¿Recuerdan aquel chiste viejo de al que, creyendo comprar un loro, le colaron un búho? Cuando le preguntaron si hablaba, contestaba: Hablar no habla, ¡pero se fija!. Algo de esto nos pasó en nuestro chat de amigas cuando el otro día nos pusieron la imagen que les pongo hoy en la cabecera de este post. Es un dibujo de rectángulos y líneas tan rectas como si hubieran sido dibujadas con tiralíneas de los de antes. Y, sin embargo, en esa figura, aunque no lo crean, ¡hay 16 círculos dibujados! Sólo tienes, como el búho, que fijarte bien (y dejarte los ojos para encontrarlos).
Por supuesto, la primera de nosotras en ver los círculos (a los 2 minutos) fue Conchi. Por algo es la fijona oficial del grupo desde los años del colegio, la que nos explica ese detalle de una obra de arte (es su especialidad) en el que no has caído porque siempre miras la imagen principal. En psicología, la Teoría de la Gestalt explica que organizamos los estímulos que nos llegan como figuras sobre un fondo, basándonos en algunas características. Por ejemplo, la semejanza, por la que agrupamos como figura una fila de lechugas verdes en la huerta; o el movimiento (un avión volando en un cielo azul). Y mientras nuestra atención se centra en la figura, el fondo se desdibuja y apenas lo vemos. Pero hay gente que se da cuenta de las dos cosas a la vez, figura y fondo: ve la nube en forma de cocodrilo detrás del avión, la mariposa más allá del plantel de lechugas, o los 16 círculos donde los demás solo vemos líneas rectas. Son los fijones.
Los fijones son los que, en esos ejercicios de observación, encuentran los 7 errores en un pispás, los que aciertan enseguida las adivinanzas, los que descubren en el segundo capítulo de una novela policíaca que el asesino no es el mayordomo sino la mosquita muerta en la que nadie se ha fijado. Son los que, cuando te ven, saben que te cortaste el pelo o que estás estrenando algo.
Los fijones son los que, ante un cuadro por ejemplo, notan al mismo tiempo a las Meninas y a los reyes en el espejo borroso del fondo (Las meninas de Velázquez), los que perciben la mosca en la falda de la Virgen (La Virgen de la mosca) o en El matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck (imagen última) los que se percatan de las babuchas rojas casi escondidas de la mujer, del espejo en el que se ve al pintor o de que en la lámpara solo hay encendida una vela.
Los fijones son los que descubren los gazapos de las películas: la furgoneta blanca que aparece en la batalla de Braveheart, los chicos con vaqueros y camiseta que se cuelan en las escenas de romanos (Gladiator) o de piratas (La maldición de la perla negra), la botella de agua de plástico o el café de Starbucks en Juego de tronos, los tenis Converse azules en María Antonieta, el avión detrás de Brad Pitt en Troya, la catedral de Cádiz (construida en 1722) como fondo de los barcos de la 2ª expedición de Colón (1493) en Isabel, los relojes en tantas películas de indios...
Los fijones son aquellos a los que la vista les da para mirar no solo alrededor, sino también lo que hay detrás. Por eso, y a pesar de que a Conchi su madre le pedía que no fuera tan fijona, que era igualita a su tía Pino, hay que valorar, y mucho, a los fijones. Ellos conocen el escenario y la trastienda de la vida, ellos nos ensanchan el mundo.
Atrévanse a fijarse. Ahora, por ejemplo ¿se animan a encontrar los 16 círculos del dibujo inicial?
Mi duquesa! Aunque fui capaz de ver los círculos estoy muy lejos de ser tan observadora como tu amiga. Admiro a las personas que tienen esa capacidad y a tí por ser capaz de escribír cosas tan divertidas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, mi realeza. Yo también fui capaz de verlos después de estar 5 minutos desojándome toda. Y, como tú, también admiro a los fijones que captan casi el 80% de la realidad que nos rodea, mientras otros andamos con un despiste de no te menees.
EliminarUn abrazo grande.
Muchas gracias, mi niña, ni dejándome los ojos los encuentro. Salud y besitos para todos
ResponderEliminarY, sin embargo,Carmelita, cuando ves uno, enseguida te aparecen los 15 restantes. Míralos de rato en rato a ver si se te hace la luz. Pista: mira entre cuadro y cuadro.
EliminarSalud también y más besos.
Gracias por compartir! ��
ResponderEliminarGracias a ti, Monaco, por estar ahí, al quite. Un abrazo.
EliminarLos círculos no los veo; la cuadratura quizá, sí.��
EliminarSi los matemáticos estuvieron desde la antiguedad clásica hasta el siglo XIX para demostrar la cuadratura del círculo, por ahora vas bien encaminada 🤩 Ya te queda menos.
EliminarHola, Jane, muy divertido y magnífico este relato, aparte de quedarme bizca buscando los círculos, que no los veo entre tanta línea, lo que me hace pensar que no soy muy fijona. Pero es cierto, y estoy de acuerdo contigo, que en casi todos los grupos de amistades siempre hay alguna persona que destaca por esta habilidad de observación que para los demás pasa desapercibida. Recuerdo que en la Universidad de Murcia, donde yo estudiaba a finales de los 60, una amiga nos descubrió, pues era muy fijona, que un compañero de clase siempre usaba pantalones con cremallera al lado, ninguna chica del grupo se atrevió a preguntarle el motivo. En el transcurso de unos años se descubrió el motivo... Un abrazo.
ResponderEliminar¡Ya me dejaste intrigadísima! ¿Por qué el muchacho usaba pantalones con cremallera al lado? No nos irás a dejar con esa preocupación ¿verdad? Agatha Christie siempre decía que esas pequeñas incongruencias de la vida son las verdaderamente interesantes para descubrir crímenes. Así que espero tus noticias. Porfa, porfa...
EliminarHola, Isabel, resulta que al cabo de unos años, me enteré por unas amigas que este compañero, una vez acabada la carrera se fue a Londres a trabajar y a su regreso... era una compañera más del grupo.
Eliminar¡Qué perspicaz tu amiga al fijarse en ese detalle tan minúsculo! Yo tengo otra amiga que también se da cuenta de esas cosas y que, además, se lo pregunta directamente a la persona. Lo cual a veces resulta bastante indiscreto.
EliminarHola Isa, he visto los círculos antes que Mane, y para no dar su brazo a torcer, cuando se los he enseñado, me ha dicho que son elipses. Será posible?. Besitos.
EliminarLos hombres son así, Esperanza, antes ver elipses que dar su brazo a torcer. Dile que mida el diámetro.
EliminarLos fijones no sólo nacen, también se hacen. Cual deportista, la cuestión es entrenarse, y mucho, para conseguir esa habilidad. Hay muchas propuestas para hacerlo y una de ellas es la que hoy nos sugiere Jane.
ResponderEliminarAnímense, entren y que el entrenamiento comience...
Sí que es verdad que la capacidad de observación se educa, pero también que gran parte es genético. Lo sé por la cantidad de personas que conozco, educadas más o menos igual, hermanos por ejemplo, y que uno es muy perspicaz y coge las cosas a la primera y el otro, sin embargo, es tan despistado que vive en otro mundo.
EliminarDe todas formas, como dices, hacer ejercicios mentales como este entrena la mente y todos los expertos lo aconsejan, sobre todo a la edad nuestra.
Yo tengo claro que no soy fijona porque no veo na de na, ni siquiera en los cuadros, sólo veo las figuras más grandes. De aquí en adelante me voy a fijar más en los detalles gracias a ti. Un beso.
ResponderEliminarPues sí, Mari Carmen, eso tal vez sea lo más importante, ir por la vida fijándonos en todo lo de alrededor y no dejar que la vida pase por uno sin enterarnos de nada. Un detalle puede hacernos cambiar toda nuestra visión del mundo.
EliminarUn abrazo grande.
Si no me lo dices...nanay...jijiji
ResponderEliminarAhora si.
¿Ves? El que la sigue la consigue. Como decía Charo Borges, más arriba, todo es cuestión de entrenar el ojo.
EliminarIsa, me parece muy interesante la reflexión que expones con respecto a l@s observador@s.
ResponderEliminarEn la vida cotidiana hay situaciones que nos hace observar con más detenimiento las cualidades que destacan , y pasamos por alto algunas que también podrían serlo y no las tenemos tan en cuenta.
En nuestra vida suele ocurrir lo mismo.
Nos deslumbra todo lo superfluo y lo que realmente tiene importancia, no lo valoramos tanto.
Considero que mi condición analítica, hace que me fije en las cualidades de las personas ,y no me equivoque demasiado al elegirlas.
Mis amigos son prueba de ello...Excelentes personas...con sus defectos, pero con grandes cualidades, que hace que se dejen querer y respetar.
M bstos ����
Ah, sí, Yoli, a los amigos hay que conocerlos bien (cualidades y defectos) y aceptarlos como son. Yo propondría no fijarnos mucho en los defectos y, como haces tú, valorar lo que te gusta de ellos.
EliminarLos fijones son perspicaces, ven lo que a los demás nos pasa inadvertido. Los grandes genios -Galileo, Newton, Darwin, Einstein...- eran muy fijones, veían más allá de las apariencias y descubrían lo imperceptible. Así deberíamos ir por el mundo.
Gracias, Yoli, por tu comentario. Besos.
Qué sería de nosotros sin ellos y más con la nuestra particular, que tanto nos enseña en cualquier tema que se converse.
ResponderEliminarEs formidable disfrutar de su compañía, bien sea para describir el origen de una flor, o para saber cómo preparar unos tollos de campeonato. Debió de ser una niña prodigio de la época, gracias a su poder de observación, pero no nos dimos cuenta, porque también era buena compañera y se relacionaba estupendamente.
Somos afortunadas cuando hacemos una visita a una exposición o tenemos que hacer recopilación de hechos del pasado.
Conchitina no tiene rival, y hasta los más sencillos trabajos manuales, tienen ese toque especial que lleva su firma y el cariño que les pone.
Personas como ella, son especiales para apreciar los detalles y llenarte de sensibilidad, sin ningún esfuerzo. Es impresionante tanto talento en una sola personita y fabuloso ese talante pausado de una docente de vocación que cede su explicación de forma tan generosa.
Y siguiendo su ejemplo de atención, encontré los círculos...
Lo bueno de Conchi, Cande, es que no fue una niña prodigio. Yo, que estuve con ella varios cursos, doy fe. Y gracias a Dios porque los niños prodigio son una casta aparte que me dan un poco de repelús.
EliminarEs todo lo que dices, inteligente, generosa, observadora, intuitiva, humilde, sensible, creativa... y fijona. Y desde luego, es una persona especial. Tanto tú como yo estamos orgullosas de ella y nos encanta tenerla como amiga. A mí me resuelve a cada rato dudas porque también tiene buena memoria.
Me alegro de que encontraras los círculos. Una vez los ves, saltan a la vista.
Un beso.
Hola cariño
ResponderEliminarTienes razón en cuanto ves uno los ves todos, pero tuve que utilizar “tu chuleta” de mirar entre los cuadros
Sí, ese es el truco. Y una vez hallados nos parece mentira no haberlos visto antes. A veces somos ciegos...
EliminarUn beso, Pili.
Una vez que dijiste que hay 16 círculos en el dibujo, efectivamente los descubrí pronto, aunque deduzco que no es fácil, porque el ojo se adapta inicialmente a las líneas rectas que es lo que predomina. Curioso.
ResponderEliminarEn lo que no estoy de acuerdo es en el título de tu escrito. Porqué los y no las? O les?
Pues ya tú ves, Enrique, cuando dudo suelo seguir lo que dice la Real Academia de la Lengua. Y esto es lo que hay.
EliminarSí que es curioso el ejercicio. Me alegro de que los hayas descubierto.
Un beso.
Querida Jane: Fijona, que no fisgona.
ResponderEliminarDesde chica en el cine, una vez visto los primeros planos, la vista se me iba para el fondo. Lo mismo me pasa con la pintura; sobre todo la flamenca del XV, pintores como Patinir o Van Eyck que hacían fondos con horizontes muy altos y te ponían casas, pueblos, bosques... cada vez más diminutos como si fueran minuaturas, pero sólo buscaban la perspectiva, la tercera dimensión en las dos que tiene una tabla, un mural o un lienzo... (Ya llegarán los Grandes del Renacimiento y el Barroco para que la tercera dimensión aparezca triunfante...)
Si quieres entretenerte una tarde, enfráscate buscando "cositas" en el políptico de la adoración del Cordero Místico de San Bavón de Gante o en el paisaje que se abre, detrás de tres arcos, en La Virgen del Canciller Rolin... o busca el "anamórfosis" de una calavera en el cuadro "Los Embajadores" de Hans Holbein (El Joven)... Jejeje
¡Cuánto aprendo de ti, Conchi! Desde ahora procuraré que "la vista se me vaya para el fondo". Sin ir más lejos, ayer que fui a una exposición, hice eso que me recomiendas, mirar el paisaje de atrás, los personajes, las situaciones...
EliminarY buscaré a San Bavón de Gante y al Canciller Rolin y a Holbein y a Patinir y a Van Eyck ¿Me dará la vida para tanta cosa buena? La más importante es tenerte a ti cerca. Un beso, amiga.