lunes, 7 de noviembre de 2016

Si yo fuera rica...






De todas las indignidades y majaderías que una tiene que soportar en una vida normal, las que sufrimos en los aeropuertos y aviones se llevan la palma ¿En qué momento se olvidó aquel lema de mis primeros viajes, "Iberia: donde sólo el avión recibe más atenciones que usted"? ¿En qué despacho se arrinconaron esas atenciones? Aquellas comidas calientes y gratuitas, aquella anchura de los sillones, aquel poder estirar las piernas... Incluso, aquel ir alguna tarde por placer al aeropuerto a sentarte en la terraza y tomar una copa mientras veíamos despegar y aterrizar aviones con los montes de La Esperanza al fondo ¿Ubi sunt?


Los que vivimos en una isla, sin otro remedio que coger un avión para salir de aquí, sabemos mucho de eso. De retrasos y horas muertas esperando en el aeropuerto, de colas por laberintos en ese para llegar al mostrador de facturación, de bochornos en el control de equipajes cuando casi te desvisten (he visto allí a un señor peludo en calzoncillos, qué necesidad) y te quitan, como en mi último viaje, un pesto siciliano que bastaba probar para saber que no era un arma de destrucción masiva. Sabemos de estar comprimidos y encajonados en asientos tamaño hobbit y de, si eres un poco más alto, tener que ponerte en el sillón del pasillo al bies para estirar las piernas; de bocadillos congelados pagados a precio de caviar, de no poder ponerte de pie en tu asiento, de, si al de delante le da por reclinarse hacia atrás, tener su espaldar clavado en el esternón...

Por eso, si yo fuera rica (dubidubidubidubidubidubidubidá, como cantaba el protagonista de "El violinista en el tejado" ¿Se acuerdan?)... Bueno, antes una precisión: no existe ni remotamente la posibilidad de que yo sea rica alguna vez. No compro loterías ni hago quinielas de ningún tipo; no tengo ningún tío de América del que heredar un palacio de diamantes, un kiosko de malaquita ni un gran manto de tisú (a saber qué haría con todo eso); y no me voy a meter jamás en política, que podría ser, visto lo visto, otro camino para forrarme.

Además, siguiendo en el terreno de las posibilidades, si yo fuera rica, no me gastaría los dineros como los otros ricos, no. Hay un libro de Peter Mayle, "Gustos de rico", que lo explica muy bien. Según este autor, los ricos gastan en zapatos y trajes a medida, en cochazos y limusinas que parecen placenteras burbujas de cristal lejos del mundanal ruido, en abogados, en amantes, en antiguallas, en servidumbre (como mínimo 7 personas) que te planchan hasta el periódico, en comilonas de trufas, caviar y champán seguidas de un puro genuino, en casas, hoteles y restaurantes de superlujo... Nada de eso me llama la atención. Pero hay una cosa que sí: un jet privado.

Pero, a diferencia de lo que cuenta Peter Mayle, si yo fuera rica, no me compraría un avión porque las posesiones no dan sino problemas: que si buscar un hangar, que si tener que estar pendiente de mantenimiento, revisiones y papeleos... ¡Quita, quita! No. Yo lo alquilaría. Mandaría a mi sirviente (uno de los 7) a que llevara él el equipaje al avión e iría en coche hasta la escalerilla de entrada. Allí nos recibiría el azafato a mí y a mis acompañantes con una copa de champán y nos sentaríamos en sillones anchos con reposapiés incluido, mientras oímos la música o vemos las películas que nos apeteciera, con el mundo a nuestros pies. Peter Mayle, que vivió una experiencia así, dice: "Pensé que podría acostumbrarme con gran facilidad a esta forma sosegada y civilizada de ir dando saltos por Europa, libre de las tensiones horarias y del irritante hacinamiento que han reducido los viajes en avión al mismo nivel de disfrute que el de coger el metro en horas punta".

Y es que, por mucho que hayamos leído "El capital" y pensemos que nuestro corazón está con los parias de la Tierra, en el fondo todos albergamos gustos de rico, por lo menos en lo que se refiere a viajes aéreos. Y quien diga que no. miente como un bellaco.

47 comentarios:

  1. Total y absolutamente de acuerdo.
    Avisa cuando tengas el jet y nos damos una vuelta por la Toscana, porque yo también soy de las que no compran lotería y odia la política jajaja.

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    1. Oye, pues no conozco la Toscana, o sea que podría ser un destino ideal, si alguna vez fuera rica. Y por supuesto, que te invitaría. Por si acaso (nunca se sabe), ya estoy mirando hoteles de superlujo en Florencia, Pisa, Siena... Mujer prevenida, vale por dos.

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  2. Hola , Jane. ¡Qué razón tienes,amiga! Yo, creo que estoy en tu línea. De hecho, si me paro a pensar, vicio de todo jubilado, no encuentro nada especial en que ocuparía mi tiempo de ricachón. Lo del jet no lo tengo tan claro, me van más las playas paradisiacas y una casita a pie de mar. Yo creo que me viene de mi época de infante, cuando la chica, hija de pescadores, que mi madre tenía para atender a su prole de siete en la calle Manuel de Osuna, me ponía un pescadito dentro de la bañera.Cuando he tenido algunas perritas las he ocupado o en viajes o en tapar agujeros, como habitualmente se dice. Encuentro este mundo tan revuelto que me daño al pensar que me confundan con un terrorista en un aeropuerto,un inmigrante no querido o un desquiciado de la vida, todos potencialmente peligrosos. Prefiero unas semanitas en Playa Honda, comiendo pescadito, caminando por el paseo y con frecuentes baños en la inmensa playa blanca. Y fíjate tú, ahora que llevo un año en clases de clarinete, me da por tocar" If I were a rich man" y pienso que parte de su letra corre paralela a mi vida de jubilado, la de no tener que levantarse al amanecer, sin oír los berridos de mi mujer( nunca fue el caso y ahora menos) y además, ¡ahora nos pagan sin trabajar!. O sea, ¿qué mayor riqueza podemos añorar ahora?. We are living in Paradise. Un saludito y sigue con tu blog tan bonito.Miguel

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    1. Es el destino ideal, Miguel. Mi consuegro, que es muy sabio, dice que él ya es rico. Tiene su casa, su coche, sus viajitos... Si fuera rico, tendría que ponerle "más" a todo: más casa, más coche, más viajes... y ya no estamos para esos "más" ¿Qué haríamos con ellos? Tener más posesiones lo que hace es complicarte la vida. Disfrutemos con lo que dices: un buen pescadito fresco a la orilla del mar mientras tomamos una copa de vino frío y damos gracias por estar sanos y poderlo disfrutar.
      Y es verdad, lo mejor de lo mejor es no madrugar (y cobrar a fin de mes).
      Sigue emulando a Benny Goodman (creo que era un clarinetista buenísimo, según mi marido) y disfrutando de la jubilación.
      Un abrazo.

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  3. Querida Jane, es como siempre un placer y un acierto pleno leerte... yo todavía no estoy en edad de jubilación, aunque ya me va faltando menos, pero comparto una a una todas las letras, palabras y frases de tu entrada de hoy. Desde la península te mando un abrazo fuerte en época de recuperación hospitalaria donde aún es más grato leer cosas tan entretenidas y veraces.

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    1. Querida Ana, las épocas de recuperación hospitalaria suelen ser fructíferas en descubrimientos ¡Cuántos escritores y artistas han descubierto su vocación después de retiradas forzosas de esas! Aprovecha para imaginar destinos, viajes y aventuras para cuando te jubiles.
      Muchísimas gracias por tus palabras y mejórate pronto. Un abrazo.

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  4. Rosaura Díaz Pérez7 de noviembre de 2016, 10:28

    Tienes bastante razón. Qué incómodos son los aviones actualmente! Todos aspiramos a ser más felices con la riqueza, pero eso suele ser falso. Seguramente tú contemplando tu nisperero o deleitándote con el perfume de las naranjas de tu naranjera eres inmensamente feliz. Ya Garcilaso y otros poetas exaltaban la naturaleza: la sombra de un árbol, los ríos con aguas limpias y transparentes, los sonidos producidos por las aves... Un paisaje bello y armónico. Sigue admirando tu entorno, compañera, y sé feliz cada instante.

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    1. Hoy leí que un avión que iba de Bruselas a Malta tuvo que aterrizar en Pisa porque 4 pasajeros se pusieron a discutir y a pelearse en pleno vuelo. Los hicieron bajar del avión y los arrestaron. Una cosa como esta no pegaría en un entorno diferente. Las condiciones de los vuelos son tan exasperantes que no es extraño que la gente pierda la paciencia y la educación.
      Para el próximo post voy a abundar en el tema que apuntas, los placeres de la grandes riquezas frente a los placeres sencillos. Hay cosas que no se pueden pagar ni con todo el oro del mundo.
      Un abrazo, Rosaura, y gracias.

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  5. ¡ Qué divertido tu escrito de hoy! Por favor, ponme en tu lista para disfrutar de algún viajito en tu avión, será una delicia, ya me lo estoy imaginando. Un abrazo amiga.

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    1. Ya hablamos el otro día todo el grupo de amigas que, si yo fuera rica, me las llevaba a desayunar a París (o, ya puestos, a Nueva York o a Hong Kong) en el jet privado que iba a alquilar ¿Te parece bien el de la imagen? Busqué "Jet privado de superlujo" y, entre todos, uno que se viera amplio para que podamos ir todas.
      Un abrazo, mi amiga.

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  6. Pienso que forma parte del ser humano el pensar en si tuviera más dinero haría esto o lo otro. Cambiar los muebles, un arreglo en la casa y yo a un hotel, buscar un vuelo y no estar mirando cuál es el vuelo más barato y así no levantarme a las 5 de la mañana para volar, viajar más (creo que los viajes tienen un componente adictivo), y esas cosas que no están a mi alcance.
    Yo sí pongo la primitiva (lo único), pero como si no la pusiera. No me toca nada y cuando me toca el reintegro me pongo tan contenta como si me hubiera tocado el premio gordo.
    Yo sí tengo primas en América, una de ellas mi madrina, pero no creo que me pueda comprar o alquilar un avión.

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    1. Yo lo único que compro es un décimo de la lotería de Navidad, pero más que nada porque forma parte de la tradición navideña, igual que el árbol, el turrón o los villancicos. Y creo que soy la única persona que, cuando le sale el reintegro, no se lo gastan en un número para la lotería del Niño. El año pasado mismo, cuando fui a buscarlo, la lotera me miró con extrañeza.
      Mis primas de América están en Venezuela, un país que no está ahora para cuchipandas ni aviones de superlujo. Y menos para dar herencias millonarias. Bastante hacen con sobrevivir con dignidad.
      No nos va a quedar otro remedio, Dulce, que seguir con viajitos más humildes, levantándonos temprano e intentando conseguir uno del Imserso. Y más contentas que unas pascuas.
      Un beso.

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  7. Absolutamente de acuerdo. Antiguamente lo solucionábamos sacando un billete en business. Hoy es prohibitivo.

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    1. Pero es que, Ana, ya ni la primera es la primera de antes. En los aviones en que existe es hasta cutre, separada por una cortinilla mierdosa y sí, un poco más separados los asientos de forma que puedes respirar un poco mejor. pero poco más. Nada, nada, lo mejor es lo que te digo: alquilarlo entero y ya está :-D

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  8. Nadie En Su Sano Juicio7 de noviembre de 2016, 16:37

    Una cosa te digo: a mí me quitan un bote de pesto en el aeropuerto y se lía la mundial. Como si me lo tengo que comer allí mismo.
    Y yo, además del avión, alquilaría un médico que me recetara los orfidales.

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    1. Eran las 10 de la mañana y me acababa de zampar un buen desayuno. Pero te aseguro que lo hubiera hecho si las condiciones hubieran sido más propicias. Era un botito de 150 ml. de nada (no me había fijado cuando lo compré) y lo tiraron a la basura. Tentada estuve de cogerlo cuando el guardia se dio la vuelta ¿Te imaginas? "Jubilada detenida en Palermo por una pelea a muerte por un pesto siciliano".
      Si yo fuera rica y alquilara aviones a punta pala, mandaría que me sirvieran litros de pesto en el avión y no me harían falta para nada los orfidales.
      Un abrazo.

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    2. Nadie En Su Sano Juicio7 de noviembre de 2016, 22:42

      Jajajajjajaa. Me encanta el blog, por cierto! Y el pesto!! Un abrazo

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    3. Gracias, mi niña. A mí el pesto me encanta. Lo suelo hacer cuando tengo sembrada albahaca en la huerta. Pero el siciliano tiene de especial que se hace con tomates secos que le dan un gusto distinto. ¡Ojalá se le indigeste!

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  9. Que cómico tu post de hoy Isa, como soñar no cuesta nada,y ya que NO somos ricos,entonces podemos hacerlo a rienda suelta,también me apunto para cuando alquiles el Jet. Nos lo vamos a pasar bomba....te imaginas?,solo al subir a él ya empieza la copita de Champagne.....como será cuándo acabe el vuelo y lleguemos a nuestro destino?......en cuanto a lo que te pasó con el Pesto, yo,en tu lugar lo abro y lo derramo poco a poco en la basura. Seguramente el que te lo quitó, no bien pasaste del sitio,lo recogió para llevarselo él.......

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    1. Cristian Gálvez, el conductor de "Pasapalabra" (ya sabes que es casi lo único que veo en televisión y no todo), siempre empieza el rosco preguntándole a los concursantes: "¿Y qué harías con (por ejemplo) 800.000 euros?". Siempre me hacen gracia las respuestas. Algunas son muy originales, como dar la vuelta al mundo a nado (¿¿¿???), pero te das cuenta de que la gente no aspira a vivir a todo tren sino tapar agujeros, un viajito de vez en cuando, pagar la hipoteca, ayudar a los hijos... Creo que lo que yo propongo tampoco es muy exagerado: un viaje sosegado en el que te puedas estirar y en el que te mimen un poco. No es pedir mucho ¿verdad? Y si vamos todas juntas alegando de lo divino y lo humano, mejor que mejor.
      Al que me lo quitó se lo dije: "Era para mis hijos ¿Se lo va a quedar para los suyos?". Me dijo que no, pero lo puso con mucho cuidadito en el bote de la basura, como para que no se rompiera. La próxima vez que me pase hago lo que me dices :-D

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  10. Hola Jane. Lo de los aeropuertos, las compañías aéreas, los aviones sólo tiene un nombre: Tomadura de pelo!!!!!. Nos dicen que volamos más barato, más rápido,..... pero eso sí, cuando ellos quieran.
    Si yo fuera rico me compraría una emisora de radio o televisión y los estaría poniendo a parir todo el día, pero claro como no lo soy, ni lo voy a hacer, lo que hago es soñar despierto. Un beso Jane. Juan

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    1. Yo empecé a viajar cuando me fui a Madrid a estudiar hace 50 años. Entre aquellos viajes y estos media un abismo. Es como si cada vez quisieran fastidiarnos más. Y en los viajes de bajo costo (los que suelo coger porque los otros son prohibitivos) encima están todo el rato vendiendo perfumes y qué sé yo más cosas por el pasillo. Sí, todo está al servicio de ganar más dinero, pero podrían disimularlo un poco ¿no? Leí hace un tiempo que estaban pensando poner a gente de pie sin asientos. Supongo que era broma pero no me extraña nada que fuera un globo sonda a ver cómo reaccionábamos.
      Te veo perfectamente a cargo de una emisora explayándote. Y sé que lo harías muy bien.
      Un beso, Juan.

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  11. Que verdad dices, sigue contando esas bonitas historias. Un beso.

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    1. Sí, desgraciadamente son verdad y todas las sufrimos. A ver si alguna vez la cosa cambia...
      Gracias, Fermina. Un beso.

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  12. ¡Olé tu pluma! Me sumo a tu deseo. Qué gusto poder ir paseando por el mundo, con la posibilidad de estirar el cuerpo y cambiarte de asiento. De elegir una comida caliente en condiciones y decidir el hilo musical. Eso sí que es un lujo saludable. Qué tranquilidad sería descansar la cabeza donde sólo repose la tuya o la de los tuyos. Apoyar los brazos sin miedo a entorpecer un pasillo frecuentado y sentarte donde te apetezca por turnos. Lo mejor, no aguantar conversaciones, ronquidos o niños que lloran, mientras no tienes escapatoria.
    O dormir sin la preocupación de parecer una loca despeinada porque no hay espectadores.
    Y qué me dices de usar un aseo reluciente donde poder sentarte sin miedo a que te abran la puerta y a que, como te descuides, te dejen sin rodillas.
    Déjame compartir ese sueño contigo, y si alguna vez se cumple para alguna de las dos ese placer, seguro que programaremos alguna "dominicada" inigualable.

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    1. Síííí, en lo del aseo no había pensado: un baño amplio hasta con bañera y todo, no un cuchitril donde no te puedas mover.
      Y lo de la comida caliente (ya puestos, varios menús a elegir ¿te parece?) es fundamental. Una vez, en aquellos tiempos en los que se podía pedir un café (gratis) y te lo traían al momento calentito, pedí uno porque tenía mucho frío y me lo bebí de un tirón. Al ratito vino la azafata a preguntarme si me había gustado. "Sí, gracias", le dije. "¿No notó un gusto raro?" "No me di cuenta, tenía frío y sólo quería algo caliente". "Es que nos equivocamos e hicimos el café, en vez de con agua, con caldo" ¡Ah, aquellos tiempos en que había caldo calentito hasta para equivocarse al hacer el café!
      Seguiremos programando "dominicadas" inigualables incluso sin alquilar un avión, no te preocupes.
      Besos.

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  13. Que bonito era el antiguo aeropuerto de Los Rodeos. Yo también recuerdo ir a tomar un café y ver la gente y el ambiente tan agradable y señorial. Entiendo que los tiempos cambian y que hay que adaptar los espacios pero, la verdad, es que hay aeropuertos de horror.
    Yo he sido objeto, por tres veces, de reconocimiento, además del striptease previo, en Londres, donde me hicieron un registro, en Las Palmas y en Roma este año, que me hicieron la prueba de explosivos. Dicen que se hace de forma aleatoria. Lo mismo me dijeron en el Ayuntamiento cuando por tres veces consecutivas, me tocó presidir una mesa electoral. Decidí que constara en mis datos del padrón que era analfabeta.
    A ver si juego a la loteria, bonoloto, euromillon, etc. y el azar me hace millonaria, ya que tengo tanta suerte en ser elegida, y entonces alquilaremos ese avión y nos damos la gran vida. (Queda invitado todo el patio).

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    1. Me encantaba el aeropuerto, pequeño y abierto, lleno de luz.
      Date con un canto en los dientes de que sólo te hayan parado 3 veces y haya sido un sobeo leve. Tenemos una amiga a la que en un aeropuerto de Colombia le hicieron un tacto rectal por si llevaba droga, imagínate. Es lo que digo en el post, no sólo soportamos majaderías sino también indignidades.
      Estupenda tu propuesta, juega tú (que a mí me da la risa) y luego me invitas a ese avión. Nos lo vamos a pasar pipa.

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  14. Estoy tan de acuerdo contigo y con lo que comentan en tu blog sobre este asunto que no sería justo mi falta de reconocimiento. Qué acertado tu enfoque, los detalles, en fin todo. Será también porque esta tarde viajo a Madrid en Iberia express? La Iberia sin express ya no la veo. Un beso

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    1. Pero es que ya casi todos son iguales, Carmen Nieves. En el último viaje a Sicilia fuimos hasta allí con Vueling. A la vuelta hasta Madrid con Ryanair, y de Madrid a Tenerife con Air Europa. Las 3 compañías eran exactamente iguales, la misma estrechura para sentarte y para levantarte, el tener que pagar aparte el equipaje si lo querías facturar, las mismas colas... Sólo recuerdo viajar más cómodo a Viena en la compañía de Niki Lauda y a Budapest en la Malev (que ya cerró en 2012).
      Ten un buen viaje. Igual que París bien valía una misa, Madrid bien vale 3 horas de vuelo sufrido. Un besote.

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  15. Hay otras maneras de viajar en jet de superlujo: que te inviten otros seres que tienen esos privilegios. Le pasó a una amiga mía, se había reunido con las niñas del colegio, el suyo claro, y se pusieron al día después de muchos años, como nos pasó a nosotras en su momento, hiló el hilo con una más que con otras, sobre todo con una que había sido medio novia de su hermano, quedaron en verse otro día y la amiga recuperada le presenta a su marido y se caen muy bien y la invitan, así tal cual, a ir América con ellos y ¿en qué van? pues en jet privé, igualito, igualito o muy parecido al que sacas en la portada de este blog. No tengo las fotos, ni las pondría porque son personajes conocidos ( no mi amiga ni la amiga de mi amiga) pero mi amiga me mandó de cenando en el jet con de manteles y con de flores y con de cosas ricas y de la ciudad a la que fueron, que tampoco nombraré por prudencia y de su casa de ellos, que me quedé turulata y encantada de que le hubiese ocurrido esa aventura estupenda.
    Yo, puestos a pedir, me pido tu jet alquilado, un sitito, y nos bebíamos el champagne, que no sería cava, con bocadillos de jamón o tortilla de papas. ¡Toma ya glamour!

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    1. Bien dice un amigo mío graciosero que mejor que tener un barco es tener un amigo con barco. Así vas de invitado y no te tienes que ocupar de limpieza, gasolina, reparaciones y otras zarandajas. No sé si preguntarle a las demás niñas del colegio si alguna tiene la intención de ir en jet privé a América para apuntarnos.
      ¿Y ves? Yo sabía que esas cosas pasan, que no es ninguna fantasía y que en algún lugar de este mundo hay gente así, que dice un día: "Oye, Manolo, ¿y si nos fuéramos a Nueva Zelanda?", "Pues vale, aviso ahora al jet que nos vengan a recoger". Como dicen mis nietos adolescentes, no es justo.
      Pero por lo menos tenemos el glamour del bocadillo de jamón y de la tortilla de papas. Algo es algo :-D

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  16. Qué razón tienes ,querida Isa, y qué bien lo has expuesto.Es terrible viajar ya en las condiciones actuales de las aerolíneas. Yo tuve una vez la suerte por un error de la agencia,de viajar en primera clase y menuda diferencia!Pero,claro,no se puede por el elevado precio que tiene esa clase.Solo los ricos! Un abrazo.

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    1. Yo a veces me consuelo pensando en los viajes de antes. Mi marido una vez (cuando aún no lo era) hizo un viaje de aquí a Valencia en aquel avioncito al que llamaban "el saltamontes". Fue de Tenerife a Lanzarote, de allí a El Aiún, donde el avión se llenó de tierra. De allí siguieron y tuvieron que hacer un aterrizaje de emergencia en Casablanca, y de allí a Málaga donde el avión ya no pudo seguir más. Él hizo noche en Málaga y al día siguiente en guagua a Valencia. Casi 40 horas de viaje.
      A lo mejor ahora las máquinas son mejores pero la verdad es que muchas veces hemos tardado también mucho tiempo para recorrer distancias cortas. Hacerlo en mejores condiciones (esa primera clase extensible a toda la clase turista) aliviaría y haría que viajar fuese un placer ¿Lo veremos?
      Un abrazo, Begoña.

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  17. Qué razón tienes!!! Un jet privado lo mejor. No vivo en una isla pero sí lejos de mi tierra, así que conozco demasiado bien los usos y abusos aeroportuarios. Si te va. Irán con el tuyo (cuando lo disfrutes siendo rica) ya me cuentas qué empresa de alquiler empleas (para cuando yo lo sea).
    Un besin! Me quedo por aquí, me encanta lo que cuentas ;-)

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    1. " Si te va bien con el tuyo" quería decir. El móvil me juega malas pasadas, maldita tecnología!
      Por cierto, acabo de comprobar que ya te seguía, tengo que pasarme más asiduamente!
      Un besin

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    2. Jajaja, Anuca, ya digo que no hay ni la más remota posibilidad de que sea rica alguna vez. A ver, loterías y similares, descartados por no comprar; tíos ricos que me leguen millones, descartados ppor no existir; cargo político con el que forrarme, descartado por falta de ganas... Total, lo único que me queda es que cavando algún día en el jardín me encuentre un cofre del tesoro ¿Posibilidades de que eso ocurra, teniendo en cuenta que ni loca me pongo a cavar (el lumbago manda)? Bueno, no vamos a decir que ninguna. Así que sí, si esto último pasa, te avisaré.
      Un besote.

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  18. Muy bueno tu post, Isabel. Me he reído un par de veces por tu particular sentido del humor, con lo de que casi desvisten a un señor con pelos en las piernas (eso digo yo, ¡qué necesidad!) y con lo de la servidumbre que te plancha hasta el periódico.
    Y es que todos anhelamos siempre más y más, ¿y cómo, si no es con más dinero en el bote?
    Yo soy de las que tampoco compro lotería salvo por Navidad, pero si me tocara, con que me dé para poder pagar el piso a tocateja, algún que otro viaje por el mundo y algunos caprichitos más me conformo ;-)

    ¡Besos de domingo!

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    1. Si es que somos muy humildes, Chelo. Nosotros no somos como esos millonarios que se gastan fortunas en hacer campañas millonarias para que los nombren presidentes de superpotencias. No, nosotros tapar agujeros y alguna cosita más. Somos de buen conformar.
      Pero ¿te acuerdas de una canción del año de la pera que decía "Todos queremos más"?
      Todos queremos más
      todos queremos más
      todos queremos más
      y más y más y mucho más.

      El pobre quiere más
      el rico mucho más
      y nadie con su suerte
      se quiere conformar.

      El que tiene un peso
      quiere tener dos,
      el que tiene cinco
      quiere tener diez,
      el que tiene veinte
      busca los cuarenta,
      y el de los cincuenta
      quiere tener cien.
      ¿Tendrá razón y a lo mejor el ser humano no es de tan buen conformar?
      Un abrazo.

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  19. ¡Hola Jane!
    No he respondido antes a esta entrada, porque he estado fuera, y desde el móvil no es lo mismo.
    Ahora que ya estoy en casa otra vez, voy a ello... y esta vez para decirte que a mi, que también me muevo mucho en avión, no me importan nada las estrecheces. Me adapto perfectamente y ni me entero si un niño inquieto da patadas a mi asiento por detrás, o si el de delante reclina su asiento (mi marido no soporta ni lo uno ni lo otro). Por cierto, voy siempre en el asiento del medio, porque mi marido prefiere ventanilla, y a mi me da igual.. ¡¡¡Me toca cada gordo/a !!!
    Tal vez se deba a que al ser la 5ª de ocho hermanos teníamos que acostumbrarnos a todo., dormir en la misma habitación con mis otras tres hermanas, que no era pequeña, pero..., meternos 5 ó 6 en la parte de detrás del coche, y. si protestábamos, mi madre decía invariablemente "tranquilos niños, que no vamos a vivir aquí", etc., etc...
    Tü sabes que no miento, y mucho menos como un bellaco .) Toda regla tiene una excepción.
    Besos

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    1. Tienes razón, Arista, las familias numerosas curten mucho y acostumbran a la adaptación. Agatha Christie cuenta en su "Autobiografía" que el marido (el 2º), que era arqueólogo, se enamoró de ella cuando venían en un viaje en jeep a través del desierto y la rueda se les hundió en la arena y tuvieron mil calamidades. Pero ella ni protestó ni se inmutó sino que se lo tomó con calma, ayudó en lo que pudo y, cuando no podía, se echaba un sueñecito. Él pensó que sería una excelente esposa de un arqueólogo.
      Frente a viajes así, es verdad que somos afortunados en poder viajar en avión. Y más afortunados todavía lo son las personas adaptables. Yo sí me entero de las patadas y gritos del niño de detrás y de no poder leer mi libro porque el delante no me deja. Y echo de menos los tiempos en que había más holgura. Pero te doy la enhorabuena por ser la excepción (Agatha Christie y tú)
      Besos.
      P.D.:También voy en el asiento de en medio generalmente.

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    2. Jane, me ha gustado mucho tu respuesta y la anécdota de Agatha Christie.
      Aprovecho para añadir otro comentario a tu entrada, Por supuesto que me incomoda todo lo de las esperas, el no poder llevar líquidos, quitarme las botas etc, eso sí, claro. José Luis Sampedro,dejó de venir a Tenerife, donde tenía un apartamento, por ese motivo.
      Pero a lo que iba, si yo fuera rica (que no lo seré), viajaría por todo el mundo, en distintos medios de transportes... y cuando estuviera en casa, tendría un ama de llaves, me explico, no tendría que pensar, ni siquiera saber, lo que voy a comer, ni lo que hace falta limpiar, comprar, ordenar, ... o sea, más o menos lo que han venido teniendo los hombres casados con mujeres amas de casa hasta hace bien poco. Pero con una diferencia:, yo no querría ni mandar.. Utópico, lo sé, y un poco tarde jajaja!!

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    3. ¡Muy buena utopía! ¿Te acuerdas cuando poníamos de ejercicio en el tema de las utopías que los alumnos se inventaran su utopía ideal? Por ese camino tuyo (y mío) iban algunas... Lo que pasa es que a mí lo del ama de llaves, no sé, no sé ¿Y si luego resulta ser como la de "Rebeca? Mejor seguimos organizando la casa y la comida que tampoco es tanta lata cuando la cosa es compartida.
      Un abrazo.

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  20. Hola, Jane, aquí la que, bien a destiempo, suele cerrar la lista de comentarios a tus estupendos posts.
    Y lo hago para recordarte que ese sueño de ser "másquemillonaria", para disponer de un avión con el que recorrer el mundo, en compañía de familia o amigos, lo compartimos. Pero, como sabes bien, en mi caso más que alquilarlo, prefiero comprarlo. Sé que esa no es tu apetencia, por lo engorroso que debe ser llevar los trámites y papeleos propios de estos "caprichitos", pero ya te dije que la condición de ricachona también te permite contratar al mejor gestor, para que se encargue de todas esas bagatelas...
    Algo me dice que un avión alquilado no es muy fiable, porque vete tú a saber en qué manos estuvo antes y qué trato le habrán dado, que hoy es muy fácil que te metan gato por liebre, por aquello de los avances tecnológicos, de materiales y demás trampas para engañar al prójimo. Siempre me gustaron las cosas de fábrica y con el premio, la herencia o el descubrimiento del tesoro me gustaría pasear a la familia y los amigos con la tranquilidad de ser los que estrenemos la aeronave.
    Y todo eso sabiendo que, nuevo o alquilado, va a ser poco probable que llegue a tenerlo, si apenas juego loterías, ni voy a ser heredera de ningún jeque árabe o de un magnate con algún apellido de la saga, descendiente de tatarabuelos que hicieron las Américas, allá por el s. XIX.
    Como siempre, buena y divertida entrada, querida Jane.

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    1. Bueno, pues vale, iremos en el jet de tu propiedad. Yo, cuanto más vieja me hago, más ganas de desprenderme de cosas tengo. Sigo pensando que las propiedades te complican la vida y que qué necesidad. Soy consciente de que los ricos tienen miles de personas que trabajan por hacerles la vida fácil, pero rodearte de secretarios, administradores, gestores (además de los 7 sirvientes necesarios) es también complicarse la vida. Sólo de iamginarme comprándoles los regalos de Navidad (¡qué menos!) me entra un sarpullido.
      Ah, y por supuesto, yo alquilaría aviones fiables. A lo mejor, hasta uno a estrenar. Jajaja, me imagino a mi abuela oyéndonos y diciendo: "¡Estas chicas están en Babia!".
      Un besote y gracias.

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  21. Elena Villavicencio2 de enero de 2017, 15:38

    Y cuando te toca un borracho por vecino...se riza el rizo: encorsetada entre el sillón y el beodo, sin poder evadirte con la lectura porque los vapores que te llegan del asiento vecino te transportan irremediablemente a la fétida realidad.

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    1. Ese ya es el colmo de los colmos. Y si es muy gordo peor todavía. En esos momentos sí que echo de menos el avión que me hubiera alquilado... si yo fuera rica.
      Besos, Elena.

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