferior del mapa inicial de Thror en El hobbit (imagen) señala: "Al Oeste se extiende el Bosque Negro. Allí hay Arañas". Y en el 2º Tomo de El Señor de los Anillos, Frodo y Sam se enfrentan con Ella-Laraña, una criatura enorme, maligna y abominable que vive "para tormento del desdichado mundo".

También J. K. Rowling sitúa en su Harry Potter y la cámara secreta a las arañas -miles de ellas- viviendo en el bosque secreto ("arañas del tamaño de caballos, con ocho ojos y ocho patas negras, peludas y gigantescas") bajo el mando de su reina, Aragog, del tamaño de un elefante pequeño, con una cabeza horrenda y llena de pinzas.

Con razón, mi sobrino Miguel, que las odia, me preguntaba, apesadumbrado, de pequeño: "¿Por qué Dios hizo a las arañas?". Probablemente le contesté: "Habrá tenido un mal día...", porque yo tampoco me lo explico.

Y esta semana, mi ahijado Javi, al que invité a comer (vive en la Rivera Maya en México y estaba pasando unos días aquí), me contó la pelea que tuvo allí con una tarántula negra y peluda hasta que a golpe de zapatazos se la cargó. Seguro que no lo proponen para "Héroe de los animales". Y a mí tampoco.

Entiéndanme, me gustan los animales. Tenemos 200 y pico palomas mensajeras, siempre ha habido perros en casa y en el jardín hay un comedero lleno de alpiste para que los canarios se acerquen a comer. Pero dedicarme pacientemente a alimentar a una araña peluda y descomunal hasta que le crezcan las 6 patas que le permitan corretear por ahí... como que no. Antes, clarisa.

20 comentarios:

  1. Muy interesante.....no conocia el dicho de antes clarisa..ja ja... Besos, Isa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me encanta, sobre todo después de visitar el convento de las claras y verlas allí encerradas. Preferible eso a irse una con un impresentable o ponerse a cuidar arañas peludas y horrorosas. Fue una ocurrencia feliz de mi compañera Ana que hizo historia.
      Besos, Carmita.

      Eliminar
  2. Ejem, eso de que te gustan los animales... Sueles decirles «quita, bicho» cuando te miran con sus ojos adorables.
    También Ende hizo uno de sus personajes maravillosos de La historia interminable con forma de araña: el gran Ygramul, el múltiple.
    Pero hay de todo: ahí tienes a la monísima araña Carlota.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sabía que ibas a salir con esas. Mi gusto por los animales tiene notables excepciones, como ya he contado en alguna de las 759 entradas que he escrito en este blog (ya saben que no tengo secretos con ustedes). Una es mi odio, fobia más bien, a las cucarachas; y la otra es que los gatos no me caen bien y ellos (mi hija tiene 4 pululando por su casa) cuando me ven, para fastidiar, vienen a restregarse contra mi pierna y a hacerme ojitos (para mí hija, adorables, pero yo les veo la mala intención). Nada, que de esta no me van a dar el premio "Héroe de los animales".
      Se me había olvidado Ygramul, el múltiple, pero no, la dulce Carlota. No la puse por no empañar el mal papel de las arañas, que se lo han ganado a pulso.

      Eliminar
    2. Isa, cuando los gatitos se acercan a tí, es porque les gusta, tu hija tiene razón. Respecto a las arañas, que no me gustan nada, un adjunto de zoología de la universidad de Sevilla, dijo que estaba estudiando una, que tenía unos ojos verdes que no tenía que envidiar a ninguna de nosotras. Como vés, hay gusto para todo.

      Eliminar
    3. Tu adjunto de zoología estaba como una cabra, a ver si la araña era una Ava Gardner rediviva. Fíjate lo que dice Tolkien de la mirada de Ella-Laraña: "Ojos de mirada mortal... Dos grandes racimos de ojos multifacéticos... monstruosos y abominables eran aquellos ojos, bestiales y a la vez resueltos y animados por una horrible delectación, clavados en la presa, ya acorralada". Brrrrrrr, se me ponen los pelos como escarpias.

      Eliminar
  3. De mi experiencia vacacional y laboral, de las arañas he aprendido varias cosas: la una, las buenas siestas en la caseta del jardín durante bastantes años:, ellas mantenían a raya a los mosquitos. Desde el punto de vista tecnológico era una referencia para hablar, en clase, de la los hilos que producen, que son más resistentes que la fibra de los chalecos Kevlar (antibalas) y 5 veces más que el mismo grosor en acero. Antes que los pesticidas, las arañas, eran nuestras protectoras de las larvas que arruinaban nuestros frutales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradezco, Antonio, que me muestres aspectos positivos de las arañas. Tienes toda la razón. En la casa de los abuelos de mi marido, cuando fuimos después de tiempo cerrada, estaba llena de arañas (y grandes), pero ni un solo mosquito. Aquellos, como yo, a los que nos pican, debemos darles un tributo de gratitud. Qué menos.
      Y lo de las telarañas también es verdad. Aparte de lo preciosas que lucen en los rosales cuando llueve.
      Al final, hasta me van a gustar y todo. :-D

      Eliminar
  4. Charo Borges Velázquez4 de diciembre de 2023, 22:45

    Creo, Jane, que eres poco original en lo del rechazo a las arañas. Somos muchos los que competimos contigo.
    Me maravilla la habilidad que tienen para tejer y, seguramente, Penélope se inspiró en ellas para engañar a sus pretendientes y lograr que después de 20 años, Ulises, su esposo, regresara de sus batallas en Troya.
    Hábiles, las arañas, y muy hábil, la fiel Penélope.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Más que a Penelópe, debemos recordar el mito de Aracné que cuenta Ovidio en "Las metamorfosis". Aracne era la hija de Idmón de Colofón, un tintorero que teñía la lana con púrpura de Tiro. Era famosa en Hipepa (Lidia), donde tenía su taller, por su extraordinaria habilidad para el tejido y el bordado.
      Las alabanzas que recibía terminaron por subirse a la cabeza de la joven, que acabó tan engreída de su destreza como tejedora que comenzó a afirmar que sus habilidades eran superiores a las de Atenea, la diosa de la sabiduría. La diosa se enfadó, pero dio a la joven Aracne una oportunidad de redimirse. Adoptando la forma de una anciana, advirtió a Aracne que no ofendiese a los dioses. La mortal se burló y propuso un concurso de tejido en el que pudiera demostrar su superioridad. Atenea se quitó el disfraz y el concurso comenzó.
      Atenea hizo un tapiz con los logros de los dioses, pero Aracné bordó las infidelidades y demás trapisondas de ellos. Atenea se enfadó (aunque reconoció que era mejor tejedora) y la transformó en araña.
      El mito ha inspirado a los pintores. Gustavo Doré la ha pintado, por ejemplo, pero su pintura más celebre es la de Velázquez: "Las hilanderas", donde recrea el mito.

      Eliminar
    2. Charo Borges Velázquez5 de diciembre de 2023, 12:00

      Prefiero la humildad, el ingenio, la constancia y la fidelidad de Penélope, que, además, para mí también tiene un nombre bastante más bonito...

      Eliminar
    3. Sí, claro, pero estamos hablando de las arañas, no de nuestras preferencias. Y las arañas son Aracné, la doncella tejedora que se jacta de hacerlo mejor que nadie.
      Y del nombre de Penelópe, es bonito, sí, pero siempre que lo oigo me acuerdo de una consulta en la que la auxiliar salió a llamar a la siguiente paciente y dijo a grito pelado: "¡Doña Pene López!".

      Eliminar
  5. Hasta que llegó Isabel, tu tocaya, y acuñó lo de " Antes muerta que sencilla".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un lema muy vitalista y alegre, sí señor. Pero el de mi compañera es más rotundo y efectivo.

      Eliminar
  6. Me muero con las arañas, creo que son los bichos que me dan más pavor y no sé por qué. El caso es que suelo dejarlas vivir para que se coman todas las moscas y mosquitos que entran en casa, pero que no se me acerquen y mucho menos me rocen. Si pasa eso, pierdo mi humanidad.
    Sobre personajes, también me recuerda a una araña Kamaji, de El viaje de Chihiro. Seis brazos, dos piernas y ojos negros.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las fobias tienen sus propias razones. Yo tampoco entiendo el pavor que me dan las cucarachas, sabiendo que no me van a causar ningún daño. Las arañas al menos pican. Pero a lo mejor es por cómo son: esas patas larguísimas y peludas, esa barriga bulbosa, los ojos múltiples, la forma en que se mueven como si te estuvieran acechando... Es que lo único que les veo bonito son las telarañas. Y tampoco, si pensamos que es su forma de cazar víctimas.
      También me acordé de que en "It" de Stephen King el monstruo se convierte en gigantesca araña... Quita, quita.
      Otro abrazo para ti.

      Eliminar
  7. María Antonia Castellanos7 de diciembre de 2023, 15:54

    Muy interesante ,yo que les tenía miedo las voy a querer .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me parece que ni que se vistieran de sevillanas se me despertaba el amor hacia ellas.

      Eliminar
  8. Pues yo te entiendo perfectamente. Una vez, nos mandó una araña de ésas en una foto, una amiga de mi hija que estaba en Australia, y la tenía a unos pasos de su hijo pequeño que jugaba en el suelo. Era como un cangrejo de grande. Ella contaba que dudó en acercarse a ver si el insecto cambiaba de dirección, con tal de no aproximarse al bicho. El niño estaba sobre una pequeña alfombra y fue tirando de ella, hasta que lo tuvo en su regazo.
    Yo antes clarisa, que curar ni a un perenquén

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo soy esa amiga de tu hija y le mando un zapatazo que la catapulto al otro barrio.
      Los insectos, arácnidos, saurios... están muy bien donde están. No dudo de que cumplen su papel en la naturaleza. Pero cada uno en su casa y Dios en la de todos, como se decía antes.
      Un abrazo, Cande.

      Eliminar

google-site-verification: google27490d9e5d7a33cd.html