lunes, 4 de noviembre de 2019

La casa del abuelo y el ángel de la guarda




Hace 5 años publiqué un post titulado "La casa del abuelo". El abuelo era el abuelo Antonio, el abuelo de mi marido, un hombre recio y bondadoso con unos increíbles ojos azules. Y la casa es una casa de campo, tal vez del siglo XVIII, nada pretenciosa, llamada "El Naranjero", que albergó a generaciones de campesinos que se levantaban al alba y se acostaban al ponerse el sol. Entonces escribí que "esas casas de gruesos muros y buenos cimientos que llevan en pie más de dos siglos, son sólidas y desafían al tiempo. Y, si hay alguien que las ame, siempre hay esperanzas de que renazcan. A nuestra casa le ha llegado el tiempo de revivir. Hemos empezado por el tejado antes de que se viniera abajo, y por el granero y el balcón. Y ahora, poco a poco, le toca al resto."

Por fin, cinco años después, en este noviembre inusualmente cálido, la casa no está terminada porque una casa viva nunca se termina, pero ya es vivible. En estos años hemos ido dibujando sueños que, más tarde y paulatinamente, un grupo de obreros animosos han hecho reales. Y ahí está, como la Puerta de Alcalá, en pie, con el suelo de tea recuperado, su tranca en la puerta como antaño, su bodega -ay, sin el vino del abuelo-, su huerto de la lata, su tejado de tejas antiguas y el aljibe y el lagar pintados y remozados. Ahora toca amueblarla e irla viviendo. Y en principio ir celebrando el milagro de verla así, cuando casi la hemos visto en el suelo.

Este sábado hicimos uno de los primeros estrenos, una comilona en la bodega con los artífices de la obra, una gente tan orgullosa de su buen trabajo que hasta uno de los contratistas tiene en su foto de perfil del wasap el techo de madera de la bodega. Allí estaban los contratistas, Miguel y Efraín que después de años de hablar y proyectar, ya son como de la familia. Allí estaban los trabajadores -Juan, Felipe, Jose, Padro, Vicente...-, unos profesionales como la copa de un pino, a los que siempre les vimos una sonrisa de bienvenida y una mente creativa para solucionar los problemas. Y allí estaba también Álvaro Fajardo, el amigo que nos recomendó a este grupo entusiasta y que, conocedor de la restauración de casas antiguas, nos aconsejó, y bien, en muchas ocasiones. Nos trajeron (¡encima!) regalos preciosos: vino y flores y una tarta, pero también una escultura de Álvaro hecha con raíz de castaño centenario, digna de un Giacometti, y unas fotos preciosas de la casa en los 80 cuando parecía que nadie le iba a hacer caso.

Comimos, brindamos por los trabajos bien hechos y hablamos sin parar de todo, en una sobremesa larga y cómoda entre amigos que se entienden. Hablamos de la casa y de quienes la habitaron, de las infancias de cada uno, de perros y gatos, de historias del pasado y del presente. Álvaro , tan desmitificador que incluso dice que los fantasmas de las casas antiguas son simples crujidos de la madera seca, nos contó una teoría suya sobre los ángeles de la guarda. Según él, las leyendas siempre aseguran que los niños están especialmente protegidos por los ángeles de la guarda. Todos dimos fe de ello y nos acordamos que de pequeños rezábamos por las noches lo de "Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día". Bueno, pues Álvaro dice que el ángel de la guarda es en realidad el sistema inmunológico que cuida, protege y ampara a los niños, haciendo que, aunque sean unos mataperros y amantes del peligro, generalmente y "milagrosamente" nunca les pasa nada.

Al final, por la noche, me quedé pensando en el día tan estupendo que habíamos pasado y en las teorías de Álvaro. Tal vez, me dije, pase algo parecido con las casas antiguas, guardianas de sueños y recuerdos de quienes las quisieron y habitaron.  Tal vez Álvaro, los contratistas, los albañiles, el carpintero, el electricista, el fontanero, nosotros mismos... hemos ejercido de ángel de la guarda de la casa, de sistema inmunológico, aportando ilusión y ganas para protegerla y hacer que reviva y vuelva a albergar comidas, como esta alrededor de una mesa, en las que haya risas y nuevas historias. Ayer, qué quieren que les diga, hasta un poco arcángel me sentí. 

42 comentarios:

  1. Hermoso relato que nos traslada junto contigo, a esa casa, compartiendo y escuchando esos relatos. Sigue escribiendo así pues me sale más barato que viajar .

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    1. Jajajaja, pues sí, más barato sale. Y si tienes imaginación, te plantas en cualquier sitio.
      Muchas gracias por tus palabras.

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  2. ¡Ooooh!! Preciosa! Disfrútenla por muchísimos años!! ����

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    1. Muchas gracias, Monaco. Por muchísimos no será a estas alturas pero espero que algunos años todavía podremos comer las naranjas del naranjero (al fondo en la foto) que tiene más de cien años. La casa se llama así, "El Naranjero".
      Un beso.

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  3. ¡Ay que me parto Isabel! ¡Álvaro es amigo mio desde la infancia, y me está ayudando en la restauración de una casa ( no la de los abuelos), pero que está adosada a la hermosa casa donde nací. Una casa que era trastero y bodega y que nos da sorpresas diarias. También encontré a un joven restaurador-albañil que ama su trabajo y nos está dando diarias alegrías. ¡Me encanta la historia del ángel de la guarda! ( Díle de mi parte que su madre le tiraría de las orejas por dudar del duro trabajo de esos ángeles en nuestra infancia.!

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    1. Ya nos lo dijo él el sábado, que te conocía bien y que estabas restaurando la casa. Álvaro tiene buenas ideas y es una persona de gran generosidad, aparte de que estando con él no te puedes aburrir. Además de la historia del ángel de la guarda, allí salieron otras cien historias a cual más divertida.
      Un abrazo, Elvira, y ya vendrás un día a ver la casa del abuelo.

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    2. Y tú cuando quieras a ver la mía...Te aviso cuando la termine

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    3. No me lo perderé por nada del mundo. Las revividoras de casas antiguas nos van a llamar.

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    1. Gracias, Loly, hoy me apetecía compartir con ustedes un momento grato.
      Un abrazo.

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  5. Qué orgullosos tienen que estar con la recuperación de esta reliquia del pasado, conservando toda la esencia que encerraba, adaptándo sus estancias a la vida de sus moradores y tiempos actuales. Un lugar que se presta a las conversaciones sosegadas que ustedes,tanto valoran y practican con entusiasmo. Creo que los
    antiguos habitantes, estarán por allí disfrutando de la casa del naranjo.
    Muchas felicidades a Toni por conseguirlo con entusiasmo y el de Isa que creyó siempre en este proyecto compartido.

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    1. Muchas veces ha dicho mi marido: "Si mis abuelos pudieran verla ahora ya recuperada...". Estoy segura de que, si pudieran verlo todo por un agujerito, estarían tan orgullosos como nosotros. Y tienes razón, es un sitio para el sosiego y la calma, con el Teide que se ve tan cerca en los días claros y con ese frío de los pueblos altos de la isla que invita a una charla en torno a una botella de buen vino de la tierra.
      Gracias por tu apoyo ahora y siempre, Carmen.

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  6. Me gusta mucho la casa y lo que has contado muy emotivo. Un beso

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    1. Gracias, Pili, ya llevaba un tiempo coleando la reforma y era hora de terminarla. Cuando vuelvas por aquí, nos vamos un día a verla ya terminada y a comernos un conejito o un puchero cerca. Te gustará.
      Un beso.

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  7. Nosotros vivimos en una casa como esa. Al principio era una especie de ruina a la que hubo que arreglar el tejado, y también crear un cuarto de baño y una cocina. Fué duro al principio ya que no había dinero para alquilar y tuvimos que acampar y vivir como la gente de antes: Sin electricidad y sin baño. El día que llegó la electricidad pusimos todo en funcionamiento: Aparatos electrodomésticos, electrónicos y todas las luces. La casa parecía un trasatlántico en alta mar, teniendo en cuenta que vivimos perdidos en pleno campo y que no había casi alumbrado público en aquel entonces en el año 92.
    Pues nunca me he arrepentido de haber decidido vivir en esta casa. Es verdad que tiene alma: Mi salón de 24 metros cuadrados con el techo de tea ha servido de salón de baile en su época. Y mi cocina de bar. Mi dormitorio era una venta y el baño una cocina exterior. El tanque que ahora está con peces y plantas acuáticas era un aljibe de agua de lluvia; no había agua corriente.
    Y lo más bonito y lo que nos hizo comprarla es la vista de la luna reflejada sobre el mar. Y tb esos amaneceres con las tres islas.

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    1. Nosotros en nuestra casa de Tegueste empezamos de cero comprando el solar, luego un par de años recuperándonos y haciendo planos como locos y luego poco a poco, como ustedes, levantando una parte y luego las otras. Mucho tiempo estuvimos con cajas de aceite Adelina como mesillas de noche. Pero eso sí, la ilusión no nos la quitaba nadie y tampoco nos hemos arrepentido de vivir aquí (desde el 81) aunque solo pasen 5 guaguas al día.
      Con la casa del abuelo es distinto, pero creo que la ilusión es la misma. Nos partía el alma verla cada vez peor con tejados caídos y la hierba y los árboles comiéndose las paredes. Y aunque no tiene esa vista de ensueño de tu casa de La Palma, tiene al Teide como vigilante.
      Sigue disfrutándola, Conchi. Un casa con alma es una casa que se ha vivido bien. Somos afortunadas.
      Un abrazo.

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  8. Que bueno! Empiezo por felicitar a Toni, recuperar la casa del abuelo y poder tomarse unos vasos de vino ( que a "alguna"que yo me sé, seguro le vinieron bien para el lumbago!!!) es para estar contentísimo y orgulloso.
    Hace años y por diferentes circunstancia, mi marido y yo recuperamos una casa, en la que vivimos durante 20 maravillosos años y sí.... los obreros, el contratista, el amigo que te dió un consejo para el ricón de...en fin, cada uno de ellos han hecho realidad "un sueño" pero...¿quien tuvo el coraje de que hoy sea una realidad y estén orgullosos de la casita? creo que... los recuerdos de la niñez en la casa del abuelo, tamtas y tan entrañables vivencias, etc etc.,..han sido el artifice del orgullo que nuestro amigos tienen hoy. Mi más sincera felicitación pareja!!

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    1. Muchísimas gracias, Lali, qué razón tienes. Mi marido tuvo allí una infancia muy feliz que no ha olvidado nunca y eso le ha dado el coraje para liarse la manta a la cabeza y decir "¡Qué diablos! ¡P'alante!". Cada vez que vamos le oigo decir: "¡Pero qué bonita ha quedado!". No se ha recuperado todo (aquella cocina con banco en el suelo en torno a un fogón, por ejemplo), pero sí mucho de lo que había. Poco a poco la iremos "empelechando".
      Un beso grande.

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  9. Hola Jane.Deseo que esa casa sea punto de reunión y de amistad. Me imagino que los pequeños se lo pasarán en grande. Seguro que con sus juegos, gritos y risas despertarán
    al resto de ángeles de la guarda que han estado dormidos mientras la casa estuvo "cerrada". Creo recordar que esos ángeles de la guarda de las casas se llamaban "lares" en el mundo latino...Pues salud para disfrutarla. Un beso Jane. Juan

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    1. Pues sí, Juan, en todas las mitologías ha habido dioses protectores del hogar o también antepasados, personajes legendarios que tenían por misión preocuparse por el destino de las casas y familias. Espero que ahora hayamos hecho ese papel y que la casa siga en pie por mucho tiempo siendo, como dices, punto de reunión, de amistad y de risas de niños y grandes.
      Muchísimas gracias por tus buenos deseos. Un beso, Juan.

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  10. Luis Fernando Betancor Martínez4 de noviembre de 2019, 21:40

    Que bonito texto el que acompaña a la restauración.

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    1. Gracias, Luis. Además del texto, esta restauración ha estado acompañada de planos, cálculos, materiales, conversaciones, wasaps, viajes para allá y para acá, búsquedas por internet y ferreterías (por ejemplo, de un par de manecillas antiguas para las puertas de los dormitorios) y yo qué sé qué más. Bien acompañada sí que ha estado la verdad. :-D

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  11. Ya casi lista,qué buen trabajo!�� y buen relato,como siempre.��

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    1. Sí que ha sido trabajoso, Iris, tú lo sabes bien. Es el momento de decir "¡¡¡Ufff!!!", descansar un rato y reunirnos allí con los buenos amigos a mandarnos unas perras de vino. Ya te avisaré.

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  12. Que bonito lo que escribiste sobre la casa del abuelo. Imagino la ilusión, sobre todo de tu marido, de haberla podido recuperar y el poder disfrutarla con todos ustedes. Un abrazo muy grande, me alegro mucho. ��������

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    1. Muchas gracias, Elena, todavía nos parece mentira. Aunque nunca se termina porque siempre quedan flecos, pero eso también forma parte de las casas. Todavía en que la vivo faltan cosas y eso que llevamos aquí 38 años.
      Un abrazo grande. Ya te llamaré.

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  13. Gracias. Como siempre muy bueno, entrañable e ilusionante.

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    1. Uno de los regalos que más me gustó (lo enmarcaré) fue el acróstico donde vertías adjetivos a la casa: Lugar Único, Casero, Acogedor, Rústico, Modesto, Ilusionante. A eso añades ahora muy bueno y entrañable. Me alegro que la casa te parezca todo eso y de tenerte tan cerquita.
      Gracias por todo lo que has hecho por nosotros, por tu generosidad y por tu amistad. El sábado pasamos un rato estupendo y en gran parte tú tuviste la culpa.
      Un gran abrazo.

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  14. Esta mañana leí el blog de la casa del Tanque.¿Como sacas tantas cosas bonitas? Nosotros cuando terminamos la casa no invite a nadie el aparejador del ayuntamiento quería pero nos hicimos los locos

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    1. Mi padre era aparejador y contratista de obras y parece que es tradición, cuando se termina una obra, invitar a todos los que han participado en ella. Él siempre lo hizo y yo di por descontado que lo tenía que hacer (aparte de que también ellos lo esperaban). De todas maneras me apetecía mucho hacerlo. Se han portado muy bien y no han protestado demasiado cuando hubo que deshacer cosas que les habían costado trabajo. Son una gente estupenda.

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  15. Qué emocionante, Isa, he vivido este tiempo viendo el Naranjero terminado paso a paso, con muchas ganas de verlo pero con mi imaginación lo veo todo muy bonito y con mucha ilusión.. Que ese Ángel de la guarda los acompañe siempre a ese matrimonio tan generoso para abrir las puertas a todos.

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    1. Estoy segura, Nievitas, de que cuando vuelvas por aquí nos acercaremos a El Tanque como quien va de peregrinación (y ahora que sabemos que hay ángeles de la guarda con más razón). Gracias por los ánimos y la compañía. Sabes que te quiero.

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  16. Ha quedado preciosa, Jane ¡Cuánto me alegro por ti y por Toni que ha de estar emocionado de haberla podido recuperar de esa manera!
    Muy entrañable el relato, como siempre.
    Enhorabuena y adelante .
    Besos

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    1. ¿Verdad que está bonita? Se ha intentado dejar todo lo más parecido a como estaba: el suelo, las puertas bajitas (eran mucho más bajos esos antepasados), la ventana portuguesa que ya no da a la huerta, la pileta de lavar, las escaleras... y ha habido otras cosas que no se pudieron mantener, como las enormes barricas de vino, picadas y estropeadas tras años a la intemperie. Pero lo importante -muros y techos- está en pie. Espero que lo veas.
      Besos.

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  17. Sí señora, una bonita casa llena de lindos rincones y mucha vida.Sin duda, son los ángeles, aquellos que la han cocido con cariño y vestido con tanta ilusión. Los que imaginaron su patrón en el pensamiento y la dibujaron en familia. Los que la alimentan de amor cada vez que la habitan, esos son ángeles que la miman y protegen para que vuelva a ser un hogar, cálido y acogedor.

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    1. Sí, Cande, pero igual, como dice Álvaro, hemos sido el sistema inmunológico de la casa. Igual yo soy la célula B fabricando inmunoglobulinas y mi contratista la célula T y el carpintero el fagocito. Ángeles o lares o dioses del hogar o sistemas inmunológicos, creo que son distintas maneras de llamar a todo lo que hace que algo no muera sino que, a pesar de los achaques, siga adelante.
      Gracias por tus palabras. Un beso.

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  18. Catalina Trujillo La Roche8 de noviembre de 2019, 9:40

    ¡Qué alegría verla tan bonita y bien restaurada!

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    1. Gracias, Caty. Los que la vieron fané y descangallada, con todo el tejado en el suelo, valoran más el cambio de la "cenicienta".
      Un beso y ya la veremos juntas.

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  19. ¡Qué bonita está "El Naranjero"!
    Ya vuelve a la vida, y se nota su calor, en un montón de rincones preciosos y entrañables: en "La lata" esta vez no con piñas secándose al sol, sino con sencillos "Claveles de Aire"...
    En el asiento del Abuelo, sobre el depósito del lagar...
    O en el poyo de las calas, que volverán a florecer...
    Lo siento Toni, voy a contradecirte...
    Esta vez
    ¡Si había necesidad...!

    Conchi

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    1. Claro que sí, Conchi, una necesidad enorme. Y allá fuimos al rescate. Lo último, que no has visto, es la conversión de la vieja pileta en donde la abuela lavaba la ropa en una fuente. Sin cambiar la forma pero sí la función.
      Me emociona también que las calas sigan siendo, igual que el naranjero y el nisperero, las mismas que antaño. Siempre ha habido calas en esa casa.
      Un abrazo grande y gracias, amiga.

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