La última
película de dibujos animados que vi acompañando a mis nietos –ya saben, esa
excusa estupenda que tengo para, en vez de ir en plan intelectual a una de arte
y ensayo, pasármelo pipa en el cine- fue “Los Croods”. Va de una familia de
trogloditas que corre, brinca y casi vuela, en una aventura trepidante y
divertida, sin darse un respiro, de un peligro a otro, de un terremoto a una
erupción volcánica o de insectos y plantas carnívoros a enormes fieras que, a
veces, no lo son tanto. Pero lo mejor son los temas que trata: la sobreprotección
de los hijos, la rebeldía adolescente, el poder de la inteligencia y, sobre
todo, el cambio de chip, personificado en el padre, que cambia su manera de ver
la vida para que, aunque se cometan errores, se intente vivir y no sólo
sobrevivir.
Eso,
que cambiemos de chip al ver las cosas, es algo que saben bien los escritores
de novelas policiacas. Leyéndolas, te ves creyendo que aquel chico es más bueno
que el pan y, de repente, en el último capítulo, se te cae la venda y dices: “¡Míralo!
¡Resulta que, al menor descuido, igual te hubiera cortado en pedacitos, el muy
asesino!”.
También,
cuando daba clase de “Aprender a
razonar", los primeros días siempre ponía ejercicios de este tipo para que los
alumnos dejaran atrás ideas fijas y preconcebidas y miraran las cosas con ojos
nuevos (como, por ejemplo, “Tienes 30 pesetas en 2 monedas y una de ellas no es
un duro”). Y es que el cambio de chip es uno de los primeros pasos del
razonamiento y lo que nos hace aptos para aceptar otras realidades.
Algo así
nos ha pasado a nuestra familia esta semana con el nuevo bebé que esperamos
para finales de agosto. Nos hemos pasado más de un mes pensando que era un niño
llamado Hugo. Ahí estaban los otros 6 niños de la familia, prometiéndoselas muy
felices con agregar un 7º miembro al futuro equipo de fútbol. Mi consuegra, que
es una manitas, le ha hecho ranitas, mamelucos, faldellines, camisitas, patucos
y gorritos con algún detalle azul. Yo, como no sé coser sino botones, le compré
la preciosa película “La invención de Hugo” para que la viera cuando fuera
grande… Y, mira por dónde, esta semana nos hemos enterado de que se va a llamar
Julia.
Resultado:
alborozo de las 2 niñas de la familia que ya tienen quien herede los trajes de
Rapunzel y de la Bella ,
más los tacones, coloretes, collares, lazos, barbies y demás trastos rosas y
cursilones asociados al gen XX. Mi consuegra ya ha pensado en cómo reconvertir
la canastilla y en cómo cambiar bombachos por falditas. Pero yo ¿qué película
le regalo ahora, santo dios?
Tengo
que cambiar rápidamente el chip.
Dos cosas: una, ¿cuándo ha sido la última vez que has ido al cine a ver una peli en plan intelectualoide? Que nos conocemos, Jane...Y la segunda, menos mal que no le compré el pijama de los Chicago Bulls que tuve en mis manos en Chicago.
ResponderEliminarLa última vez, la última vez... ¿Vale "Oz, un mundo de fantasía"? Era muy intelectual, con eso de anticipar el futuro y hablar de la impostura del personaje y todo eso.
ResponderEliminar¡Cogno con la generación de los 70/80! No paran. Y eso que tenemos encima una galopante crisis. Menos mal que ésta no entiende de arrullos en diciembre. Será una chica virgo. Casi nada...
ResponderEliminarA ver si lo entiendo. ¿De los siete, cuantos nietos?
Y menos mal que no paran, Enrique. Alguien tendrá que pagar las futuras pensiones de ellos ¿no? Sí, será una chica virgo, si no se adelanta. Vamos a ver qué tal sale...
ResponderEliminarDe los 6 varones sólo hay un nieto, que es el Terro. Pero también está el primer hijo de mi nuera, que es como si lo fuera. Y luego, 4 sobrinos entre 1 y 3 años. Cuando nos juntamos todos, hay un ambiente de paz, sosiego, tranquilidad y silencio...
Regálale Julie & Julia! Para cuando sea mayorcita, eso si, que no es una película infantil. Pero es bonita y va de blogs y cocina y tu escribes un blog y su tía también. Es una película deliciosa.
ResponderEliminarMi querida Isa, cuanto me alegro de tu próxima nietecita, aunque me alegraría igual si fuese chico. Yo estoy deseando de tener uno, y no hay manera. Hace años, leí un artículo de Natalia Figueroa, hablando del orden de las casas cuando los hijos no están, (ahora hablaría de los nietos), de la paz y tranquilidad, pero qué felicidad cuando hay risas, llantos y desorden.
ResponderEliminarYo estoy preparada a cambiar no sólo mi chip, sino a trasladarnos a Suiza para ayudarles a criarlo...
Hola Jane. Otra vez abuela, felicidades.
ResponderEliminarPodría comprale "Julia", protagonizada por Jane Fonda, no es infantil, pero se puede ver.
Por supuesto que es grato oir risas, gritos de júbilo, y algunas veces de dolor cuando se dan un pequeño golpe, y les cantamos lo de : Rana, rana, culito de rana....". Sobre todo la primera vez que se lo dices y los dejas "mosqueados" y se callan.En cuánto a lo del color azul o rosa, no estaría tan preocupada, por suerte hoy no es tan importante, generalmente.Además lo malo de los hijos y los nietos son sus primeros 50 años, después todo es coser y cantar. Un beso Jane. Juan.
Anónimo:
ResponderEliminarPues mira, pensé en esa que la vi hace pocos meses y me gustó. Es una historia alrededor de la cocina, que es un tema que también me encanta. Y hacer todas las recetas de un célebre libro y plasmarlas en un blog también es un reto interesante. Pero claro, tendrán que pasar por lo menos 20 años para que a mi futura nieta le interese y probablemente la calidad de los CD se resienta. No es lo mismo que con "La invención de Hugo", que va de un niño que sabe reparar relojes y da vida a un autómata. Mis nietos ya la han visto y les ha gustado. Pero gracias por apuntármela y sigo buscando.
Esperanza, a mí también me gusta mucho tener la casa llena de risas y de follones. Pero no dejo de reconocer que, cuando se van, siempre decimos "Ufff...".
ResponderEliminarEntre nuestros amigos ya casi todos tienen nietos y los que no, están como tú, deseando que vengan. Tú deja caer ese ofrecimiento de ir a cuidarlos a ver si se animan...
Juan, a la película de Jane Fonda le pasa lo mismo que a la de Meryl Street. Pasarán más de mil años, muchos más, hasta que pueda interesarle. O igual no y me sale una niña reflexiva que ve esa historia de amistad en los tiempos del nazismo, tal cual otros veían "Barrio Sésamo".
ResponderEliminar¿Sabes que sí podría gustarle y no tiene el problema de que el soporte se estropee? El poema de José Agustín Goytisolo "Palabras para Julia". Lo escribió para su hija y Paco Ibáñez le puso música:
"... Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Y siempre, siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso...".
¿A que es bonita? Se la guardaremos.
Lo de los colores nunca me preocupó, a mi hijo le puse el primer día que salió a la calle desde la clínica un sueter azul marino con floritas. Iba de lo más fashion.
Y muy bueno lo de los primeros 50 años, tienes toda la razón.
Un beso.
No lo dudes: "La invención de Hugo". Recuerda que, además de ser una fantástica película -el libro es una joya- es perfectamente válida para Julia -hay una peli con ese título, pero si no recuerdo mal era la historia de una cuarentona, alcohólica.... puffff, un rollo pa una niña-. En segundo lugar, estamos en crisis y , en tercer lugar, ¡¡¡eres jubilada!!! jajaja no puedes tirar la casa por la ventana jajaja.
ResponderEliminarDe todas formas, siempre te podrás poner como mi madre, cada semana le hace una diadema a mi hija: con botones, retales, cremalleras, muñequitos... ¡¡¡Ya no tengo dónde ponerlos!!!
Esa sí que es una buena invención.
Tienes razón, hay que rentabilizarlo. Le diré a Julia que lo compré pensando en ella antes de saber que era una niña. Lo que no sabía es que está basado en un libro. Lo buscaré, normalmente me gustan más que las películas y lo puedes releer en cada momento.
ResponderEliminarPonerme como tu madre, imposible. Seguro que es una manitas y hace unas diademas preciosas (¡qué buena idea!) y acuérdate que yo sólo sé coser botones. Y no muy bien.
yo te recomiendo el cuento "A Julia la quieren el doble" sobre el amor de las abuelas. :)
ResponderEliminarSi es Virgo, querida mía, querrá un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio. O sea, muy ordenada. Pensará pensará y pensará... o sea, muy reflexiva. También puede ser que le guste hacer las cosas lo mejor que sepa y pueda. O sea, perfeccionista. Preguntará, preguntará y preguntará... o sea, curiosa. ¡No les queda nada a padres y abuelos! Se los dice, con mucho cariño, una Virgo sin remedio.
ResponderEliminarBromas aparte, sabes tan bien como yo, Isa, que lo importante es que sea una niña sana, buena, generosa, simpática y cariñosa, que todo lo demás se le dará por añadidura. Ya los había felicitado por Hugo, y como donde dije Hugo, ahora digo Julia, también por ella les felicito. Besos para todos.
- Julie y Julia (Con Meryll Streep, se deja ver)
ResponderEliminar- Julia y Julia (es otra, con Katleen Turner)
- Being Julia (Annette Benning, la mejor de las tres con diferencia)
De todas, la primera es la única que puede ver antes de los 16, bueno, los 14.
A lo mejor se une al equipo de fútbol. Yo no lo hubiera hecho, pero mucho menos aún, me hubiera apuntado a los lazos y los vestidos de princesa, así que ... otro ejemplo de cambiar el chip.
pd. Es la otra!!!!
María José, gracias por la recomendación que hoy, Día del Libro, viene muy bien recibida. Lo buscaré para leérselo en cuanto tenga uso de razón.
ResponderEliminarCehachebé, conozco un montón de Virgos que no se parecen nada entre sí. Y las hay curiosas y pasotas, ordenadas y desastres, perfeccionistas y chafalmejas... Claro, los astrólogos dirán que es que una tiene ascendente en Júpiter y a otra la luna pasó por en medio. Yo me conformaría con que fuera tan buena persona como tú. Y si encima es artista, mejor que mejor.
ResponderEliminarLoque, de las tres sólo conozco la primera. Buscaré la de Annette Benning, que es una actriz que me gusta mucho. Si ella no la puede ver sino cuando se jubile como yo, ah, se siente. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarYo tampoco fui niña de lazos y perifollos. Sí que recuerdo que me gustó mucho cuando los Reyes me dejaron una muñeca vestida de ballet con sus zarcillitos y todo. Pero también me encantó el año en que me regalaron un triciclo rojo (en esos tiempos había un regalo y va que chuta). Ahora es un horror lo de las niñas. Recuerdo que mi nieta decía ¡a los 3 años! que su color favorito era el rosa, y el segundo el rosa fuerte ¿De dónde sacarán eso? Porque ni yo ni mi hija se lo inculcamos... Y vete a saber qué les va a gustar a estas nuevas generaciones.
Y muy bien el resolver el ejercicio que yo les ponía a mis alumnos, eres un hacha. Normalmente me decían: "¿Cómo que una no es duro? ¡Tiene que ser un duro!". La solución, como has dicho, es "una no es un duro, pero la otra sí". Mi hija me dijo que ella ya no se acuerda de las pesetas. Yo todavía sigo traduciendo a pesetas. A ver si cambio de chip...
Antes que nada, felicidades por esa niña que viene, otro alma más para el equipo. Por otro lado, ¿qué más da la crisis?, ¿es que se va a parar el mundo por eso?, si uno se cría, se crían todos. Si esperarmos a que se solucione, no podremos gozar nunca de ciertos placeres. En cuanto a la "peli", me encanta que te gusten las de dibujos, todos tenemos nuestros pecadillos, yo, sin ir más lejos, cuando los críos de infantil suben a ver alguna, yo me sumo a la fiesta, me lo paso requetepipa, y ellos más al verme revolcándome de la risa. Un favor, cuando llegue "Julia" dale la bienvenida de mi parte.
ResponderEliminarAdemás, José Gerardo, ¿quién nos dice a nosotros que estos que vienen ahora no van a ser los que arreglen de una vez este mundo y estas crisis?
ResponderEliminarY en secreto te diré que en plena fiebre de las películas de arte y ensayo (años 60 y largos)me escapé una vez para ir a ver un Festival de Tom y Jerry. Y también me revolcaba de la risa.
Le daré la bienvenida al mundo, descuida.
Llueve sobre mojado... Mi hijo iba a ser Tomás y es Elena. Yo encantada.
ResponderEliminarSí, Laly, y el mío iba a ser Elisa y es Daniel. Hay que estar siempre preparados para lo que venga.
ResponderEliminarHola Jane, entro de nuevo, y es que a mí me pasó lo mismo: María, mi hija, fue Paco hasta los ocho meses y pico, que buen ojo tuvieron. Yo tuve que cambiar el chic también, pero encantada.
ResponderEliminarHola, Isabel. Hay un montón de casos. Mi hija me recordó ayer que Eva, mi nieta, también fue Diego hasta los 8 meses. Tal vez sería mejor como en mis tiempos, en los que no sabíamos nada sino lo que nos decían las abuelas: "Tienes barriga picuda: va a ser niña". Aunque también se equivocaban. Por eso, mejor tener los dos nombres preparados.
ResponderEliminarHay una canción de los Beatles que se llama "Julia". Creo que Julia era la madre de John Lennon. Mi nieta también se llama así.
ResponderEliminarEs verdad, Dulce. Y además tiene una letra muy poética. Traducida, llama a Julia "ojos de concha marina, luna de alba, nube silenciosa, sonrisa de viento que me llama..." Hay que ver la cantidad de películas, canciones y poemas que han salido con el nombre de Julia. Hay otra camción de Los Diablos que decía: "Oh, oh, July, te quiero cantar...". Vamos a hacer una Antología.
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