lunes, 18 de marzo de 2024

Héroes cautelosos



Desde el año 2008  en el que lo escribió en su Blog.viene rodando por las redes un vídeo donde el escritor Hernán Casciari habla de un tema curioso: la influencia del móvil en la literatura. Cuenta que, cuando su hija pequeña le escuchó el cuento de Hansel y Gretel, en ese momento angustioso en el que los niños se ven perdidos en el bosque porque los pájaros se han comido las miguitas de pan con las que habían señalado el camino de vuelta, ella dijo: "No importa. Que llamen al papá por el móvil". Y él pensó entonces por primera vez en lo distinta que hubiera sido la literatura si el móvil hubiera existido desde siempre.

Cualquier historia clásica, dice, cambiaría totalmente si pusiéramos un móvil en el bolsillo del protagonista. Penélope no esperaría con incertidumbre a Ulises, Caperucita alertaría a la abuela, Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, Gepeto recibe una alerta de la escuela diciéndole que Pinocho no llegó por la mañana... Si Julieta hubiera tenido móvil, le habría escrito un mensaje de texto a Romeo diciéndole: "Me hago la muerta pero no estoy muerta. No te preocupes ni hagas idioteces. Besos".

Cuando leí esto, me puse enseguida a repasar obras literarias y Hernán Casciari tiene toda la razón. En "Crónica de una muerte anunciada" a Santiago Nasar lo hubieran avisado con tiempo de que lo iban a matar y no habría habido muerte que anunciar; en "De los Apeninos a los Andes" Marco no hubiera perdido nunca la pista de su madre; en "El señor de los Anillos" todos sabrían que "por ahí no vayan, que hay orcos"; Rapunzel no se habría pasado tanto tiempo en la torre y el Conejo Blanco no habría tenido tanta prisa, porque habría mandado un wasap avisando que llegaba tarde.

Pero Casciari sigue diciendo: ¿No estaría acaso ocurriendo lo mismo en la vida real, no estaríamos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? Y termina: Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas, incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido -por culpa del móvil- en héroes perezosos.

Y en esto último no sé si no darle la razón. Pienso que los verdaderos aventureros -aquellos que, por ejemplo, se apuntaban a ir a la Antártida con Shackleton tras el mensaje "Se buscan hombres para viaje peligroso (...), retorno ileso dudoso"-, siguen existiendo. Tengo amigos  que acaban de llegar del desierto o de ver las pirámides y otros que se van a caminar por el Gran Cañón del Colorado. Sé de muchos que no se asustan de nada y afrontan cualquier reto con valentía. Mi aventura de esta semana: ir en una ambulancia al lado del conductor viendo a los coches apartarse a los lados como las aguas del Mar Rojo. Después oír y vivir las historias en los pasillos de Urgencias.

Somos héroes, sí, porque está en la naturaleza humana el amor a la aventura y porque la verdadera aventura es vivir la vida. Y para eso el móvil nos ayuda, nos avisa, nos conecta ¿Por qué vivir peligrosamente, si podemos hacerlo teniendo cuidado?  Así que, más que perezosos, nos hemos convertido en héroes, sí, pero cautelosos.

10 comentarios:

  1. Por no hablar de pelis como “Tú y yo” o del final de “Algo para recordar”, que serían absurdos.
    La magia de ese mundo lleno de sucesos fortuitos se echa a perder…

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    1. ¿Y "Serendipity"? . Sí, Alicia, creo que también aciertas. No todo en la vida está señalado, registrado, racionalizado. No hay que olvidar la magia y el azar.

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  2. En todo el tema hay razon..pero todos podemos vivir experiencias, evitar las maquinas y ser mas reales..

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  3. Pues no sé yo, en Canarias siempre hemos ido una hora menos y Tejero entró en el Congreso y no los avisamos. Claro que entonces no todo el mundo tenía móvil. Quico

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    1. Nos tendrían que haber avisado a nosotros. Por no hablar de todos los eventos que viven por anticipado, fines de año incluidos.

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  4. También hay que tener en cuenta que en la selva o en el desierto (incluso en Urgencias) no suele haber cobertura.

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    1. Eso es verdad pero ya inventarán el móvil con autocobertura incorporada, seguro.

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  5. Es verdad, Chari, ya no concebimos la vida sin un móvil en el bolsillo porque es todo lo que dices.
    El problema es que nos cuesta despegarnos de él, como si estuviéramos esperando la llamada definitiva. Juan José Millás dice que, cuando muera, metan el móvil en el ataúd por si la llamada se retrasa.
    A mí también me gustó una juventud sin móviles, aunque pienso que algunas veces me hubiera venido estupendo (por ejemplo, los dos años que estuve separada de mi novio,él en Valencia y yo aquí, cartas van, cartas vienen). :-D

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  6. El móvil nos hace perezosos en muchos ámbitos. Siempre habrá héroes, creo, porque las nuevas generaciones nos superan en algunas habilidades, aunque en otras hayan perdido capacidad. Pero estoy de bastante de acuerdo con Casciari y no hace falta llevarlo a las aventuras, está en el día a día, por ejemplo en becarios que no son capaces de hacer una llamada teléfonica porque en su día a día sólo usan whatsapp. Y aun así creo que el móvil nos facilita la vida muchísimo. Podría vivir sin él, pero no quiero. :)
    Un abrazo.

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    1. El móvil, como pasa con todo, tiene sus defensores y detractores. No nos gusta que en una reunión todo el mundo esté mirando el móvil ¡Se acabaron las charlas y el buen rollo! Incluso se dice que hay más accidentes porque la gente lo mira en el coche conduciendo o caminando por la calle. Pero es verdad que ya no podríamos prescindir de él. ¿Vivir sin él? Si no queda más remedio... Pero tal como me organizo la vida, me costaría.
      La moderación, como pregonaba mi amigo Aristóteles, es siempre la clave.

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