Entre las chicas es ahora tendencia (ya no está de moda decir "está de moda") el sobaquember que, para decirlo en cristiano, es no depilarse los pelos de las axilas. La palabrita se las trae y suena fatal. Como mi admirado Alex Grijelmo señaló hace poco en un artículo, "el sonido de las palabras las envuelve, a veces con la suavidad de las sedas y a veces con la aspereza de las estrazas". Y eso es lo que pasa, sigue diciendo, con la palabra axila (tan fina ella, con su raíz latina y todo) y con sobaco, palabra encontrada en la calle y tan vieja que ni se sabe de dónde salió. Su procedencia de pueblo se ve hasta en sus derivados, "sobaquina" (sudor de los sobacos) y "sobacuno" (olor desagradable). Y ahora se ha creado este otro derivado, sobaquember, al que se le ha añadido una terminación seudoinglesa, como para vestirlo de bonito, aburguesarlo, disfrazando su baja estofa con ropajes extranjeros. Pero ni por esas, sigue sonando horrible. "Para la psicología general de nuestra lengua - dice Grijelmo- los sobacos sudan pero las axilas no".
Pero no sólo es la palabra, sino también el hecho en sí lo que me llama la atención. Las modernas de ahora, creyendo que han encontrado la piedra filosofal del glamour, publican y airean en todos los medios sus fotos levantando los brazos para que se les vea bien el matorral. Y, para darle más alegría a la cosa, a veces se lo pintan de rosa, verde o naranja. Y, al mismo tiempo, los chicos han abrazado con entusiasmo la depilación, uno de los medios más refinados de tortura que existen, para lucir el cuerpo más lisito que el culo de un bebé. Vale, se han cambiado las tornas, pero ¿realmente se creen que están innovando algo?
Desde que el mundo es mundo, allá por los tiempos del Pleistoceno, hombres y mujeres lucieron por todas las partes del cuerpo frondosas pelambres que los ayudaron a soportar las temperaturas de la Edad del Hielo. Y, dado que existe entre los genes humanos el de querer ponernos más guapos de lo que la naturaleza nos ha hecho, desde ese mismo momento seguro que las adornaban con ramas, florecitas, huesos, gusanitos y todo lo que encontraron susceptible de ser bello. Y más tarde, a lo largo de la historia, hombres y mujeres siguieron haciendo variaciones y floripondios con sus pelos: rapárselos al cero o dejarlos crecer hasta poder sentarse en ellos, rellenarlos para que alcanzaran alturas de vértigo, empolvarlos, hacerse crestas o tirabuzones, teñirlos de todos los colores del arco iris, rizarlos o plancharlos, ponerles encima sombreros, tocas, velos, pinchos, joyas y toda la parafernalia. Hasta Rapunzel utilizaba sus trenzas como cuerdas de alpinismo.
En los años 60 también los hippies tenían su punto piloso, dejando crecer a su antojo barbas y pelambreras y, por supuesto, los pelos de piernas y axilas. Una de mis amigas en aquel tiempo se presentó de esta guisa -axilas frondosas y traje sin mangas- la primera vez que fue a conocer a su futura -y estirada- familia política; y no faltó el comentario de la niña pequeña que, en voz baja pero audible, preguntó: "Mamá ¿por qué ella tiene todos esos pelos bajo el brazo?". Actrices como Sofía Loren en los años 50, y ahora Penélope Cruz, Julia Roberts, Emma Thompson, Beyoncé, Madonna, Drew Barrymore... también han protagonizado su momento sobaquember.
Y me parece bien que así sea. La depilación es siempre una opción, nunca una obligación. Que cada uno haga con los pelos de su cuerpo lo que quiera, incluso hasta ponerse, colgando de los de las axilas, campanitas de navidad, ahora que es la época (todo se andará). Pero pretender que se está descubriendo la pólvora con el sobaquember... ¡Anda ya, ni de coña!
Larga vida han tenido las modas (perdón, tendencias) de los seres humanos.
(Dedicado a Gladys González, amiga, compañera de "Lo que las piedras cuentan" y asidua comentarista, desde hace años, de este Blog de una jubilada, que nos ha dejado esta semana. Sé que a ella le hubiera hecho gracia este post y que habría participado con uno de sus ingeniosos comentarios. La echaré mucho de menos)
Gracias mi niña, mucha salud y armonía para todos.
ResponderEliminarLo mismo para ti, Carmelita. Las dos cosas más necesarias del mundo. Un abrazo.
EliminarMuy bueno, Isabel.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lourdes. De vez en cuando hay que echar una mirada asombrada a la realidad, Un beso.
EliminarMuchísimas gracias por la dedicatoria..a mi hermana le hubiese encantado el artículo y la sutil ironía de los términos.Yo sólo darte un gran abrazo de su parte y de toda la familia por el gran cariño y respeto demostrado hacia su persona.
ResponderEliminarTener el privilegio de haber compartido con Gladys su fino sentido del humor, su alegría y su ingenio bien merecen ese cariño y ese respeto. Es una de esas personas difíciles de olvidar. Un gran abrazo para ti y para su familia (en el último post que comentó, "Puntas de color rojo carmín" el 31 de octubre, habló de su hija).
EliminarEsa tendencia del "no a la depilación", se ha impuesto porque algunas actrices de Hollywod han hecho publico que no se depilan porque es nocivo para la salud. El vello está donde está, para actuar como barrera protectora. Además la depilación de las axilas, según esas actrices y por algunos médicos, puede producir cáncer de mama. Asi que ya saben, a hacernos trencitas. Antes me horrorizaba verme sin depilar ahora ya me voy acostumbrando.
ResponderEliminarYo creo que lo que importa sobre todo es no sentirse esclavizado por ninguna moda ni por el qué dirán, sino estar en paz con el propio cuerpo, sentirse cómodos. Y si no te gusta tener pelos y no quieres someterte a cera ni a depilatorios, para eso están las maquinillas de afeitar de toda la vida, que no creo que sean nocivas. Y si te da lo mismo tenerlos, pues estupendo, que es verdad que el vello es protector. Como digo en el post, es una opción más, no una obligación.
EliminarMe da risa la palabreja, ¿pero no era más fácil decir "sin depilar" o algo así? Jajajajaja. Es que salen unas modas... uy, no, tendencias. Que me da igual si se depilan las axilas o no, ¿pero que le pongan nombre de semi-deporte como el twerking ese? En fin... Vivir para ver tendencias. Bss
ResponderEliminarLa palabreja es horrorosa. Fíjate que "axila" también significa lo mismo y es mucho más fina. Podrían haber inventado "axilamber" que suena hasta a tónico comprado en la Sección de Perfumería del Corte Inglés. Y, sin embargo, van y cogen como raíz "sobaco", con toda la carga de olores que trae aparejados.
EliminarSegún he leído, es la réplica femenina a la moda, perdón, tendencia del Movember, que es dejarse el bigote los hombres en noviembre (¿¿¿???) para tomar conciencia del cáncer de próstata. Todavía me estoy preguntando qué tendrá que ver una cosa con la otra y que si un señor se deja el bigote en julio será porque no está concienciado.
En fin, lo que dices, mundo curioso este...
Besos.
Me has hecho reír con el tema. ¡Fántastico! Un abrazo
ResponderEliminarEs que es para reírse, Begoña. Sobre todo, si te pones a leer declaraciones en pro y en contra. Hay batallas más importantes por las que luchar. Dan ganas de decirles eso de vive y deja vivir.
EliminarUn abrazo.
Gracias Isa por seguir sorprendiéndome con tu fino saber decir.
ResponderEliminarY por la dedicatoria a mi admirada Gladys
Gracias a ti, Ignacio, por tus palabras.
EliminarLa familia de "Lo que las piedras cuentan" está ahora de luto. Pero pienso que es un buen homenaje dedicarle a nuestra Gladys un artículo de humor, porque creo que así es como la recordamos todos: inyectando en el grupo humor, simpatía, compañerismo y risas ¡Nuestra querida diosa de las chiripas!
¡Magnífico! Tolerancia hasta para los pelos,cada uno es depositario de su soberanía sobre su cuerpo. ¡A Gladys le hubiera encantado! Gracias
ResponderEliminarEstoy segura que sí, América. Por lo menos, metería cuchara :-D
EliminarFíjate que nos empezamos a depilar las axilas porque en 1915 salió un anuncio en Harper's Bazar promoviendo un depilatorio. La publicidad rezaba así: "La moda para el verano y el baile moderno se combinan para hacer necesaria la eliminación del molesto vello". Hasta ese momento ni era molesto ni nadie se había preocupado de si tenías pelo o no en las axilas. Pero se convirtió en "tendencia", oye, y la fastidiamos. Lo ideal hubiera sido lo que dices.
Un abrazo grande.
Muchas " tendencias" sin necesidad ninguna, Isabel.
EliminarY como esta, el luto, o el que las novias se vistan de blanco, o que pongamos árbol de navidad... costumbres todas que tuvieron origen en acontecimientos que gustaron y se pusieron de moda. Así somos los humanos de copiones.
EliminarSi no te importa lo comparto, bonita dedicatoria.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, Mary. Creo que el sentido de un blog es precisamente ese, compartir y dialogar sobre lo divino y lo humano.
EliminarUn abrazo.
Quiero decirte que me divertí mucho con tu "filosófico" sobaquember (vaya palabro feo, pardiez).
ResponderEliminarY créeme que mientras lo leía, no pude evitar acordarme de cómo se lo hubiera pasado Gladys y de qué comentarios más jocosos te hubiera hecho. Creo que no podías haberle dedicado otro mejor...
Bravo por ti, chiquilla.
Un besote y hasta luego.
Me lo pensé, Chari. Estamos tan tristes que me dije que tal vez este post no fuera el más adecuado para dedicárselo. Pero luego pensé que era el típico post que ella hubiera comentado entre risas y entre ideas serias. Y que si estuviera con nosotros todavía, yo hoy estaría esperando sus palabras.
EliminarMuy filosófico no me salió esta vez, la verdad. Kant se ruborizaría y tal vez Nietzsche (que dijo aquello de que la mujer es un animal con ideas cortas y cabellos largos) tendría algo más que decir.
Otro besote para ti.
Jajaja, enseñar los brazos para que se les vea bien el matorral o dejar crecer los pelos hasta sentarse en ellos, ¡me parto de la risa! Es genial tu post, Isabel.
ResponderEliminarY ya pueden todas esa tops models y actrices hacer sobaquember que no hay nada menos estético y más poco sexy, en mi opinión, claro está.
Por cierto, yo nunca he entendido esa frase de que "donde hay pelo, hay alegría"... ;-)
¡Un beso!
Ah, yo tampoco, Chelo, mi marido es calvo y bien alegre que es :-D
EliminarDepilarse o no es una opción que se toma en la que intervienen los gustos, la costumbre, la moda, la época... A mí tampoco me gusta lo del sobaquember, pero tengo claro que lo que no haría de nuevo si volviera a nacer es pasar por el suplicio de la cera. Tiene que haber formas más suaves y menos agresivas de estar a tu gusto.
Muchas gracias, Chelo. Un abrazo.
Ay, Jane, cómo me reí, y cómo me sigo riendo, con tu visión "sobaquemberiana" (a una palabreja fea, donde las haya, otra más fea, faltaría más...).
ResponderEliminarEs la primera vez que oigo tal "modernez" y me he quedado asombrada con eso de que sea tendencia algo contra lo que tanto lucharon los defensores de la estética corporal y el "fuera pelos".
Aparte de tus menciones históricas a la presencia o ausencia del cabello en la especie humana, para demostrar que esa moda (perdón, tendencia) que nos invade no tiene categoría de tal, hace más de 30 años, en otras latitudes, me encontré con una joven y oronda teutona que llevaba sus piernas al aire y cubiertas de una rizada y abundante pelusa rubia. No sabes lo que me sorprendió el hallazgo y también lo que me admiró la falta de complejos y la naturalidad de aquella muchacha. Para mí, fue como el símbolo de un país, avanzado y moderno, frente a otro, más atrasado, al que aún le faltaba mucho para llegar a serlo.
Igualmente, otra tendencia que en 1992 se llamó metrosexualidad, para el hombre, impuso la depilación de todo su cuerpo, como el signo más evidente de ser uno de sus entusiastas precticantes. Pero, hete aquí, que ya en los años 70, los deportistas masculinos, en general, y los ciclistas y los nadadores, en particular, rasuraban todo su cuerpo, con el fin de arañar décimas de segundo a sus marcas, aunque en 1972, el grandísimo Mark Spitz, no sólo no se depiló, sino que logró sus míticas siete medallas en las Olimpiadas de Munich, acompañado de una hermosa y tupida cabellera, un frondoso bigote y unas axilas superpobladas de matorral. Claro ejemplo de que fue la excepción a la regla y de la libertad de elección que el genial nadador demostró, conservando en su cuerpo lo que la Naturaleza le había dado tan generosamente y que ahora, cuarenta y pico años más tarde, se ha dado en llamar el sobaquember ese...
A mí me da que este alarde piloso va más allá de esa protección que la Ciencia le adjudica y que forma parte de esa llamada a la naturalidad que también es tendencia, de última hora, dentro del glamouroso mundo del espectáculo. Cada vez más, actrices y cantantes famosas reivindican el mostrarse al mundo sin ninguna clase de maquillaje ni filtros que alteren sus rostros y cuerpos. Desde las más jóvenes, tipo Alicia Keys o Beyoncé, hasta las más maduras, como Cameron Diaz o Nicole Kidman se apuntan a ella. Como botón de muestra, sirva el Calendario Pirelli 2017, con caras y figuras tan conocidas como la citada Kidman, Julianne Moore, Penélope Cruz o Uma Thurman entre otras muchas y, todas, mayores de los 40 años...
Así pues, querida amiga, ¡¡viva la naturalidad y su más peluda tendencia, el sobaquember ese, por muy feo que sea semejante palabro y por mucho que moleste a los amigos de la estética y la axila depilada!!.
Jajaja, me he reído yo también con la oronda teutona y sus pelos. Pero ten por seguro que muchos pueblos (los habitantes de la Grecia clásica, por ejemplo, que iban rasurados) hubieran pensado que la atrasada era ella y no hubieran dudado en calificarla de "bárbara" (perteneciente a otros pueblos no tan civilizados como los griegos y romanos). Y probablemente en aquel tiempo en que tú la viste muchos hubieran pensado lo mismo.
EliminarEsta nueva moda-tendencia puede ser, como dices, una llamada a la naturalidad que nos invade y que tampoco es nueva. Como bien sabes, el naturalismo en el arte del siglo XIX pretende reflejar la realidad tal cual es sin idealizarla ni embellecerla. Y personajes como Isadora Duncan, que bailaba sin maquillaje, descalza y con la cabellera suelta, o Frida Khalo que no intentó embellecerse ni depilarse, son testimonio de esa naturalidad a la que le das vivas.
Yo no lo tengo tan claro, Cehachebé. Creo que el ser humano tiene tendencia a embellecer su entorno y a sí mismo. Desde los tiempos primitivos los hombres y mujeres han intentado enmendarle la plana a la naturaleza. Incluso ese teñirse el vello de las axilas de colores variados también tiene el mismo fin. Si fuéramos "naturales" ni nos cortaríamos el pelo ni las uñas o andaríamos desnudos... Creo que sigo siendo amiga de la estética y de la axila depilada.
Hola Jane. Las modas son un misterio, por qué se pone algo de moda?. Me imagino que tiene que ver mucho con el aburrimiento y el "no tener nada que hacer". Con lo bueno que sería no aburrirse leyendo, pintando, escribiendo ...y de camino se harían más cultos pero sobre todo mejores personas. A mí no me gustan las pelambreras en los sobacos, pero es una opinión, y que cada uno/a haga con sus sobacos lo que quiera. Un beso Jane. Juan
ResponderEliminarPienso como tú, Juan, que la moda tiene que ver con el aburrimiento y la necesidad de cambiar que tienen los seres humanos (los animales no se aburren). Javier Gomá, que es un filósofo que me gusta, engloba dentro de ella muchos elementos: lo nuevo, la caducidad, la imitación, la identidad... Y además la mosda afecta a todo, no sólo como hemos visto aquí al tema de la belleza corporal y el tener más o menos pelos, sino también a la casa (mis hijos me han llegado a decir que los azulejos del baño ya no están de moda ¿¿¿???), al cine, al lenguaje, al pensamiento...
EliminarY no desprecies el aburrimiento. Muchos, precisamente porque gracias a él cambiamos, lo consideran el motor de la historia.
Un beso, Juan.
No sé, no sé. ¿Y si a esos pelos del sobaco le añadimos unos golondrinos colgando?
ResponderEliminarEstás rizando el rizo, Enrique, y no precisamente de los pelos del sobaco...
EliminarDe pelos, ná.
ResponderEliminarSi alguna a los trece años y en los últimos 50, me dice que le daba lo mismo tener pelos que no, le doy un beso en la frente y, decididamente, sentenció que no tenía pelos. Cuando a esa edad pareces un sargento de húsares, o de la legión o de los pelirrojos escoceses, pero, eso sí, sin la tonalidad que podría dar un aire exótico, maldices a todos los dioses, a tus genes paternos porque mi madre no tenía pelos y la depi con cera tardó hasta los sesenta y ocho en ser común y, sí, era china, la tortura, porque aquellas brujas te achicharraban viva. No fue hasta los ochenta cuando salió la cera " a la miel" y con otros suavizantes, en Paris, eso sí, un poco lejos y un poco caro.
Novelones podría escribir sobre ello, pero nunca con pelos, por dios. Hay quien dice que es un influjo más de la cultura árabe en esta nuestra, si es cultura? Ya el porqué no sé, pero aquellas criaturas se depilan todo pelo, que ya es mucho si son peludas como una ha sido. Cien años de cera y los propios años y algunos eurillos de láser, al fin, por dios, me han dejado sin pelos como tampoco veo mucho, soy feliz.
¡Cuánta razón tienes, Cae, y cuánto hemos sufrido las féminas por culpa de los dichosos pelos y la necesidad de ir impecable y no parecer un sargento de la guardia civil! Por eso no me explico que los chicos, que se pueden librar fácilmente del tema, hayan elegido ahora esa vía de tortura china. Los árabes, sí, pero también los griegos y los romanos seguro que han influido en esta visión lampiña de la cultura occidental.
EliminarDemos gracias de todas formas a la edad que nos libera de esa necesidad. Yo también soy feliz.
Querida Jane:
ResponderEliminar¡Qué gracioso tu escrito sobre los sobacos peludos (no voy a usar eufemismos para el pliegue entre el brazo y el tronco), a todo le sacas chispa y qué bien encaja en tu sección "Descubriendo la pólvora"!
Nosotras somos de una generación en la que un pelo "fuera de fila" estaba muy mal visto y eso que los bañadores y bikinis no enseñaban más allá que el nacimiento de los muslos...(¡qué lejos estaban aún las "ingles brasileñas"!)
Los pelos,concretamente lo que llamamos vello (tenemos muy claro que es el pelo que aparece donde no queremos), siempre ha sido de lo más caprichoso, ha hecho siempre lo que le ha dado la gana. Hemos luchado contra él "como el demonio contra la cruz" y sigue saliéndose con la suya. Ahora nos salen como escarpias blancas en la barbilla y se retiran descaradamente de la zona más púdica...
Pero también ha habido mujeres que no se han dejado seducir por la hojilla de afeitar o por la dolorosa cera, por ejemplo Frida Kahlo, tan bigotuda y cejijunta, o muchas anónimas alemanas (como bien comenta Cehachebe), que veíamos en nuestras playas con sus "patas" peludas (pero con el cuento de que eran rubias...)
Ahora la rebelión contra la tiranía del depilado aparece otra vez y con la complicidad de las redes, se está extendiendo rápidamente. A mi me choca (será cuestión de acostumbrarse, que en esto de las tendencias ya se sabe...), aunque se tiñan el sobaco de colorines y el monte de Venus también.
Como decía Tácito: "En todas las cosas parece existir como ley un círculo"... Hasta que se aburran de ser velludas y vuelvan otra vez a depilarse con cuchillas, cera, láser, luz pulsada o con el antiguo uso del toffe, invento árabe que se usaba en los harenes (y luego convertimos en golosina...), como nos comenta Maguelonne Toussant-Samat en su "Historia natural y moral de los alimentos" en su capítulo dedicado al azúcar...
Lo que más me asombra de lo que dices es lo del antiguo uso del toffe como depilatorio ¡Qué buena idea! Y lo que sobraba se lo comían, seguro. Aunque ahora veo anuncios de crema depilatoria a la almendra dulce o a la miel, nunca se me hubiera ocurrido la asociación. Me acordaré de ello cuando coma un caramelo de toffe.
EliminarY Tácito, como no podía ser menos, tiene razón. Todo se repite: los pantalones anchos o estrechos, la minifalda o maxifalda, las hombreras o no-hombreras... hasta la manera de pintarse se repite (fíjate en Nefertiti, tan moderna ella).
Gracias por tu comentario, Candidaeréndira, siempre tan precisa y tan sabia.
Vaya todo lo que ha dado de si el sobaquember,muy divertido, tanto tu escrito como los comentarios que lo acompañan. Un abrazo
ResponderEliminarEn que los pelos, Úrsula, se enredan mucho y nos enredamos con ellos.
EliminarMuchas gracias y un abrazo.
Me parece muy interesante cualquier reto innovador y es cierto que el vello actúa de barrera de protección. Nos asombra, porque no es normal, pero ya se descubrió hace años que los hombres que desarrollaban cáncer de mama eran deportistas que rasuraban con frecuencia esa zona, dejando pasar sin dificultad las sustancias nocivas de los temidos antitranspirantes. La naturaleza es sabia y el cuerpo, una máquina de precisión... Lamentablemente siempre queremos transformarlo, buscando el sentido estético e ignorando el sentido común.
ResponderEliminarHe estado mirando las causas del cáncer de mama en el hombre y no he visto en ningún sitio que el rasurarse podía ser una de ella. Sí los estrógenos, el estar expuesto a radiación, los antecedentes familiares, la edad, el alcohol, el sobrepeso... A ver si lo encuentro, Cande, porque podía ser una teoría interesante.
EliminarMi profesor de Historia de la filosofía nos decía que " el sentido común era el menos común de los sentidos" y luego lo he visto repetido por muchos sitios. Y a lo mejor es verdad, si actuáramos con sentido común (que en este caso querría decir con sensatez, racionalmente), muchas enfermedades se podrían evitar.
Un abrazo, Cande, y gracias por tu aportación.
Muy divertido tu post hoy. Le sacas punta a todo. No sé yo que es lo que una tendencia tiene para llegar a imponerse. ¿Cómo moda? No cabe duda que siempre está la libertad de elección. En este sobaquember creo que se impone el gusto actual por lo natural. A veces contradictorio con el esfuerzo que hacen estos modelos para continuar siendo jóvenes, acudiendo a cirugías plásticas bastante agresivas
ResponderEliminarSí que es curioso, Carmen, esas dos tendencias tan distintas. Por un lado, ser lo más natural y ecológico posible, reciclando, comprando en herbolarios y en tiendas eco, diciendo fuera plásticos y cosas así. Por otro, el reformarse cuerpo y cara hasta parecer máscaras, recurrir a sustancias que supuestamente nos hacen más felices, consumismo atroz... Aristóteles diría que en el término medio está la virtud, pero no cabe duda de que, por lo menos, esta época es todo menos aburrida.
EliminarUn abrazo.
Qué atrasada voy últimamente leyendo posts, y me da rabia haber llegado con tanto retraso a este porque es muy divertido. Sé que desde hace un tiempo algunas mujeres optan por no depilarse (ni axilas ni piernas... ni ingles, supongo), pero no sabía lo de esta tendencia sobaquember. La primera vez que oí hablar de ella (si es que alguna vez se fue, porque yo de adolescente tuve mi momento pelos también) fue por una periodista creo que inglesa, que llevaba sus pelacos en piernas y brazos, pero unas cejas perfectamente depiladas y perfiladas y nada de nada en el bigote... y bueno, me llamó la atención esa moda según en qué partes.
ResponderEliminarUn abrazo.
No te preocupes, los post siempre están ahí y el comentarlos va en las apetencias o en el tiempo que tiene cada uno. No hay prisa ninguna.
EliminarAh, pues mira, no sabía yo de esa selección. Si te dejas pelos, que sea como el tío Cosas (¿te acuerdas de un personaje de la Familia Addams que era todo pelos?), pero no por partes ¿no? Sería más coherente :-D
A mí de adolescente me costó pasar por la cera. Entiendo a mi nieta ahora, que le pasa lo mismo...
Las alemanas son mucho de esto...��
ResponderEliminarSí, según leí en una encuesta las alemanas son las europeas que menos se depilan. Igual es porque hace más frío y van más cubiertas. :-D
EliminarAlemana, en Munich, era la moza que hace más de 30 años me dejó asombrada, cuando le vi sus piernas bien cubiertas de rubia y rizada pelambrera, pero aquella la vi en pleno agosto...
EliminarNos vamos a tener que acostumbrar que igual que ellos tienen piernas peludas ¿por qué no ellas? Todo es cuestión de hábito. :-D
EliminarModa y tortura. Y lo segundo no sólo para quien la sigue, sino para muchos de los que la producen. Pero también moda y fetichismo. Somos, al menos algunos, contradicciones con patas. Salud,
ResponderEliminarJosé Antonio, es esa muy buena descripción de los humanos. Pero cada vez me torturo menos, quita, quita. 😄
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