lunes, 22 de mayo de 2023

El cálido aliento



Ustedes saben que yo leo de todo, siempre que esté bien escrito (excepto novelas de terror y prospectos de medicamentos). Me encanta la novela negra, la histórica, el realismo mágico, la poesía,  la literatura fantástica, las policiacas, la contemporánea... Y también me gustan mucho las novelas románticas, sobre todo cuando pasamos en la vida por temporadas en las que una ve demasiado ruido y furia alrededor. Entonces, se coge una novelita de amor (y si es con humor, mejor, tipo las de Sophie Kinsella o Eva Ibbotson), nos sentamos en un cómodo sillón de orejeras con los pies estirados en el butacón, si quieren al lado una copita de algo (oporto yo, pero  ustedes a elegir) y ¡hala! a sumergirnos en una historia de esas que terminan bien y en la que fueron felices y comieron perdices después de sortear dificultades sin fin.

Lo único malo es que te puedes tropezar con el cálido aliento, que fue lo que me pasó con la última. Es de una autora muy muy leída en España y de la que no sabía nada, así que le ofrecí el beneficio de la duda. Pero ¡ay! en cuanto el chico y la chica se conocen y se odian (y así sabemos todos que acabarán juntos), al mínimo roce él le echa el cálido aliento y ella ya cae rendida. Miren, si no, lo que ella va contando cada dos por tres: 

"... se acercó todavía más, hasta el punto de que casi podía sentir su cálido aliento en mi rostro..." (página 190).

"... cerré los ojos con fuerza cuando sentí su cálido aliento en mi cuello..." (página 190 también)

" El tacto de su piel, el cítrico aroma masculino, su cálido aliento, sus manos..." (página 319)

" Me estremecí al sentir su cálido aliento en mi nuca..." (página 361)

" Apoyó su cabeza en el hueco de mi clavícula y sentí su cálido aliento en el cuello..." (página 372)

" ... me gustaba sentir su cálido aliento en mis labios..." (página 373). Y así sucesivamente.

Claro que yo ya venía avisada porque en una de las novelas de P.G. Wodehouse (sí, también me encantan las de humor inglés), concretamente "Dieciocho hoyos" sobre el mundo del golf y los golfistas, cuenta la siguiente historia: el Socio Veterano de un Club de golf quiere emparejar a William y a Jane, 2 jóvenes golfistas con el mismo handicap, pero él es muy lento y no se le ha declarado a Jane. Esta tiene una vena romántica y le confiesa al Socio, suspirando, que ha leído una novela titulada "Amor que mata" en la que un jeque árabe estrecha a una chica entre sus brazos y ella percibe su cálido aliento en el rostro. El Socio insta, entonces, a William a que se declare de una vez y le haga lo mismo, pero cuando lo va a hacer, ella está hablando con otro y William dice al Socio: Pero, oiga, no podré arrebatar violentamente a Jane y estrecharla entre mis brazos y hacer lo del cálido aliento con ese tipo rondando por los alrededores. Y decide, aliviado, aplazarlo porque, además, ese día había comido un buen bistec y un plato de riñones salteados y no estaba la cosa para cálidos alientos.

Así pues, yo recomiendo a los autores de novelas románticas que dejen de atufar a sus personajes, por Dios. Y que no sean repetitivos, que, como dijo hace poco Irene Vallejo en uno de sus artículos, ...no en vano, en los mitos y tradiciones -la piedra de Sísifo, las vísceras de Prometeo, los tormentos del infierno- el castigo toma la forma de repetición estéril.

La próxima que leeré va a ser una policíaca, y esta vez espero, por el bien de los lectores, que el asesino no eche el cálido aliento en el cogote de la víctima. Que ya está bien.


10 comentarios:

  1. Carmen María Duque Hernández22 de mayo de 2023, 9:41

    Muchas gracias, salud para todos, besitos .

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    1. Gracias a ti, Carmelita, que eres siempre de mis lectoras primeras. Un abrazo grande.

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  2. Yo he leído hace poco una (editada por Planeta) de ciencia ficción en la que, en cada dos páginas, los protagonistas «ponen los ojos en blanco», «fruncen el ceño», «no pueden evitar» algo o «sonríen ampliamente». Fallos de edición claros que me lleva a pensar que los editores de editoriales grandes tienen tanta presión detrás por sacar novedades como churros que no hacen bien el trabajo de pulir el texto de estas cosas.

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    1. Y además con los nuevos adelantos es fácil hacerlo, creo yo. Basta poner "cálido aliento" para que aparezcan las páginas en que el resoplido aparece. También es fácil, con un Diccionario de Sinónimos, sustituirlo por otras palabras casi parecidas. Cálido: caliente, caluroso afectuoso, cariñoso, acogedor, cordial, afable...
      Aliento: respiración, resuello, vaho, hálito...
      Ya se lo hubieran puesto tan fácil a Cervantes o a Lope de Vega...

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  3. Charo Borges Velázquez22 de mayo de 2023, 14:11

    Menuda obsesión pesada, esa de echar el cálido aliento, pardiez...
    Sí, Jane, hay que pedir que no se repita tanto o que se sea más original en las manifestaciones del amor romántico, que esa ya está muy trillada...

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    1. Hay que pedir mayor cuidado en la escritura y en la edición. Yo, que soy lectora cero de las de mi hija y de algunas más, me leo los libros tres veces para que no se me escape nada. Y más cuidado en el amor romántico que, si te parece trillado el cálido aliento, no te digo nada de los besos y abrazos...

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  4. Lo que me he reído. Voy a guardar esta entrada en mis notas de escritura porque estoy segura de que si escribiera romántica, caería en el mismo error por haberlo visto tantas veces por ahí. Y me declaro culpable de lo que comenta Ana. Lo terrible que es leer eso una vez y otra. En vez de acudir a otras expresiones, se cae en lo conocido.
    Un abrazo.

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    1. A todo el mundo nos pasa. A veces ni nos damos cuenta. Ana y yo nos reímos de un error en que ella cayó ¡dos veces! en la misma novela. Puso "se tapó la mano con la boca", en lugar de "se tapó la boca con la mano". Ni se dio cuenta ella ni me di cuenta yo, que soy una de sus lectoras cero, ni los demás correctores. Me lo dijo un amigo mío que fue más fijón que los demás.
      Un abrazo, Dorotea.

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  5. Hola, Isa.
    Acabo de reírme un rato con tu post de hoy.
    Aunque me parece que entre tus paréntesis del principio te faltó incluir los manuales de instrucciones de electrodomésticos y demás mecanismos. Si mal no recuerdo, creo haberte oído decir que además de las de terror y los prospectos, tampoco lees esos tochos. ¿Me equivoco?.

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    1. ¡Cómo me conoces! No te equivocas, me tendrían que atar al potro de las siete torturas para que yo acceda a leerme las instrucciones de un aparato. Ya sé que a ti te gusta (masoquistas siempre han existido), pero, aparte de que tienes que leer cien páginas de cien idiomas distintos para llegar a las que están en español, estas están tan mal traducidas o tan mal explicadas que yo, por lo menos, no entiendo nada de nada. Quita, quita...

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