lunes, 3 de abril de 2023

Es de bien nacidos ser agradecidos


Si hay algo en que nuestros padres nos educaron bien fue en hacernos agradecidos. El "¿Qué se dice?" era una pregunta obligada por parte de ellos cuando alguien nos daba algo. Aunque yo me acuerdo de una vez, tendría 5 o 6 años, en que fuimos a visitar a una señora de La Palma, creo recordar hermana de un cura. La señora me dio una galletita que yo cogí y me zampé en un visto y no visto. Cuando mi madre me hizo la pregunta obligada, ¿qué se dice?, yo contesté rotunda: "Quiero más galletas". A pesar de ese desliz, aprendí rápido -aprendimos todos los de mi generación- a dar las gracias y a pedir por favor.

Pero ¿damos las gracias de corazón? Cuando hace poco estuve en Italia, me sorprendió el uso excesivo de la palabra prego, que significa por favor, pero que ellos también emplean como si fuera vale, gracias, de nada, ajá...y qué sé yo qué más. Pues algo parecido pasa con nuestro gracias en español, que se emplea tal cantidad de veces inconscientemente que termina por no significar esa gratitud que deberíamos cultivar. Las estadísticas dicen que a lo largo del día damos las gracias más de 20 veces ¿Será posible? Cuéntenlas a ver.

En estos pasados días de marzo en los que me toca cumplir años, fueron muchas más las veces en las que usé la palabra. Y entre tanto trajín por la vuelta del viaje y y celebraciones por llegar más o menos indemne a los tres cuartos de siglo, se me pasó dar las gracias por una felicitación preciosa, con sus flores y sus fuegos articiales y todo, que me mandó una amiga muy querida. Caí en la cuenta cuando me llamó extrañada porque ni un mísero gracias le contesté. Vaya este post (y una comidita que nos prometimos en el guachinche más próximo después de semana santa) como desagravio por el despiste.

Pero también voy más allá. Paul Auster ha contado muchas veces un hecho que marcó su vida. A los 14 años pasó un verano en un campamento de montaña y en una excursión en medio del bosque, se desató una tormenta eléctrica y los mandaron a correr hacia un claro pasando en fila india bajo una cerca de alambre. Cuando el chico que iba delante de él pasaba, cayó un rayo en el alambre y el chico murió. Paul Auster no se dio cuenta, lo arrastró hasta el claro y trató de despertarlo. Fue consciente entonces de que le podía haber ocurrido a él, de la fragilidad de la vida y de que son el azar y la fatalidad quienes rigen nuestra existencia. Desde entonces, cada mañana, cuando abre los ojos y antes de salir de la cama, da las gracias.

Eso deberíamos hacer todos, dar las gracias, siendo plenamente conscientes de lo que significa la gratitud, a los que nos quieren y se alegran con nosotros de todo lo bueno que nos pasa, pero también a la vida, a la fortuna, al azar que ha hecho que estemos aquí en esta primera semana de abril, sanos y felices de disfrutar la primavera.

20 comentarios:

  1. Rosa Henríquez Fernández3 de abril de 2023, 10:21

    Isabel, totalmente de acuerdo contigo, la palabra más bonita para mi es *gracias* y siempre las doy. Mi madre, qu era gordita, cada vez que Íbamos al otorrino, le regalaba un flan y éste la llamada la* gordita agradecida*.

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    1. Esas son gracias de lujo, Rosa, con flan y todo. Yo siempre cuento (porque me emocionó) la fiesta sorpresa que me hicieron mis alumnos cuando me jubilé y su manera de darme las gracias: un duo de viola, una canción, una tarta, un cuadro, una poesía... todo eran cosas hechas por ellos. Fue precioso y no lo olvidaré nunca.

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  2. Rosa Henríquez Fernández3 de abril de 2023, 10:22

    Como siempre me encanta lo que escribes, así que muchas gracias por compartir.

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    1. Y yo te las devuelvo por el apoyo prestado. Si te fijas, entre tú y yo hemos generado 7 "gracias" en este breve intercambio de comentarios. A ver si va a ser verdad lo de las 20 gracias al día. Mejor que sobren que que falten.
      Un beso.

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  3. Charo Borges Velázquez4 de abril de 2023, 15:27

    Creo, a pies juntillas, que de bien nacidos es ser MUY agradecidos, Jane. Serlo 20, 30 o 50 veces, las que sean precisas, nunca estarán de más, si a quien se las damos se lo merece.
    Para mí, el agradecimiento, las sonrisas o las risas y la bondad no hay que cuantificarlos, sólo ponerlos en práctica...

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    1. Lo que habría que cuantificar es cuál de todas esas "gracias" se dicen de verdad y no como una mera fórmula de cortesía que no signifique casi nada. Coincidiendo contigo, Jean de La Bruyère decía que el único exceso permitido en nuestro mundo es el de mostrar auténtica gratitud. Y eso es otra cosa.

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  4. Sí, cierto...

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    1. Qué menos en este post que darte las gracias, Elvira...

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  5. Marilú Díaz Estrada4 de abril de 2023, 15:30

    Muchas gracias por compartir.
    La gratitud es una virtud de seres humanos, que muy pocos lo poseen .

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    1. Pues los que no la tienen se lo pierden, Marilu. Hay un montón de refranes sobre la gratitud que ponen esto en relieve: " El buen hacer abre puertas y el mal agradecer las cierra", "Todo agradecido será bien retribuido", "El que no agradece al diablo se parece"... y muchos así. Más nos vale agradecer porque, como pongo en el título, es de bien nacidos ser agradecidos.

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  6. Gracias Isabel por tus buenos escritos.

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    1. Es obligado en este post dar las gracias. A ti por partida doble: gracias, gracias, Esther.

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  7. Hola, Isa. Como el post de esta semana va de gratitud, te recomiendo el libro LAS GRATITUDES, Delphine de Vigan.

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    1. Muchas gracias por la recomendación, Mila. Oí hablar de él cuando lo publicó en el año 21, y en un artículo de Laura Ferrero en El País (en el que también hablan del episodio de Paul Auster) lo nombra y dice de él: "Es una historia que reflexiona sobre ese abismo que se abre entre dar las gracias y el verdadero ejercicio de la gratitud.". Me gustó porque es de lo que, salvando las distancias, quise hablar en este post. Lo apunté entonces entre mis lecturas pendientes. Ya te contaré.

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  8. Estoy completamente de acuerdo. No hay nada más triste que alguien desagradecido.
    Son tantas las cosas de que sentirnos dichosos,desde el aire que respiramos a la familia que hemos construido pasando por la vida que sigue sucediendo y nos da la oportunidad tan grande de contemplarla con salud. GRACIAS es una buena palabra para comenzar cada día, sin duda.

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    1. Y para terminarlo, Cande. Repasar el día, separando aquello por lo que debemos mostrar gratitud de lo que no, es también una buena manera de darnos cuenta de lo que merece la pena.

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  9. Es verdad Isa, nuestros padres nos educaron bien, y cada cual extrajo lo que le dio la gana ,de esas enseñanzas.
    Ellos hicieron todo lo que pudieron , y a su vez, sus descendientes a sus hijos.
    No siempre obtienes los resultados deseados ,aunque la semilla queda y tarde o temprano,,germina.
    Cuántas gracias hemos dado ,y cuántas les debemos a nuestros queridos padres.
    Mbstos

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    1. Me recordaste a una tira de Mafalda en que ella le dice a su hermano Guille que ha hecho enfadar a los padres : "¡Pero, Guille, tenés que ser comprensivo, caramba! Pensá que esta buena gente, antes de educarnos a nosotros, no educó nunca a nadie. Venimos a ser sus "hijitos de indias". ¿Qué vamos a hacerle?".
      Y es la pura verdad. Nadie nos enseña a ser padres, así que uno lo hace lo mejor que puede. Dando las gracias estoy yo todos los días al ver que después de todo salieron buena gente. :-D

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  10. Ignacio Luján García San7 de abril de 2023, 11:35

    Desde mi largo entrar y salir a la residencia , desde mi larga vida de hijo que aprendió de sus padres eran que se dice pero especialmente desde mi lago entrar y salir a la residencia creo que la palabra que más he dicho en mi vida es gracias y por favor gracias y por favor
    Recuerdo en Inglaterra en que vi en un mercado de esta en un rastrillo vi una moneda española y yo dije mmm cuánto vale al vendedor, cuando sonó una voz detrás de mí que me decía con mucho cariño please y y añadía automáticamente el por favor cuanto vale la voz dice por favor y yo la repetí más el gracias,
    No es solo en España en Canarias sino también en en el extranjero digamos las madres los abuelos de bien tienen la misma costumbre un beso un beso mi niña ya nos veremos cuando salga de esta que estoy otra vez repitiendo

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    1. Ánimo, Ignacio, ya verás que seguirás teniendo muchos motivos para agradecer.
      Cuando uno lo dice, las preguntas y las respuestas suenan distintas, como ese please o por favor que añadiste al "¿cuánto vale?": más cariñosas, más educadas, más cercanas. Los padres y los abuelos (me gustó ese "de bien") sabían.
      Un beso y un abrazo muy grande.

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