domingo, 23 de agosto de 2009

Dándole a la copla




Aquí donde me ven, yo soy una firme defensora de la copla española. Los campos irlandeses todavía están estremecidos por los berridos que mi amiga Lolina y yo mandamos una noche, hace años, cuando veníamos de Dublín a Maynooth, después de haber estado en varios pubs de Temple Bar. En el coche, un poco cansadas de la música celta, que es muy bonita pero que, entre nosotros, no deja de ser un guineo, nos soltamos el pelo y cantamos, ante el estupor de nuestros maridos, a grito pelado y casi llorando lo de “María de las Mercedes, mi rosa más sevillaaana, ¿por qué te vas de mis redes de la noche a la mañaaana?”.
Si alguna vez van a Irlanda y alguien les cuenta en voz baja que una noche oscura de lluvia entre la niebla se oyeron unos aullidos estremecedores que seguramente anunciaban la llegada de la comitiva fúnebre de la Santa Compaña, no se lo crean. Éramos nosotras. Y eso que no cantamos lo de que “se me paren los pulsos si te dejo de quereeer…”.
Y es que la copla hay que cantarla así, con los ojos cerrados, las manos en el pecho y con un tono desgarrador que te va a limpiar el alma y dejártela sedita. Nosotras, por lo menos, dormimos como benditas esa noche (no así nuestros maridos, y probablemente los vecinos, que creo que tuvieron pesadillas).
Pero, además, la copla tiene otras dos cualidades que la hacen perfecta. Por un lado, son filosóficas, nos hacen ver de qué pasta estamos hechos, sobre todo, las mujeres, porque casi todas las coplas van dirigidas a ella, esa pérfida. Así, somos traicioneras e hipócritas (“Gitana, que tú serás como la falsa monea, que de mano en mano va y ninguno se la quea…”), apasionadas (“Es lo mismo que un nublao de tiniebla y pedesná, es un potro desbocao que no sabe a dónde va. Es un desierto de arena, pena, es mi gloria de un pená, ay, pená, ay pená, ay pena, penita, peeeena…”) e incluso hasta expertas en transacciones comerciales (“Ná te debo, ná te pío, me voy de tu vera, orvíame ya, que he pagao con oro tus carnes morenas. No mardigas, paya, que estamos en paz”).
Por otro lado, la copla te cuenta historias completas, con inicio, núcleo y desenlace, que ya quisiera el Chiquilicuatre. Hace poco leí una entrevista a la actriz Mercedes Sampietro (“El País”, 28-6-2009), otra coplera como yo, que define a la copla como “el melodrama sintetizado y cortito”. Y tiene toda la razón. ¿Qué otra canción sino la copla puede contarte en un pispás, tal como lo exigen estos tiempos, el dramón de “Él vino en un barco de nombre extranjero. Lo encontré en el puerto un anochecer cuando el blanco faro sobre los veleros su beso de plata dejaba caer...”? O el de "Ay, amor, ya no me quieras tanto..." o el de "No te olvides que me llaman la niña de la estación". Vamos, que ante eso las teleseries no tienen nada que hacer.
Así que ya saben. Si alguna vez tienen una bajona, ahí va la receta: cójanse unos cuantos amigos fieles y ya aleccionados; váyanse a un lugar donde no haya muchos vecinos (si los hay, invítense a los vecinos también); háganse unas cuantas tortillas, bébanse unos cuantos vinitos del país y mándense unas coplas desgarradoras, filosóficas y melodramáticas.
Es mano de santo, oye. 

18 comentarios:

  1. El problema empieza cuando darle a la copla se mezcla con darle a la copa. Al final no hay quien reconozca ni la letra ni la música. ¿Tuvo algo que ver ese efecto con una noticia que informaba del erice de pelos en las vacas irlandesas hace unos cuantos años? Espero que no.

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  2. Efectivamente la copla y la copa hacen muy buen maridaje. Yo recuerdo haber conseguido maravillosos arpegios con tinto Señorío del Palomar y Francisco alegre y olé, Francisco Alegre y olá.

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  3. Jomeini, ya Sagitta te dio una buena contestación. Lo de las vacas con los pelos erizados es simplemente una leyenda urbana. Y, Sagitta, me encanta Francisco Alegre, corazón mío y cómo le dice al torito bravo que "no me lo mires de esa manera, deja que adorne sus rizos negros con su monteraaaa..."

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  4. (Hace 4 años)
    Queridas Sagitta y Jane:
    Yo creo que llegué a este mundo, no con los dolores de parto de mi santa madre, sino con las interpretaciones de coplas y zarzuelas que le hemos escuchado toda la vida mis hermanos y yo. Y que las letras nos las sabemos mejor que la gramatica....
    Imaginénse dos niñas de 12 y 13 años, un sábado por la mañana mientras hacíamos "las labores propias de nuestro sexo" (estudiar en la semana, y limpiar a fondo los sábados) cantando a duo el chotis "Madrid,Madrid Madrid, pedazo de la España en que nací...." .para pasar luego, a "Luisa Fernanda cariño mio con que nobleza me tratas tu, cariño mio con que indulgencia premiar supiste mi ingratitud".....para pasar a "Ese toro enamorado de la Luna que abondona por las noches la maná....". En fin poniamos tanto entusiasmo que las vecinas ya sabían cuando estabamos limpiando de los berridos que dábamos, pero chicas que a gusto nos quedabamos y sobre todo que limpia nos quedaba la casa. Por cierto el repertorio era según el estado de ánimo que tuviéramos, y ya cuando estábamos muy inspiradas mi madre se colocaba un pañuelo al cuello tipo chulapa cogía un abanico y ahí entraba Sara Bernart y mientras los chicharros y las papas en el fuego.

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  5. Si es que creo, Masé, que está científicamente demostrado que la copla para limpiar es mejor que la lejía y el estropajo. Es que lo del toro enamorado de la luna dan hasta ganas de limpiar los cristales.
    Mira por donde has encontrado otra cualidad más a la copla: limpia, pule y da esplendor.

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  6. (Hace 4 años)
    Y no hay nada como las versiones libres, que no son otra cosa que lo poco que recuerdas, tal que así... "Si tu gente no me quiere ni a ti te traga la mia porque Dios me ha permitío que yo esté loca perdíaa. Si el aire que tu respiras es el que estoy respirando Pa qué nos piden razones del qué, del cómo y del cuando... Válgame la soleeá si somos uno del otro quién nos puede separar Qué no tiene ná que ver ni el color ni la estatura con las cosas del queré..." Y aquí hay que salir dando la espalda y como con bata de cola y arrastre de pies... y el sentimiento que se pone, eso es impagable.

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  7. Yo siempre me acuerdo, Ancaria, de una vez que vi a Paquita Rico cantando lo de Mª de las Mercedes y hacía eso mismo: arremangarse de pronto, volverse de espaldas arrastrando su bata de cola, dar un golpe de abanico y caminar majestuosamente hacia el fondo mientras la música decía lo de "tantachán, tachantachantachantantachaán...". Lo que tú dices, impagable.

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  8. A la vista de la locura coplera que se ha desatado en la blogtfera ahí va mi aportación: Romance de valentía.

    Era mu poco en la vía
    Tan poco que nada era,
    Por no tene no tenía
    Ni mare que lo quisiera.
    Era un triste afisionao,
    Que buscaba la ocasión
    De dejar en un cerrao
    Frente a un toro el corazón.
    Romance de valentía
    Escrito con luna blanca
    Y gracia de Andalucía
    En campos de Salamanca.

    A ver si superan esto

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  9. Tienes razón, es insuperable. Aunque tampoco está mal "El relicario" con el torero, herido de muerte en la arena, con arrestos para decirle a ella lo de "pisa morena, pisa con garbo...". ¿Y la de "El huerfanito"? Cuando se entera de que es un huerfanito ("Por yo venir a este mundo perdió mi mare su vía..."), clama "...y a todas horas con pena llorando a voces le digo. "¿Por qué si fuiste tan buena no me llevaste contigo?". Un dramón.


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  10. ¡Quién vería a los leprechaun corriendo despavoridos! X-D Erin go bragh!

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  11. Yo, más que "los niños de los peines", los llamaría los "locos, con perdón, por la copla". Sorprendido me quedo con la cantidad de confesos que has suscitado con tu post, Jane. Y yo que me creía un bicho raro, porque me gustaban y me gustan mucho los cantes de la copla...

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  12. Hay más amantes de la copla de los que una imagina. Estoy pensando hacer con todos ustedes una cofradía coplera. Llevaríamos pañolón y abanico, como dice Masé, y algunas veces bata de cola para arrastrarla por los suelos, como sugiere Ancaria (y que no falte el vinito, como apuntamos Sagitta y yo). Nos podríamos llamar "Los niños de los peines" o algo así. Aunque lo fundamental es el sentimiento, desde luego.
    A la dra. Jomeini y a Anónimo: ni las vacas irlandesas ni los leprechauns han sido los mismos desde entonces.

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  13. (Hace 4 años)
    Cómo me has hecho reir. No sólo al imaginarte flotando en el gozo de la copla sobre suelo irlandés, sino porque afloró a mi memoria el recuerdo de una niña que por aquello de que las señoritas tenían que saber de todo, hacía que limpiaba algún sábado
    y cantaba a grito pelado con un pañuelo amarrado a la cabeza retazos de copla, de las que alguna vez oyó cantar a su madre.

    hay pena penita pena... penaaaaa
    pena de mi corazóooooon

    Si yo fuera reina
    de la luz del día
    del viento y del mar
    cordeles de esclavas
    yo me ceñiria
    por tu libertad

    hay pena penita pena... penaaaaaaa
    pena de mi corazóooooon
    que me corre por las venas
    penaaaaaaaaaaaaa
    con la fuerza de un ciclóooooooon

    Y entre nosotras, espero que la audiencia en aquella época fuera poca, porque aparte de destrozar la letra a mi antojo, hacía la música polvo.

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  14. Ay, Floren, si yo me fijara en que no sé cantar y en lo despistado que tengo el oído musical... Pero lo bueno de la copla es la pasión, el entusiasmo, el desgarro, el arrebato y el frenesí. El cantar bien se lo dejamos a la Piquer, a la Lola, a Marifé de Triana y a tantas que nos han deleitado en la vida.

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  15. Que pena. No soy muy aficionada. Mi madre era de las mexicanas y de bajona son mas bajas todavía. :-D

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  16. Las mexicanas, Belén, son iguales de melodramáticas. Acuérdate de aquella que decía "Al preso número nueve hoy lo van a ajusticiar porque mató a su mejer y a un amigo desleal..." y como al final dice que si vuelve a nacer él la vuelve a matar. Un dramón también, pero te deja el alma como una seda después de cantarla a grito pelado.

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  17. Francisco González4 de octubre de 2013, 17:30

    El género de la copla,debe de ser como el del Cante Jondo,hay que "mamarlo",para entenderlo.A mi en particular,me gustan ambos,más el primero.Me gusta la copla,copla, la anterior a la de mitad de los 60.Lo otro,lo posterior,ni nombre tiene.La copla,debe de ser la hermana mayor del bolero;pues ambos géneros coinciden en planteamiento,nudo y desenlace. Muy bueno el tema elegido amiga Isabel,como todo lo que tocas,felicidades.Me he reído con tus ocurrencias,allen de los mares.Buen día y feliz fin de semana.Cs

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  18. Cuando nos reunimos los amigos en una comida con guitarras, Francisco, le damos tanto a la copla como al bolero. Pero la copla es más desgarradora y el bolero más suave. La copla es un terremoto que agita las entrañas, es cuestión de pasiones, y el bolero es cuestión de sentimientos, de amores y olvidos, sobre todo. Hay coplas preciosas y boleros inolvidables.

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