martes, 22 de mayo de 2012

En donde se comprueba que mi nieto tiene mucho de Oliver Twist




Este año, en que se hacen 200 años de su nacimiento, me ha dado por volver a leer a Dickens, y concretamente me lo estoy pasando pipa con “Oliver Twist”. Ya saben de qué va. Un pobre niño huérfano es criado en un hospicio entre palizas y miserias. Cuando, después de 9 años, huye, cae –de la sartén a las brasas- en la guarida de unos ladrones que quieren aprovecharse para sus robos de su cara angelical (que puede engañar) y de su delgadez (apta para pasar por postigos estrechos). Al pobre, que es (irrealmente) bueno a más no poder y que se pasa llorando casi toda la novela, le ocurren mil perrerías: tiros, secuestros, cárcel, traiciones… En resumidas cuentas, un dramón.

Ah, pero ese dramón es Dickens quien lo cuenta y, aparte de que escribe estupendamente, con una ironía muy inglesa con la que critica, de paso, a todas las instituciones y a la hipocresía de la sociedad victoriana, tiene un dominio increíble del suspense. Muchas de sus novelas fueron publicadas en los periódicos por entregas y eso se nota. Cada capítulo, redondo y nunca demasiado largo, cuenta un momento completo de la historia y termina siempre dejándote intrigada.

Igual que ahora hay mucha gente enganchada a “Amar en tiempos revueltos”, también en el siglo XIX Dickens enganchó y acostumbró a la clase media inglesa a leer. En muchos edificios se compraba un solo periódico y todos los vecinos se reunían, un suponer, en el 3º, para leer juntos el capítulo de ese día. Nos podemos imaginar los comentarios posteriores y la presión sobre el autor: “No se le ocurrirá matar a la pobre Nancy ¿verdad? Aunque, claro, con esa vida de pelandusca que lleva…”. Y hasta en Estados Unidos, en donde los periódicos ingleses llegaban más tarde, los seguidores se agolpaban en el muelle para gritar a los que venían: “¿Esta muerta la pequeña Nell?”.

Y, ahora, 200 años después, Dickens sigue más vivo que nunca. Y, si no, vean…

Domingo, en mi casa. Mis nietos –Susanita y el Terro- se han quedado desde el sábado con nosotros y estamos esperando a mi hija y a mi yerno para comer. Voy a poner de aperitivo unos montaditos de jamón. Ya, ya sé que no son las gachas que le ponían a Oliver, pero algo habremos avanzado en dos siglos, digo yo. Dejo en la cocina un plato con rodajas de pan, otro con jamón y un cuenco con tomate rallado. Cuando vuelvo a montarlos, me encuentro con que al plato de jamón le falta una buena porción. Con voz que recuerda al señor Bumble, el irascible celador del Hospicio, llamo a mis nietos: “¿Quién se comió el jamón?” “¡Yo no fui!”, dicen los dos. “Pues el fantasma de la ópera no fue –les contesto-, así que castigados los dos”. Lloros y súplicas vehementes mientras se masca la tragedia (después de que “alguien” haya mascado el jamón). Les razono, tan moralista yo como una dama victoriana: “No me importa que hayan comido una parte. Lo que me importa, y por eso los castigo, es que mientan”.

Al rato, viene Susanita y me dice: “Esto es de parte del Terro”. Y me entrega el dibujo que les adjunto.

No se puede negar que aquí está todo Dickens: drama, suspense, ironía, robo, mentiras, enseñanzas morales, arrepentimiento, y lágrimas, lágrimas muy gordas. Sin olvidar el charco que éstas forman debajo.

Dickens, desde los celajes, estará contento. ¡Qué mejor homenaje para celebrar su bicentenario que el que nos demos cuenta de su rabiosa actualidad!  

22 comentarios:

  1. Simplemente genial: idea, dibujo y comentario.
    Sólo siento haberme perdido la cara que pusiste y lo que le dijiste a continuación.
    Me lo debes

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    1. No pudimos evitar la carcajada ni mi marido ni yo, mientras él esperaba escondido (y oyéndolo todo) detrás de un sillón. Después le hice reflexiones morales, claro, pero el daño ya estaba hecho. Me temo que no me tomó muy en serio...

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  2. ¡Qué arrepentimiento más grande, hay que ver!

    Porque esos lagrimones a punto de formar un pantano, indica un corazón contrito. Contritísimo.

    A mí de Oliver Twist me sorprendió que está escrito en un tono muy irónico, y consntantemente está hablando de lo bondadosos y elevados que eran los maltratadores del orfanato, o las nobles enseñanzas de los ladrones, etc.

    Y también, que la verdad, los ladrones son los que mejor se portan con él, de hecho no solo es irreal que sea tan bueno, es que lógicamente, casi por agradecimiento, debería integrarse en la banda, porque es el único sitio donde no le pegan, ni le matan de hambre, ni insultan a su madre.

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    1. Sí, el Terro estaba contritísimo (voy a adoptar el superlativo). El pantano me recordó aquella canción que dice: "No pararé hasta ver que mi llanto ha formado un arroyo de olvido anegado..."

      En "Oliver Twist" me llamó la atención, entre tanta gente "magnánima" y "humanitaria", la señora Mann, el ama del Hospicio, a la que le dan 7 peniques y medio por niño a la semana, cantidad que se considera suficiente para alimentarlos y cuidarlos. "Mas la madura señora era una mujer dotada de gran sabiduría y experiencia; sabía muy bien lo que convenía a los niños, y tenía una idea muy precisa de lo que a ella le convenía. Por eso se apropiaba de la mayor parte del estipendio semanal para su uso personal y relegaba a la creciente generación parroquial a una ración más escasa todavía de la que en principio se le asignara..." Naturalmente, 8 de cada 10 niños se morían. Cuando ahora vemos los Nóos, los Gürtel, los casos de corrupción en general, en los que se supone que el dinero es para una buena causa y, en realidad, va a los bolsillos de algunos que poseen "una grandísima filosofía experimental", según el sarcástico Dickens (traducido: "una grandísima poca vergüenza"), nos damos cuenta de que en ese aspecto la cosa no ha cambiado mucho, según parece. Dickens era muy sabio.

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  3. Realmente, lo que se comprueba es que tu nieto tiene una cara que se la pisa, porque sabe que si te dibuja el arrepentimiento, lo perdonarás. ¿O no?

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    1. Pues claro que lo perdono ¿Para qué estamos las abuelas si no?

      De todas formas, todos los niños nacen con mecanismos de defensa ante el mundo adulto. Me acuerdo de mi sobrino Miguel, con 3 o 4 años, una vez que la madre le iba a dar una nalgada después de alguna trastada (porque también se nace con la capacidad de hacer trastadas). Él se acercó a la madre, le puso el culito a tiro, pero le dijo: "Pero flojito, que soy chiquitito". Carcajada de todos y él se libró. Ellos saben.

      El Terro es una edición corregida y aumentada de ustedes, que fueron en general más tranquilitos.

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  4. Ya lo dije en un comentario al post del blog de la Doctora Jomeini, dedicado al dibujo que hizo David sobre lo que hacía su papá en el baño y por (sorprendente) encargo de la teacher de Inglés: este niño apunta maneras de buen dibujante.
    Además de expresivo, absolutamente sintético y al grano. Le han bastado un círculo como cara, con las facciones en su sitio: unos enormes ojos tristones y una curva hacia abajo, para una boca apenadísima. Como refuerzo de tanto dolor y arrepentimiento, cuatro enormes lagrimones (con brillo y todo) y, debajo, el gran charco para demostrar cuánto ha llorado por comerse el jamón y mentir a su abuela del alma. Y para que no quede duda de su autoría, una nube o bocadillo, con frase contundente y bien firmada con su nombre.
    Querida Jane, lo dicho: podría hacer carrera con sus habilidades gráficas. Y sí, yo también lo hubiera perdonado en el acto. Cada uno sabe sus armas para salvar el pellejo, ¿verdad?. Mi enhorabuena a los dos

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    1. Me encanta la crítica que has hecho y la valoro viniendo de quien viene. A ver si lo encaminamos por ese camino, aunque él por ahora ya ha dicho que lo que quiere ser es cocinero. La vocación se le ve en el buen gusto que tiene: él, al jamón; el pan y el tomate que se lo coman otros.

      De todas formas, es muy crítico consigo mismo. La madre le dijo que yo había puesto su dibujo en el blog y me llamó para decirme: "Te mato. El dibujo es una caca". También conciso y contundente en la crítica, como ves.

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  5. Este niño es un genio y además tiene inteligencia emocional. No les queda nada.

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    1. Si inteligencia emocional es, como dice un amigo mío, que nos tiene cogida la camella, sí, sí la tiene. El mismo amigo nos dice que lo atemos corto, pero...

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  6. El dibujo es genial, la verdad. Con eso se le perdona todo.

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    1. Con eso y con lo zalamero que es. Mi amiga Cristi dice que es por el instinto de supervivencia con el que todos nacemos y que, luego, vamos perdiendo con los años. Algo así como que nos volvemos menos diplomáticos. Se aprende mucho con los menudos, ya te darás cuenta con Jaime (y con los que vengan)

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  7. Muy bueno, Jane, la verdad es que más ingeniosa no puedes ser!! Como enlazas los temas, es genial. Siento comunicarte que ya el Terro te está haciendo la competencia con sus ideas, no sé qué edad tendrá pero el dibujo más expresionista no puede ser, parece El Grito, "El grito del Terro". Besos.

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    1. Tiene 6 años. Y viniendo la crítica artística de ti y de Cehachebé, profesionales las dos de las bellas artes y excelentes pintoras, me voy a guardar el dibujo del Terro, no sea que un día valga los 91 millones de euros que, a principios de mayo, han dado por "El grito" de Munch. Nunca se sabe. Un beso y gracias por tus palabras.

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  8. jajajajaj... qué dibujo tan bueno y qué estratega el tío.

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    1. No lo sabes tú bien. El otro día, que le pregunté a mi nieta si ella había roto una figurita (no lo había hecho, la pobre), él le decía: "Si la has roto, díselo. Ella no te va a castigar...". Sabe latín.

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  9. Jane todo un homenaje a Dickens!! la verdad es que sí que la situación tiene mucho de Oliver Twist, pero desde luego que con mejor final!!. Por cierto has leido: "Grandes Esperanzas" de Dickens fijate si está más vivo que nunca, que yo a penas una moza (jeje) lo he leído y me encantó!! Abrazos.

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    1. Leí "Grandes esperanzas" hace ya mucho tiempo y vi la adaptación al cine de Alfonso Cuarón. Me la has recordado, así que la pondré en la lista de libros para releer. Estoy segura de que también me gustará de nuevo. Un abrazo y gracias por pasar por aquí.

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  10. Me como a tu nieto.

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    1. Jajaja, espero no decir nunca lo de "¿por qué no me lo habré comido?".
      Un besote.

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  11. Me encanta poder compartir tus vivencias. ¿Te cuento un secreto? Tu blog es uno de los pocos que leo siempre. Gracias por estar ahí.

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    1. Muchas gracias, Luisa, para mí también es un privilegio que estés ahí. Un abrazo.

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