El
Charco Azul, en Los Sauces, es de los que crean adicciones inquebrantables.
Podrán hacerles playas al lado, en Puerto Espíndola, podrán montar piscinas
naturales y más grandes en La
Fajana , pero los que se han criado bañándose en sus aguas,
claras y frías, entre espumas de olas retumbantes, le permanecerán fieles por
siempre jamás. Y es que este rincón, a ratos apacible, a ratos sacudido por ese
mar del norte que te limpia hasta el aliento, tiene una cualidad especial: es pequeño,
hecho al tamaño de un pueblo y sus habitantes.
Por
eso, todos los sauceros, los oriundos y los de fuera tenemos un montón de
historias compartidas al amparo de mañanas y tardes de juegos y risas.
Recuerdo
a mi prima Mª Elena, que ya murió, bajando por las escaleras y cantando a grito
pelado “O sole mío”, llevada por el entusiasmo de saberse joven y de vivir un momento
impagable. Recuerdo tardes de coger lapas y burgados por el Varadero para
comerlas, a veces crudas, a veces asadas con mojo verde. Recuerdo la vez que mi
primo Pepe y los amigos recogieron billetes del agua como si hubieran caído del
cielo… Pero, sobre todo, recuerdo la historia de la Miss.
Eran los
años 60. En el pueblo teníamos, veraneando, una Miss España guapísima. Si hay
expectación y chismorreo cuando íbamos pelagatos como nosotros, imaginen cuando
aparece ¡una Miss! Se analizaban sus espectaculares trajes, su peinado, sus
compañías, sus gestos… En la
Plaza , en las ventas, en el Casino, hasta en la Iglesia , no se hablaba de
otra cosa.
Y en esas,
una mañana que estábamos todos en el Charco a nuestras cosas, se presenta la Miss con un look playero de
esos que sólo salían en las revistas, no como el nuestro que era más bien de toalla y
cholas. Ella, no; ella iba con su cacho pamela, con su pareo multicolor, con
sus tacones y con su bañador último modelo (bikini, no, que no eran los tiempos
todavía). El tipazo era de los que quitaban el hipo.
Se
apagaron los gritos, las conversaciones, las bromas y los chapoteos.
Disimulábamos pero todos estábamos pendientes de ella, que lo sabía
perfectamente. Entonces se tiró al agua. Y, en el instante en que lo hacía,
lanzó un gritito estridente y ridículo, un “¡¡¡Iiiiiiiiiii!!!”, que sonó como
una nota falsa. Nadie dijo nada y ella siguió, guapa y maravillosa, tirándose a
cada poco con sus “¡¡¡Iiiiiiiiii!!!” ratoniles y desajustados. Al rato, salió,
se envolvió en el pareo, sacudió su dorada melena, los que la acompañaban
recogieron, serviles, las toallas y cestos de la diosa y ella desapareció.
En ese
momento, sin ponerse de acuerdo, como obedeciendo a una señal invisible, todos
los chicos que estaban en el Charco se tiraron a la vez al agua y lanzaron un “¡¡¡Iiiiiiiiii!!!”,
que esta vez sonó a coña marinera.
Han
pasado 50 años de eso y todavía me río al recordarlo.
Los
chicos de Los Sauces eran (y espero que sigan siéndolo) así de divertidos, así
de ingeniosos, así de burleteros.
Tuvo que ser todo un espectáculo!!Hoy en día verte a una miss todavía impacta,pues años atrás imagino que mas!Me encanta este relato,pero creo que lo de las lapas y el mojo verde Isabel,te lo podías haber ahorrado!!!rrrrrrrrr.Besoss
ResponderEliminarSusana, las lapas recién cogidas y asadas con su mojo verde por encima, es uno de los manjares más exquisitos de la creación. No son "escarrapuchadas", si es que estabas pensando en mi anterior escrito :-D
ResponderEliminarY sí, fue todo un espectáculo.
Besos.
Me lo imagino y me da risa. El iiiiiii es típico. 😀
ResponderEliminarNo sé por qué mandaba ese gritito. Igual era un vestigio de su niñez, o una alergia al frío, o una tontería que alguien le había dicho que era sexy, o que era boba de baba...
ResponderEliminarHermosa descripción de nuestro Charco Azul, realmente es un lugar para disfrutar y difícil de olvidar....nos ha gustado tu relato muchísimo aunque ya lo habíamos compartido en aquellas tardes inolvidables que tuvimos la suerte de saborear este verano....y concretamente el iiiiii...en vivo y en directo era especial....
ResponderEliminarRealmente era un verdadero espectáculo ver aparecer una foránea por aquellas escaleras que tanto gustaban a tu prima....y mientras desde todo el contorno del Charco miles de ojos se clavaban en ella.....así son los pueblos y los lugareños.....cada verano se convertía en una espectación nueva, con actores noveles cada día.....un abrazo y seguiremos disfrutando de tus relatos.
Por cierto enhorabuena por ese bonito recuerdo de un alumno.....ahora nos toca a nosotros compartir tus magistrales clases-blogueras.
Precioso regalo, el que nos haces, contando historias en tu blog. Esta mis, de la que hablas es anterior a aquella de Tenerife, guapísima, que todas conocimos. Creo que el mismo año, fueron al Guimerá el dúo Dinámico. No recuerdo su nombre. No, no me refiero a Noelia, cuando ella fue elegida Mis España, y después mis Universo, yo vivía en Sevilla.
ResponderEliminarSí, algunos episodios de nuestra niñez, jamás olvidaremos.
Gracias, Jesús, ya sabía que te iba a gustar esta historia. Y mejor que contarla (que nos reímos un montón), fue vivirla en aquellos años. Cuando todos se levantaron y se tiraron al agua lanzando el gritito, la carcajada también fue unánime.
ResponderEliminarVivir en un pueblo, conocer a los que te rodean, compartir esos momentos, e incluso las ocurrencias, con ellos nos congratula con el mundo. Siempre me acuerdo de que Agatha Christie decía que la naturaleza humana es igual en todas partes (somos curiosos, chismosos, agudos, fijones...), sólo que en los pueblos se nota más.
Un abrazo.
Esperanza, efectivamente no es Noelia (que, por cierto, no llegó a Miss Universo sino a Miss Europa). Y sí, el mismo año vino el Dúo Dinámico a Santa Cruz (hay alguna relación). No he puesto el nombre porque igual no se ha dado cuenta todavía de que lanzaba ese gritito y no es cuestión de avergonzarla a estas alturas. Probablemente era una chica estupenda, que luego se casó, tuvo hijos y ahora debe tener un montón de nietos. Y a ellos les contará aquel año que fue famosa y se codeó con las estrellas (¡¡¡ Iiiiiiiiiii!!!)
ResponderEliminarIsabel,asadas,crudas,"escarrapuchadas" es lo mismo siguen siendo LAPASSSS!!! Dios!! no me pongas los dientes largos! que también recuerdo yo épocas de mi juventud,donde veraneaba en Breña Alta e íbamos a la playa de los Cancajos...nadábamos a los rompeolas y volvíamos con esos manjares...para su posterior de gustación! eran épocas de no prohibición.
ResponderEliminarAh, Susana, pensé que es que no te gustaban... ¿Y es que hay algún régimen que prohiba las lapas? ¿Es un régimen talibán?
ResponderEliminarUna vez en Madrid una amiga canaria vino a decirme que había visto que en un bar anunciaban "lapas calientes". Las dos, que teníamos una morriña enorme por las lapas, allí que nos fuimos ¡Y resultó que lo que anunciaban eran "tapas calientes" y era que a la "t" se le había caído el rabo!
¡Vivan las lapas y, sobre todo, las recién cogidas!
Los sauces para mí está empezando a tonar aires de caribe, no digo más, prurito paraíso cargado de historias.
ResponderEliminarNo es el pueblo más bonito de La Palma ni el más pintoresco (aunque tiene rincones naturales preciosos). Los que viven allí dicen que nunca pasa nada y que los inviernos suelen ser aburridos. Pero si te fijas bien (mirar, escuchar, compartir), está lleno de vida. Aunque caribeño, caribeño...no.
ResponderEliminarHola Jane. No viví el momento del ¡¡iiii!!!, pero si viví el otro momento en que un periodista, creo recordar que era de TVE se lanzó al Charco con su bañador por la rodilla, y al momento comenzaron a flotar billetes de 100 ptas., y claro unos cuantos se lanzaron al agua y los recogieron, pero no los devolvieron.
ResponderEliminarEl periodista iba acompañado de un personaje relacionado con "las fuerzas vivas " de aquella época (había sido uno de los mandamases del Ayuntamiento predemocrático), y se enfadó tanto que llamó al sargento de la guardia civil.
El sargento, un hombre orondo, llegó por la tarde a la Plaza, y se llevó para el cuartel a algunos de los "pescadores" de billetes. Los llevó al cuartel y los amenazó con una frase gloriosa que siempre se recuerda:"Cantando, cantando que si no me lío a guantazos con todos". Al final creo recordar que devolvieron lo que no se habían gastado en "polos" y dulces.
Los dejaron marcharse con un coscorrón y una bronca. Tuvimos "fiesta" para el resto del verano. Un beso Jane.
¡Vaya sitio guapa!
ResponderEliminarSiempre me han fascinado las mujeres que para ir a la playa van con collares, pintadas, etc... porque yo siempre he ido con camisetas de "Mallorca 92" y chanclas.
También me has recordado a cuando fuimos a la piscina varias amigas (tendríamos unos 16 años) y una se cambió de bikini 4 veces. Todavía estoy intrigada, en serio.
Un beso y un iiiiiii de recuerdo playero
Qué historia más divertida viviste, Jane. Los momentos de gloria pitona de la supermegamiss de España, tuvieron que ser de antología.
ResponderEliminarQuizá la moza no se percataba de lo llamativa que era su presencia, pensó que pasaba desapercibida a los ojos de los allí presentes y no se le ocurrió otra cosa, para captar su atención, que pegar aquel espirrido, estilo Tarzán en versión Guapa de España. Vete tú a saber qué le pasaba por la mucha o poca cabecita que tuviera.
Lo mejor, el grito tarzanesco a lo miss España, a coro, que entonaron tus amigos al tirarse al charco. Me lo imagino y también yo suelto la carcajada.
No hay nada como un grito de guerra para lanzarse al agua, pero un ¡iiiiiiiiii! Eso no es grito, sino vacilón con lo cual, yo también me hubiera apuntado al zambullido colectivo.
ResponderEliminarPrecioso sitio.
Hola, Juan. me contaron de esa vez en que llovieron billetes de 100 pesetas sobre el Charco, que el que los perdió decía: "No, si lo que me molestó es que, cuando todavía no me había enterado de la pérdida, oí decir "y el muy gilipollas sin saberlo" ¡Y luego descubrí que se estaban refiriendo a mí!". Creo, además, que fueron muchos los que se lanzaron y que luego le decían al sargento que lo que está en la vía pública es de quien lo encuentra, se siente. Me puedo imaginar la juerga...
ResponderEliminarLoque, aventuremos explicaciones para tu amiga ¿Pensaría que no iba a ir más a la piscina sino ese único día? ¿Tendría que amortizar entonces los 4 bikinis que se había comprado? ¿O quizás quería pasar desapercibida y que no la conocieran como la chica del bikini rojo? Podrías hacer un estudio...
ResponderEliminarA mí lo que me hace gracia es que se pinten mucho para ir a la playa y luego salgan con churretes en los ojos. Están horrorosas. Tal vez debería haber una asignatura de cómo saber estar, como aquella de urbanidad que me daban de pequeña: a la playa se va con cholas, al Teide con botas (una amiga también intentó subir con tacones, qué manía) y cosas así.
Otro beso y otro ¡¡¡Iiiiiiiiii!!!
Cehachebé ¿pensar ella que pasaba desapercibida, que las horas que dedicaba a su cuerpo serrano no llamaban la atención? ¡¡¡Qué va!!! No, no, el espirrido no lo hacía adrede, era una especie de muletilla que tenía al tirarse, como cuando un karateca lanza un grito o algo así. El caso es que una amiga mía que la conoció me dijo que era muy simpática, y a lo mejor lo era. Pero en Los Sauces se comportó como una diva y a las divas que creen que están por encima de los demás no se les perdona ningún fallo. Y claro, muchos de los que vivimos aquel momento, en lugar de recordar el sensual movimiento de su cuerpo al andar, sólo recordamos el espirrido ¡Qué se le va a hacer!
ResponderEliminarGuille, tienes razón, igual incluso se le hubiera perdonado un "¡coño, qué fría está!". Hubiera parecido hasta humana. Pero aquel chillido ridículo quedaba fuera de lugar.
ResponderEliminarY sí que es precioso. Este verano estuve allí sólo 6 días pero aproveché para ir 3. Estaba el agua estupenda.
jajajajajjajaja!lapas calientes!! muy bueno...pues supongo estas informada lo de las restricciones de su captura y su peligro de extinción.Lo que pasa que la gente sigue cogiéndolas y claro cuando a una se las ofrecen...como rechazar estos manjares!!Muchos bares dicen que sirven lapas de fuera!pero no se si son lapas terrestres o de "fuera"
ResponderEliminar¡Vivan las lapas y la madre que las parió, me faltó!!
Claro, es verdad, ya en La Graciosa no te las venden como antes. Pero en La Palma el mes pasado me las sirvieron en varios sitios, supongo que un poco de tapadillo. Estaban deliciosas. ¿No te da la impresión de estar en los tiempos de la Ley Seca?
ResponderEliminar¡Que vivan!
Querida Isa, cuando leo tus cosas me da hasta envidia de tus alumnos: si dabas clases de filosofía con la misma "chispa" que escribes, tenían que ser una gozada.
ResponderEliminarAunque de la otra banda, una palmera sabe que la cosa fue tal como la cuentas y que no se puede contar mejor...
Creo que el diccionario de la RAE no define "burleteros", pero ninguna palabra mejor para la actitud de ese gritito finjido y "remelado" (que no remedado) de los chicos.
Seguramente leiste "Nubosidad variable" (Carmen Martín Gaite) y recuerdes lo que le decían Mariana León y Don Pedro Larroque a Sofía: "Siga usted, señorita Montalvo; siga siempre". Te digo lo mismo.
Muchas gracias, Ana Nelly, tú sí que sabes animar.
ResponderEliminar"Burletero" sí está en el Diccionario de canarismos como "inclinado a burlarse", pero hacía un montón de tiempo que no oía el adjetivo "remelado", como afectado. No está tampoco en el diccionario de la RAE ni recogido como canarismo pero me acuerdo de oírselo decir a mi madre. "Esa chica es una remelada". El lenguaje te lleva a otros tiempos.
No leí "Nubosidad variable", pero aprecio el consejo. y sobre todo aprecio tu amistad. Un abrazo.
Hola. Acabo de encontrar este blog por casualidad y me ha gustado mucho la historia q narras. A cambio de este buen rato q me has hecho pasar, me gustaría invitarte a una tapita de "lapas a la Plancha con mojo verde" la próxima vez que pases por aquí. Pásate por el bar-cantina, será un honor, Jane.
ResponderEliminarSaludos de la CREW (personal del Bar Charco Azul)
Estuve este verano en Los Sauces después de 15 años sin ir, me bañé en el Charco por supuesto y me tomé unas lapitas en el bar-cantina, así que aprecio en lo que vale el ofrecimiento. Espero no tardar tanto en volver. Los Sauces y el Charco lo valen.
ResponderEliminarUn saludo y muchísimas gracias.