lunes, 8 de enero de 2024

Un saludable rebujato



El orden está sobrevalorado, me digo el 7 de enero observando mi casa en este comienzo de año: hay que recoger el árbol de Navidad ya, antes de que lleguen los carnavales, hay que volver a poner las cosas en su sitio, después de que los pintores, a los que pedí en agosto que vinieran a pintarme mi baño y mi dormitorio, lo fueran posponiendo hasta que aparecieron el 3 de enero y descolgaron cuadros, movieron muebles y desperdigaron objetos por doquier; hay que arreglar el cuarto de los nietos en los que hemos tenido que dormir mi marido  y yo mientras se va el olor a pintura, y hay que ordenar toda la casa después del día 6, en el que hicimos el desayuno de chocolate y roscón en casa con mi hermana, y también la comida de reyes con mis hermanos y sus familias: en total 18 adultos, 5 niños y un perro.

Que no cunda el pánico. El orden está sobrevalorado, me repito, mientras miro alrededor a ver si me lo creo. Y mira que en mi niñez ese era un concepto de los que nos embutían en la cabeza. En mis libros de Urbanidad aparecía como ideal de perfección un niñito inmaculado con los calcetines estirados y repeinado con raya y todo, con su pupitre superordenado, cuadernos bien apilados y lápices afilados ordenados por tamaño. Frente a él estaba el otro niño, tipo Guillermo Brown, calcetines arrugados, gorra torcida, rodillas sucias y el pupitre como una leonera. Por supuesto, ese era el modelo del que teníamos que huir como de la peste, pero, no sé por qué, a nosotros nos encantaba Guillermo Brown.

De todas formas, ser desordenado no es práctico, esa es la verdad. En casa de mi hija encuentras las cosas a la primera. Los suéteres en el armario están ordenados por colores y las especias en la despensa por orden alfabético. Cuando nos invita, la mesa está perfecta. En cambio, mi hijo me contaba que en sus fiestas todos llevaban cosas y de repente en la mesa te encontrabas una bolsa de plástico que abrías y exclamabas: "¡Anda, una tortilla!". También hay que reconocer que tiene algo de sorprendente ese sistema.

Así que me armo de valor durante toda esta semana para empezar a meter toda la parafernalia navideña en las cajas y en las tronjas; para hacer leña del árbol de Navidad, que va dejando restos por sillones y suelos; para ordenar, reciclar o tirar todos los papeles de regalo que mis nietos, emocionados, rasgaron y desparramaron por toda la casa. Hay que hacer lavaplatos y lavadoras (benditas sean). Hay que entrar en cintura esta casa.

Y mientras convivo con el caos y, de paso, tiro dos flores de pascua que se han quedado mustias como si supieran que ya se acabó la Navidad, pienso que es verdad que en este momento todo está manga por hombro, pero ¿qué importa? ¡es una casa llena de vida! A veces también es reconfortante vivir en un saludable rebujato.

22 comentarios:

  1. Mis hijos siempre me recuerdan lo que les gustaba jugar,en el salón desordenado, durante tres días, con los regalos de Reyes.
    Así que un poco de desorden no viene mal. Sales, cierras la puerta y Dios dirá😊😊

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    1. Y qué buenas son las puertas que se cierran y ojos que no ven. Estos días tengo dos cuartos, uno en el que empaquetaba los regalos (llenos de papeles, cintas, paquetes...) y otro en el que ponía las cajas de Navidad que no usaba sino en momentos puntuales (servilletas, platos, velas...). Los dos están rebujadísimos y poco apropiados para recibir visitas. Puertas cerradas y se acaba el problema.
      Yo también hacía la vista gorda con mis hijos cuando eran pequeños. Teníamos un cuarto de juegos con un sillón y una estantería con la tele y sus cuentos y una alfombra grande. Nada más. Ese era su reino y allí podían montar hasta una ciudad.

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  2. No soy anónima, me olvidé de poner el nombre. Soy Mandi🤪🤪

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  3. El orden es muy bonito siempre que haga libres a las personas que están al lado, que no se imponga., porque hay personas maniáticas de la limpieza. Yo ahora mismo tengo un ángel de la guarda que me ordena y eso me encanta, porque a mí me llamaban farfullito porque soy desordenada (Me gusta el rebujón. Mi madre era tan ordenada que yo salí lo contrario). Pero he visto que por tener la casa perfecta no se es feliz, que lo importante es una casa llena de amor y gratitud. Y si hay que limpiar se limpia y si hay que cantar se canta.
    Y donde hay desorden hay amor. Una cocina trafullada de calderos es una cocina en donde se hace comida.
    Me ha encantado como siempre tu escrito de hoy.

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    1. Conozco gente que tiene dos cocinas, una para las visitas y otra para cocinar. Y dos salones también. Yo, como tú, prefiero la trafullada de calderos, la cocina que tiene vida, aunque no esté cada cosa en su sitio.
      Gracias, Nievitas Farfullito. Me hizo gracia el apodo, palmera tenías que ser.

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  4. Antonio Hdez Hdez8 de enero de 2024, 18:53

    Da gracias que, el final del árbol, no significa para ti un día esperado para cubrir desconsuelos como ocurría en Centro Europa no hace muchos años. Ese día los niños zarandeaban el árbol para que cayeran las golosinas. Eran golosinas, y hasta naranjas, lo que colgaban y no lucecitas y otras decoraciones que ni existían. Luego, si no era ya muy grande se mantenía en la huerta para el año siguiente. Curiosidades.

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    1. En Centro Europa y en Canarias también. Mi madre me contaba que de pequeña alguna vez en reyes recibió de regalo una naranja ¡y se quedaba más contenta...! Eran tiempos de guerra y posguerra.
      Tienes razón, vivimos en una sociedad de la opulencia si la comparamos con otros sitios y otros tiempos, en los que no había necesidad de recoger nada después de las fiestas. Habría que dar gracias por ello.

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  5. Me gusta tener ordenada la casa pero sin extremos. En mi casa somos pocos pero papeles de regalo desperdigados hubieron. Tambien tuvimos obras, parte del techo de la cocina y comedor despues de un año con varias reclamaciones.. Espero esta vez sea bien hecho, ya se sabe los seguros... Menos mal que ya la navidad esta guardada pues yo pongo mis manualidades hasta el proximo año..Y aqui estoy escribiendote envuelta en la mantita y con mis dos perritas acurrucadas..Que mas voy a pedir..Feliz tarde a todos..

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    1. Esas tardes de acurruque y mantita son una delicia. es lo mejor del invierno. Y unos reyes sin papeles desperdigados no son reyes ni son nada. Así que sigue disfrutando de ese orden sin extremos y de tus perritas. Un beso.

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  6. Que conste que desde que tuve hijos no ordeno la ropa por colores. Está ordenada y ya. Las especias por orden alfabético, sí. Culpable.

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    1. Bueno, lo de las especias lo aprendiste de mí. Solo que a mí se me rebujan enseguida. En lo demás debo confesar que da gusto ver en tu casa todo tan ordenadito. :-D

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  7. Charo Borges Velázquez8 de enero de 2024, 20:11

    Fuimos familia numerosa y aunque mi madre era muy organizada y ordenada, el día de Reyes no le importaba que más de medio piso se convirtiera en la zona de juegos de sus 7 hijos, primero, y de sus 10 nietos y una bisnieta, más tarde. Bien al contrario, celebraba la vida que esa fecha imprimía a la casa. Además, al final del día todos contribuíamos a recoger y a recuperar, lo mejor posible, el estado habitual de aquella zona.
    Ventajas de ser un equipo de básquet con dos suplentes...

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    1. Eso mismo pienso yo, Chari. No hay nada como la vida que te dan los hijos y los nietos en una reunión familiar. Anteayer, a pesar del trabajo y de la artrosis, fui feliz como una perdiz. Y todos contribuyeron también a aportar platos y recoger después. El desorden implica libertad y comodidad también.

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  8. Isabel López Carreño9 de enero de 2024, 19:48

    Que se repitan todos los días de Reyes pues lo bien que me lo paso no se paga con dinero. Pues esa ilusión y alegría 😂 😁 😊 es increíble y divertida e irrepetible 💋 besossss
    Feliz año nuevo.

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    1. Es uno de los días más bonitos del año. Merecen la pena el desorden, la algarabía y las trabajeras para que todo salga bien. Feliz año, Isabela, y que se sigan repitiendo días así. Un beso. :-D

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  9. Aquí sí creo que alcanzo alguna medalla. El orden en las fotos. El órden en las recetas. El órden en los papeles de los médicos, e incluso en las bolsas,las ordeno por material y tamaño.
    Mi hija dice que soy un lujo, porque siempre que necesita algo, lo tengo y rápido se lo traigo...
    Creo que es importante ese control en las cosas y sus lugares, sobretodo cuando la memoria empieza a ser escasa. De alguna forma el orden me da seguridad.

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    1. Yo creo que el orden tiene muchos más partidarios que el desorden. Tienes cada cosa en su sitio, lo encuentras todo a la primera, se ve más bonito, el control, te da seguridad, como dices... Las ventajas son indiscutibles.
      Pero el desorden también tiene su encanto: la sorpresa de encontrar algo que creías perdido (¡Hombre, aquí estaban las tijeras!), la libertad de dejar las cosas donde quieras, el cambio continuo...
      Todas las situaciones tienen sus matices positivos y negativos.

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  10. En vida de Mercedes, las huellas de la Navidad permanecían en casa largo tiempo. La mañana de Reyes venían todos mis hijos y nietos a recoger juntos los regalos, se abrían paquetes, se rompían papeles y después nos íbamos a comer todos juntos. Y ahí quedaba la casa.
    Ahora, sin Mercedes, la escena se repite pero con una variante: antes de salir para el restaurante se recogen todos los papeles, cartones y demás, para tirarlos en el primer contenedor y se colocan los sillones y mesas en su sitio. Después, ayer, mi nieta y yo desmontamos el árbol y el belén, pasamos la aspiradora y ni rastro ya de la Navidad.

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    1. Tu recuerdo está lleno de ternura y nostalgia. Sé que a Mercedes le gustaba esta época del año, con su colección de preciosos nacimientos. Ahora es su huella la que perdura.
      Un abrazo.

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  11. Por razones de cultura hemos repartido el encuentro de los regalos en dos días, el uno el 24 de diciembre (el nuestro) y el otro el 6 de enero (los otros abuelos), Aunque somo pocos el desbarajuste se produce porque al perro (pastor belga) ha asumido abrir los paquetes de cartón. Es todo un espectáculo. El riesgo está cuando desgarra una caja que debes devolver con el producto si no está ajustada a las medidas, p.e.

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    1. Poner en medio de la entrega de regalos a un perro eleva al cuadrado el desbarajuste. Pero seguro que te divertiste. El día 6 también tuvimos uno, el de mi hijo, pero es pequeño y más controlable.
      Yo le regalo a mis nietos pequeños 3 libros a cada uno en navidad y lo demás en reyes.

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