Desde luego, si alguien se merece un
monumento en este mundo es el inventor del huevo frito: un huevo como Dios
manda, de gallinas sueltas picoteando en el campo, frito en buen aceite de
oliva, con su clara blanca y festoneada como un encaje de Holanda y su yema
doradita en la que mojar un pan recién salido del horno… ¡Gloria bendita, oiga!
Y casi todos hacemos lo mismo, empezamos por la clara y dejamos la yema, lo
mejor, para el final.
Ese, el posponer el placer sabiendo que la
expectación y la anticipación también forman parte de él, es uno de los
privilegios humanos que nos separa claramente de los animales, que van a lo que
van y no se andan con tantas zarandajas.
Por la yema de huevo, yo, que soy como Harry
(el de “Cuando Harry encontró a Sally”), que se leía el final de los libros
antes de terminarlos, me aguanto las ganas cuando leo uno especialmente
emocionante para disfrutar más cuando llegue al desenlace. Por la yema de
huevo, mi hijo y mi nuera, hace ya más de un año, nos reunieron a los padres
respectivos, nos dieron una opípara cena y se contuvieron hasta los postres
para decirnos que se casaban.
Este sábado le hemos organizado a mi hermana,
que dentro de poco cumplirá los 60, una megafiesta sorpresa. Fueron divertidas
la preparación y la conspiración entre todos para que ella no se enterase, pero
mejor fue la fiesta: la casa, espaciosa y acogedora, de Juan y Carmen,
generosos amigos que la prestaron para la ocasión y llenaron de luces sus
jardines; los vestidos, flores y collares de los años 60 que todos los
invitados llevábamos y la música, también de los 60 –la mejor- que un grupo (“Almas
de goma”) interpretó, con Elvis, los Beatles y Popotitos haciéndonos bailar a
mayores y jóvenes; las guirnaldas brillando con el número 60 y los carteles con
la cara de mi hermana, hechos por su hijo Miguel, colgados por todas partes;
las conversaciones, risas, tintineo de copas que se oían mientras degustábamos
exquisiteces culinarias, hablando en grupitos o sentados en mesas de manteles
blancos; la presencia allí y la voz de terciopelo de Anne (“Boney M”) sonando,
estremecedora y cálida, en la noche teguestera; los regalos; el aguante de
muchos hasta cerca de las 5 de la mañana aprovechando que, con el cambio de
hora, en realidad eran las 4…
Pero el momento cumbre de la noche fue, sin
lugar a dudas, la sorpresa de mi hermana. Y mejor todavía fue cuando, después
de quedarse con la boca abierta ante más de 100 amigos y familiares, muchos
llegados de fuera, y de los abrazos y besos y de vestirla como Holly, la de “Desayuno
con diamantes”, boquilla y guantes largos incluidos, le pusimos un vídeo con un
repaso tierno y divertido de su vida en el que muchos de nosotros le decíamos
que la queríamos. La última en hablar fue su hija, mi sobrina Isa, que está
haciendo el Erasmus en Polonia. Lo que mi hermana no sabía es que, mientras oía
a su hija mandándole felicitaciones y lamentándose de no poder estar en la
fiesta, mi sobrina estaba en realidad en ese momento detrás de ella.
El
instante en que la vio y se abrazaron y se echaron a llorar y todos
también llorábamos y reíamos a la vez fue la mejor sorpresa, el deleite final,
el regusto que conservaremos siempre en las papilas de la memoria. La guinda
del pastel. El broche de oro. La yema de huevo.
No hay mejor plato que unos buenos huevos con papas fritas. No hay mejor regalo que verte sorprendido/a y rodeado de los amigos de toda una vida, sobre todo porque aún le queda lo mejor por vivir.
ResponderEliminarEnhorabuena
Sí, Guillermo, una vez hicimos una miniencuesta sobre platos preferidos y los huevos fritos con papas fritas se llevaron el primer puesto.
ResponderEliminarYo, en el vídeo, le di a mi hermana la bienvenida en esta década prodigiosa que son los 60, en la que no tienes que demostrar nada, en la que puedes malcriar a nietos y en la que puedes ponerte un sombrero lleno de frutas y flores en la cabeza (me lo puse para la ocasión) sin que te importe mucho el qué dirán. Fue un gran regalo el que le hicimos pero ella se lo merece.
Si señor, una fiesta memorable , doy fe de ello.
ResponderEliminarYa te vi, Cristina, bailando los ritmos de los 60 sin haber perdido las mañas en absoluto. Me hinché de llorar pero también de reír, de bailar, de hablar, de comer y beber, de respirar el aire de la noche tibia, viendo Tegueste iluminado a nuestros pies... Coincido contigo: una fiesta memorable.
ResponderEliminarMuchas felicidades, un poquito atrasadas, para mi joven tocaya y enhorabuena a todos los organizadores por esa fiesta que, a pesar de parecer más una boda por el número de asistentes, creo que debió ser entrañable por todos sus rincones y en todos los momentos.
ResponderEliminarNo tengo hijos, pero no me cuesta imaginar la emoción de Chary cuando vio a la suya en vivo y en directo, en un día tan grande y tan especial para ella.
Gracias, Isa, por trasladarnos y hacernos partícipes, con ese arte que tienes, de todo lo vivido en ese día. Besos para las dos.
P.D.: ¡Ah! y "pa´mí" que las hermanas Duque deben tener un pacto con ese de los cuernos, el rabo y el tridente...
Todavia tengo la boca abierta de la sorpresa, tal fue el impacto directo al corazon: Cuando iba llegando vi a algunos familiares de los dueños de la casa vestidos de fiesta, muy a los años 60 y pensé:-¡ostras, si vengo en vaqueros porque se suponía que era una reunión para ayudar a pasar el vino de barricas a botellas¡ ¡y con estos pelos¡.Despues las puertas se abrieron y me encontré de frente con 100 personas que cantaban cumpleaños feliz,y claro: ¡me quedé pasmada¡me pareció un sueño, y entonces comencé a ver a familiares que se habían desplazado desde la península , de otras islas y hasta de Miami,, a amigos vestidos de hippys,a mi nieta feliz abrazandome, en fin todas las personas que quiero estaban allí. Bueno , casi todas,entre los ausentes faltaba mi hija.Pero como la noche era mágica, despues de ver un supervideo tierno que me organizó mi hijo Miguel,apareció ella como si fuese el final de una película romantica..y claro, rompí a llorar como una magdalena.Despues, con los ojos hinchados y despelujada me vistieron de Audrey Hepurn , bueno más o menos,a lo mejor despues de una cura de engorde y me pusieron dos coronas y una medalla y unos collares ¡parecia más bien Lolita Pluma¡ ..pero despues todo fue de sorpresa en sorpresa: la casa de Juan y Carmen preciosa, la comida exquisita dirigida por Fernando, la voz impresionante de Anne, la música divertida ,la noche brillante teguestera, mi marido, mis 3 hijos ,mis nietos, mi familia, mis amigos,.....en fin, la felicidad.Todo en conjunto fue la yema, la guinda del pastel y aunque la memoria asienta en un lugar del cerebro llamado hipocampo,creo que tambien hay otro órgano implicado porque siempre llevaré este recuerdo aquí, muy cerquita del corazón.
ResponderEliminarJane, antes que nada decirte que los huevos fritos me encantan con papas fritas, arroz blanco, spaguetis, creo que no los puedo aborrecer. Y al contrario que mucha gente como tú dices, yo empiezo por la yema con pan...uuuummmmmm !!!! ¡ Exquisito !. Y en cuanto a la Fiesta sorpresa de Chari, fue maravillosa, emotiva, divertida, que aunque incluso llovió, se comportó y nos acompañó el tiempo. ¡ Era para Chari !..todo el mundo se involucró sin ella sospechara de nada, ¡ Que ya es difícil ! Y se consiguió !. El video que le hizo su hijo y Yerno mío maravilloso Miguel, nos hizo llorar a todos, junto con el tierno y fuerte abrazo de una Madre con su hija. Pues creo que al ver a tantos amigos y familiares, seguro que en su cabeza era a la más presente que tenía, pues lejos estaba su hija. ¡ Sorpresas te da la Vida, la Vida te sorpresas !. Chari se lo merece, pues quien da, recibe, y de ahí la repuesta. Ella es ¡ Chari, Chari !
ResponderEliminarMuchas felicidades adelantadas a tu hermana Chari, y felicidades a los ingeniosos de esa macrofiesta sesentera, que envidia me da.Siempre he querido una fiesta sorpresa!!!!Tiene que ser muy emocionante verte rodeado de tanta gente querida y sobretodo el viaje sorpresa de su hija,joooo.Muy bueno la verdad,tu relato de la fiesta y sobretodo como has encajado esos huevos!!!
ResponderEliminarPD: Debo ser como los animales,con un instinto de supervivencia mayor que de placer,porque me gusta comerme lo bueno primero, es decir las yemas.
Anécdota:
Una tía de mi madre siempre contaba que una vez estaba escogiendo piñas en la huerta de su padre, y salió el padre diciéndole: "Segunda,Segunda,coge las piñas curadas!!!,No cojas de las tiernas!!y ella le dijo,¿papá si usted las estuviera cogiendo de cuales cogería?. Dice el padre:" ohh hija de las maduras". A lo que ella contestó:"pues ahí las tiene"
Besos Susana Rivero.
Cehachebé: Sí que fue emocionante, estábamos todas con la nariz como un pimiento morrón de las lloreras (y la raya negra de los ojos de los años 60 toda corrida).
ResponderEliminarYo creo que estas fiestas se inventaron, aparte de para darte un soponcio, como terapia para que cada uno dé rienda suelta a todas las emociones que muchas veces reprimimos por el qué dirán. Y si encima te tienes que disfrazar (yo con coletas, ya me dirás), menos inhibiciones todavía.
Gracias por tus buenos deseos y un abrazo.
Chari: Esta fiesta fue nuestro regalo de agradecimiento por todas aquellas por el estilo que has organizado tú (sin ir más lejos, la de mis 60 años, todos guapos y yo llegando de la playa con los pelos engrifados), por tu hospitalidad con familiares y amigos, porque todos saben que pueden contar contigo (y yo más que te tengo al lado y que de vez en cuando te pido 2 tomates o algo así). Como dice Pili, quien siembra recoge. Y el sábado había mucho, mucho cariño hacia ti. Te quiero, hermanita.
ResponderEliminarPili: Con tanto hablar de huevos fritos me entraron unas ganas enormes de comerme uno y anoche me lo hice para cenar. Me di cuenta de que yo también lo primero que hago es mojar el pan en la yema pero luego la voy dejando para quedarme al final con el saborcito. Mucha gente me ha dicho, como tú, que ellos empiezan por la yema. Se como sea, lo importante es que es lo más rico, y eso también se puede aplicar al momento en que Chari e Isa se abrazaron y todos nos vimos, buaaaaaaa, con el chorro de lagrimones ¡Qué gusto!
ResponderEliminarSusana: Todavía eres muy joven, ya te llegarán las fiestas sorpresa cuando te las organicen Íker e Imanol. Mi primera fiesta sorpresa fue a los 40 años y fue muy divertida, organizada por mi amiga Justine que puso globos negros por todas partes con la leyenda "Over the hill", sobre la colina, como diciendo que desde ese momento todo sería cuesta abajo (escribí un post sobre eso). después con los 60 y la jubilación, tuve dos, una de los alumnos y otra de Chari.
ResponderEliminarLa verdad es que son emotivas y parte de la diversión está en los preparativos. Si vieras la de mentiras que le hemos dicho a Chari estos días...
A mí que no me hagan fiestas sorpresas, no me gustan nada porque siempre temo un infarto. Pero puedo decir con alegría que "desta escapemos" y que lo pasamos muy bien
ResponderEliminarToni, para los no familiares debo decir que la frase "desta escapemos" es el mensaje que toda la familia manda cuando baja del avión en cualquier viaje. Y sí, ya sé que no te haría una fiesta sorpresa nunca. Si sólo con llamarte cuando estás distraido, pegas un brinco...
ResponderEliminarHuevos fritos con papas fritas. Huevos de gallinas sueltas. Huevos que tienes que buscar en los nidos entre las tuneras, a riesgo de llenarte de picos. Papas del país, "utolate" como dicen en nuestros lugares. ¡Un placer!... Sin embargo, el mejor recuerdo que tengo de unos huevos fritos fue en Isla Cristina, Huelva, el Viernes Santo del año 1974. ¡Ya ha llovido! Como no se podía comer carne, un grupo de al menos cinco parejas nos endiñamos casi cuatro docenas de huevos con papas fritas en la casa de uno de ellos. ¡Cómo estaban de buenos! Aceite virgen a granel de la comarca, huevos de gallinas que disfrutaban dentro de un gran corral en la parte trasera de la casa, ajos picados muy finos que se regaban sobre la clara antes de cuajar, sal marina portuguesa, papas a las que le añadías en el medio del sartén una pimienta de la "p" cortada para que coja gusto... ¿Se puede pedir más?.
ResponderEliminarYo como soy de la generación del 48, ya celebramos aquellos años 60 en el 2010. Nos reunimos en Santa Cruz de La Palma, aprovechando la fiesta de la Bajada de La Virgen, más de 200 loquetas con un orquestón que sólo interpretó música de la época. Fue bonito encontrar gente que no habías visto desde entonces. Estoy hablando de cuarenta y muchos años. ¿Y tu quien eres? Esa era la frase más repetida. Se montaron varios paneles con fotografías que nos hacíamos cuando nos fugábamos del Instituto, en las excursiones, guateques y hasta en las procesiones. Hubo muchas emociones. Sobre todo al retomar el baile con aquella chica de sesenta y pico que antes te ponía el freno con el codo y sólo te duraba una pieza porque estaba más pendiente de otro. Ahora no.
Mis mejores deseos a Chari.
Enrique, me han vuelto a entrar ganas de huevos fritos con tu descripción de aquel viernes santo de hace 38 años. Debió de ser memorable para que lo recuerdes así. Yo tengo la suerte de que mi vecina Tina me regala de vez en cuando un cartón de los de sus gallinas, que también las tiene picoteando sueltas. Y si no, al mercadillo, donde te venden huevos caperos. El sabor y el color de la yema son otra cosa...
ResponderEliminarYo también soy de tu generación y celebré mis fiestas de los 60(porque fueron unas 6) en el 2008. Pero ninguna fue con coetáneos de esos que hace muchos años que no veo sino con los que han envejecido conmigo. Y eso también fue muy bonito y emocionante.
Y, como pude comprobar en la fiesta de Chari, como la música de nuestra época no hay ninguna otra que pueda animar por igual a mayores y menos mayores. Twist again...
Saludos Jane.
ResponderEliminarComo ya te dije, casi no tengo tiempo de ver los correos, pero aunque no participe suelo echar un vistazo a lo que escribes en tu blog. Lo mejor, el ánimo con que afrontas todo!!
Éste me atrajo por lo del cumple de tu hermana, porque también cumplí los 60 el año pasado; y aunque la fiesta la organicé yo, fue un día INOLVIDABLE, por todas las sorpresas que me dieron, tanto mi familia como mis amigas. El "regocijo" me duró bastante y aún me alegra recordarlo.
Así que, traslada mi felicitación a tu hermana; y a tí por la iniciativa.Besos.
Gracias, Mayuye, pero en realidad la iniciativa fue de mis dos sobrinos que llevan más de un mes organizándolo todo y metiéndonos a los demás. Yo tenía el encargo de avisar a unos cuantos, de hacer una enorme cantidad de mis célebres canapés de tomate (receta de mi amiga Pino) y de ayudar en la intendencia y en la mañana del evento. Y así los demás familiares y amigos. Pero, como te pasó a ti, valió la pena. Así sí da gusto cumplir 60 y lo que nos echen.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Jane. Yo tambien soy uno de los admiradores de papas fritas con huevos fritos, aunque muchas veces si hay papas de esas que se estallan al guisarlas (como si fuera una flor) frío un par de huevos, unos granos de sal gruesa por arriba(si no le pongo esa sal parece que no es lo mismo)y me doy un atracón.
ResponderEliminarEsas fiestas en que te rodea una gran parte de la gente con la que has recorrido el camino de tu vida, esas fiestas están llenas de una gran carga emocional, pero una carga emocional sana y verdadera, y no una carga emocional ñoña que es lo que se estila últimamente (ejemplo: El programa de Yolanda Flores por la tarde en RNE, lleno de ñoñerías y casposidad). Pero ahora no es el momento de ponerse serios, sino de disfrutar pensando que todavía quedan cosas y momentos buenos, aunque nuestros presidentes sólo nos hablen de pajaritos o de independencia, es decir,de pamplinas para que no pensemos en cosas serias.
Un saludo a tu hermana Chari. Un gran beso para tí. Juan
Juan, propongo formar un club de Fans de los Huevos Fritos. Con todas sus variantes, claro, incluso con los huevos estrellados, que son otra versión. Mi marido los hace con lomo, jamón serrano, su choricito, sus setas... mmmmmm. Mi amiga Lolina dice que son Huevos Historiados.
ResponderEliminarNo conozco el programa de Yolanda Flores pero me lo puedo imaginar. Y sí que pienso que nuestras prioridades están lejos de los pajaritos, de los clarines por la independencia, de los rescates y de las mandangas con las que nos quieren transformar en zombis. Las pequeñas cosas (y no como decía Groucho Marx: "una pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...") y los momentos como estos hacen que la vida merezca la pena.
Un abrazo y gracias de parte de Chari.
La fiesta de Chari (aunque a mí no me gusten los huevos fritos), genial, emocionante. Felicidades.
ResponderEliminarGracias, Úrsula. Y eres de las pocas personas a las que no les gustan los H.F. Sólo conozco otras dos: mi amigo Mingo y mi hijo Dani, a quien siempre tenía que hacer un plato alternativo. Tendré en cuenta tus preferencias para futuras invitaciones.
ResponderEliminarUn beso.
Yo quiero ir a esas fiestas que os montais. De verdad que os admiro por lo bien que os lo montais.
ResponderEliminarY ya de paso me gustaría poder comerme un buen huevo frito :-)
Tú sabes que cuando quieras tienes las puertas abiertas. Y lo del huevo frito ya llegará. Paciencia y a tomarse las cosas con filosofía...
ResponderEliminarMis prisas me hicieron leer el post sin haber visto que era de hace cuatro años.
ResponderEliminarPensé, Chari tiene una hermana pequeña y yo media vida con ella en el colegio no me enteré? Y es que nos llevamos justo un mes y ya nos toca 64.
Sí, Carmen, los post de los viernes siempre son de recuerdo de hace 4 años. Los de los lunes son los nuevos.
EliminarRealmente hace 4 años le adelantamos el cumpleaños para que ni se lo esperara. Chari cumple el 21 de diciembre, el día del solsticio de invierno (le dediqué un post que se llama así, "Solsticio de invierno"), así que creo que eres un mes mayor (20 de noviembre ¿no?). Pero sí, son de la misma quinta y efectivamente antes de que acabe el año, 64 ¡Qué buena edad!
Que bonito es tener una hermana y mucha familia, debe ser maravilloso, me encantó. Saludos.
ResponderEliminarCreo que sí, Marilu, es una gran ventaja tener familia numerosa. Nosotros somos 3 hermanos pero dos de mis primos como si lo fueran. En Navidad, si estamos todos, nos reuniríamos 31 personas. Y tener a mi hermana cerca (compramos una parcela entre las dos parejas y vivimos juntas pero no revueltas) es una ventaja que no dejo de agradecerle a la vida.
EliminarGracias y un abrazo.