Hay una historieta de Mafalda en la que Miguelito le dice a Manolito: "He notado algo curioso en mi papá. De noche cuando se acuesta apaga la luz ¿no? y desde mi cama lo oigo suspirar muy preocupado: ¡¡Ay, Dios!!... Luego de un ratito otra vez: ¡¡Ay, Dios!!..." Y Manolito le contesta: "Y más se acerca fin de mes, más místico se pone ¿no?".
Me acordé de este diálogo genial porque estos días a cada rato y sin venir a cuento, me sale un suspiro desde lo hondo de la caja del pecho y un "¡Ay, Dios!", del que casi no hubiera sido consciente si no fuera porque, como un eco, lo oigo también a mi alrededor. La otra noche, en la cena de los viernes con los amigos, hasta nos reímos cuando caímos en la cuenta de que era la décima vez que uno u otro lo decía. Y si se fijan, la gente por ahí también lo repite, como si fuera un mantra. Oh, incluso la semana pasada en la Caixa la empleada que me atendía lanzó una par de "¡Ay, Dios!" entre tampón y tampón con el que me iba sellando un papel. Le comenté, riendo, la ola de "¡ay, dioses!" que había notado en el ambiente y me confesó que no había caído en que los decía y que realmente no tenía motivos para suspìrar de esa manera.
Y la verdad es que, además, hay variaciones. Está el ¡Ay, Dios! el más extendido (y supongo que se corresponde en inglés con el ¡Oh, my God! de Janice la de Friends), pero también está el ¡Ay, Jesús!, el ¡Ay, Señor! y sus extensiones, ¡Ay, Señor de la Cañita y Virgen de la Manzanilla!, el ¡Ay, Cristo del Gran Poder! y algunos más dentro del espectro eclesiástico.
¿Les pasa a ustedes también? Y si es así, ¿a qué vendrá ese muro de lamentaciones que salpican una y otra vez las conversaciones? ¿Serán suspiros económicos, como parece indicar Manolito? De hecho, Mafalda se lo reprocha en la siguiente historieta llamándolo pedazo de bestia por lo que le ha dicho a Miguelito. "¿Yo? ¿Qué le dije?", pregunta él. "¡Que cuando alguien suspira "¡Ay, Dios!" es porque tiene líos económicos! ¿Vos creés que todo el mundo tiene esa idea de Dios?", Y él, mirando a lo alto, responde: "No, por supuesto. Están los que lo molestan por tonterías".
¿Será entonces por tonterías románticas y amores contrariados? ¿Será por líos políticos o por exceso de trabajo? Pero el verano está para olvidarse de esas cosas y gandulear y no complicarse la vida ¿no? Y sin embargo los ¡Ay, Dios! no solo no cesan sino que parecen aumentar. A lo mejor es por una mezcla de todas esas razones y por la vida en sí con todo lo que conlleva. Y en el caso de mis amigos y yo , puede ser por culpa de que vemos menos tiempo por delante que el recorrido que hemos hecho ya y que, cuantos más años cumplimos, más místicos nos ponemos.
¡Ay, Dios!
Duquesa, me identifico totalmente con la cofradía de los suspiros. . Yo he sido siempre una suspirona y hay q ver lo que alivia hacerlo. Un abrazo, feliz verano🪭❤️
ResponderEliminarQuerida mi realeza, creo que somos muchos los que pertenecemos a esa cofradía. Debe tener sus ventajas porque si no, no me explico por qué somos tantos. Y una es la que dices, que alivia. Seguro que en este verano, tendidos en una hamaca con el vermut al lado y oyendo las olas del mar, a más de uno se le escapa un "¡Ay, Dios!". Señal de que es privativo de toda clase de momentos.
EliminarUn abrazo y a disfrutar.
Cómo siempre dando en el clavo. Esta mañana veo un WhatsApp invitándome a desayunar, si estaba cerca, sabedor quien lo envió que madrugo. Y le contesto con un "Vaya por Dios", para un día que no madrugo me invitas. Pues sí, el recurso a la mística es proporcional o va en relación a los años vividos o a los que nos quedan por vivir.
ResponderEliminarY mira que somos religiosos aunque no le seamos. Imprime carácter, como se dice de ser cura. Mi padre, que sí lo era y mucho, cada vez que nos oía un ¡Ay, Dios!, afirmaba muy serio: "¡Pues claro que hay Dios!".
EliminarA mi me alivia el suspirar yo siempre que lo hago digo que bien me oprimia el.pecho
ResponderEliminarDebe ser eso, que a lo largo del día se nos va llenando la cachimba, como a aquel mago, y por algún lado tiene que explotar y salir toda esa tensión acumulada. Vivir estresa.
EliminarMe encanta suspirar. Y digo muchas veces Ay Dios..y yo misma me contesto: siiiii. hay.
ResponderEliminarGracias. Como siempre.
Tú como mi padre. Envidio la fe sin dudas.
EliminarGracias a ti por estar tan cerquita que a veces hasta puedo oír tus suspiros desde aquí. Un abrazo grande.
Es verdad, lo decimos sin darnos ni cuenta, yo creo lo que tú dices por el poco tiempo que nos queda. Como siempre, escribes de maravilla, enhorabuena 😘😘
ResponderEliminarBueno, Carmen, vamos a ser optimistas, a seguir celebrando cumpleaños, a ser conscientes de que estamos vivas y a suspirar por otras cosas menos trascendentales.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, me animan mucho.
Yo siempre digo " ay Jesús, dónde estás? "
ResponderEliminarMuchas veces dan ganas de preguntarlo ante las catástrofes del mundo.
EliminarY alguna vez te contaré una narración de la Madre María del Valle a cuenta de una chica que mientras bailaba con un chico, decía jaculatorias tipo "Jesús, te amo". Y sí, resultó que el chico se llamaba Jesús.
😂🥰
ResponderEliminarSoy yo, jefa 😜
EliminarNo salen en los comentarios los dibujitos pero ya los interpreto y te los agradezco. Tampoco salen los nombres a veces pero eres la única que me llama jefa, cargo que nunca ejercí. :-D
EliminarBesos.
A mí me sale mucho el "(ay,) por favor". Pero no soy consciente de la frecuencia, seguro que más de la que me gustaría. :D
ResponderEliminarUn abrazo
Ese ¡ay, por favor! también me sale a mí en momentos de exasperación. Pero como estos son pocos (estoy en plan paz y serenidad), lo digo mucho menos.
EliminarOtro abrazo para ti.
les sale si querer, queriendo a ateos y agnósticos entre los que me encuentro
ResponderEliminarSí, Alfa, me da que tiene poco que ver con creencias e ideologías. O a lo mejor estas se filtran a través del lenguaje y la educación recibida sin darnos cuenta. Un día filosofaremos a cuenta de esto.
EliminarUn abrazo.