lunes, 14 de diciembre de 2015

El ombligo del mundo


El Templo de Apolo en Delfos, uno de los ombligos y uno de los lugares más impresionantes del mundo antiguo. Tomado del Blog de Bernardo Souviron.

He leído en las redes que Chábeli Iglesias, la hija de Julio Iglesias e Isabel Preysler, dijo que no había leído a Vargas Llosa porque ella solo lee en inglés. Semejante bobería solo se le puede ocurrir a una persona que cree vivir en el ombligo del mundo. Cosa que, por otra parte, les ocurre a muchos norteamericanos. Yo, por ejemplo, tuve una amiga americana que se asombraba de que yo no supiese que los Estados Unidos fueron primeramente 13 estados ¿Y tú sabes cuántas provincias hay en España?, le decía yo.


Hay filósofos de la Historia que defienden que el devenir de esta es cíclico y que todos los países han pasado por una etapa de apogeo y hegemonía sobre los demás, en la que ellos son el centro alrededor de lo que todo gira: el ombligo del mundo. Lo fue el imperio Persa, después Grecia, más tarde Roma, España en aquellos tiempos en los que en sus tierras no se ponía el sol, la Inglaterra victoriana, Estados Unidos... Dentro de un siglo ¿tal vez, China? (¿Y habrá otra boba que diga que no ha leído a un Premio Nobel porque ella solo lee en chino?).

Muchos lugares han sido considerados también el ombligo del mundo. Los griegos y romanos lo situaban en Delfos, en donde se encontró el omphalós tes ges, el ombligo de la tierra, la piedra de mármol blanco, símbolo del centro cósmico donde se unen el mundo de los hombres, de los muertos y de los dioses. Cusco en el valle sagrado de los incas, México y la isla de Pascua también significan eso en sus lenguas originales. Demasiados ombligos, demasiados pueblos considerándose el núcleo del orbe, el lugar en el que todo empieza.

Claro que también hemos oído, por contra, decir un montón de veces que se vive en el culo del mundo. Yo misma, sin ir más lejos, a veces lo he pensado cuando digo que por mi casa solo pasan 5 guaguas al día. Mi sobrina y sus amigos, los pasados carnavales, se disfrazaron precisamente de eso, de culo del mundo, cada uno con el nombre de una localidad de cada isla que mereciera serlo: Tunte en Gran Canaria, Chipude en La Gomera, Tamaimo en Tenerife...

Pero, como dice mi amiga Conchi, ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre: el mundo no tiene ombligos ni culos, por más que se los queramos añadir. Aunque pueda parecernos, cuando viajamos a una gran ciudad -Nueva York, Londres, París...- que todo ocurre allí; o aunque imaginemos estar en el último rincón perdido del planeta donde no ocurre nada, en realidad, para cada uno de nosotros, la casa, la tierra, el entorno es nuestro centro, nuestro ombligo del mundo al que referimos todo lo que sucede. Y en este mundo, tan interconectado ahora, en el que sabemos más los unos de los otros (pese a las Chábelis) que en todas las épocas pasadas juntas, somos viajeros que, por un tiempo limitado, vivimos en esta aldea global que es la Tierra una vida, bastante cara, por cierto. Pero, como oí una vez, incluye cada año un tour gratis alrededor del sol, el ombligo de nuestro sistema solar. Aprovechémoslo.

28 comentarios:

  1. No entiendo nada, me he hecho mayor. El ombligo es algo escondido, inerte y pequeñito. El culo por contra, sea prominente o no, ahí está inhiesto, movidito y resultón. Cada cual que se quede con lo que más le apetezca. Para mi está claro. ¿No les parece?

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    1. Qué bueno, Antonio, tienes toda la razón.
      Pero el ombligo es aquello que nos unió al mundo y, por muy escondido que esté (que ya no lo está tanto a no ser que haga pelete, que entonces generalmente sí), tal vez por su forma le otorgamos un papel central. Fue el principio.
      En cambio, el culo, por muy movidito y resultón que sea(en mis años mozos nos hacían usar faja precisamente para que no lo fuera), se asocia a finales, a desechos, a partes traseras...
      De ahí a considerar los lugares igual no hay más que un paso...

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    2. Claro está que la vida comienza por el cordón umbilical por el que nos alimentamos, y de ahí tu docta exposición pero, a mi me pareció darle un toque de humor. Un abrazo.

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    3. Y a mí me ha encantado que lo hayas hecho. Se presta, se presta...
      Otro abrazo para ti.

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  2. Marcial Cruz García14 de diciembre de 2015, 17:48

    Me ha encantado Isabel. Un beso

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    1. Gracias, Marcial. Un placer compartir contigo las elucubraciones que a una se le ocurren oyendo a Chábeli Iglesias.
      Un beso.

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  3. Me parece más fácil aguantar el papel de culo del mundo que (y tiene razón el saltador canario, todo lo contrario delo que significa) que de ombligo Los franceses dicen. "pour vivre heureux vivons cachés" (para vivir felices vivamos escondidos), sobre todo hoy con el mundo en el ordenador. Despuès de haber sido el centro del mundo...más duro será el declive.

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    1. Si con culo del mundo hablamos de un lugar en el que vivir en paz contigo mismo, me apunto. En Canarias hay una copla que dice: "Una casita en el campo, / una mujer que te quiera, / un vaso de vino tinto / y luego que vengan penas". Fíjate que ni me importa que por aquí no pasen guaguas (autobuses).
      Un beso, Marie-Laure

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  4. Di que sí! Uf ,yo del viaje al sol creo que paso, ¿eh?
    La Chaveli ni la mentes. Esa mujer, la Preysler parece que los ha parido a todos o casi todos tontos y pijos. Chaveli dijo en un programa en Canal 9 hace un porrón de años que ella no sabía lo que eran las Fallas, con acento pijo, y cuando empezaron a abuchearla dijo que es que ella vivía en Los United Estates of America, oyes... ay, qué elementa, no la aguanto.
    Besos

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    1. Del viaje del sol, Celia, me da que no puedes pasar. Porque no es "al sol" sino alrededor del sol y ese ya lo tienes pagado solo con nacer. Y hablando bajito que, como se den cuenta los gobiernos de que es gratis, igual empiezan a cobrar por él.
      Hay un tipo de persona en las redes que yo todavía no sé qué pinta en ellas ¿Qué han hecho para que les hagan entrevistas y hasta le pidan autógrafos? Entiendo que sean famosos los maridos de la señora Preysler, pero ¿sus hijas? Bueno, por lo menos sus respuestas pueden hasta hacernos gracia, algo es algo.
      Besos.

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  5. Pues a mí, eso del ónfalos, es asunto que me trae a la memoria una frase, oída en una curiosa película ("A años luz" de Alain Tanner) y que, durante más de 30 años, rondó por mi cabeza sin que consiguiera descifrar su contenido: "Un día entrarás en todas las cosas por el centro", le dice el maestro a su discípulo.
    Pues yo, como aprendiz, no habría tenido ningún futuro, porque he tenido que llegar al sexenio para entenderlo: "Por el centro de todas las cosas".

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    1. No la he visto, Miguel Ángel, pero sé que es una película de búsqueda y aprendizaje. Conocer las cosas desde dentro y al mismo tiempo conocerte a ti mismo en relación a ellas.
      He leído críticas negativas (que si es lenta y pesada, por ejemplo, excesivamente larga para lo que se quiere contar) y positivas (hay quien apunta que es la película más bella que ha visto), pero indudablemente tiene que ser muy buena para que todavía recuerdes esa frase desde hace más de 30 años (aparte del genial Trevor Howard que la protagoniza).
      Un saludo.

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  6. Isabel. Siempre es un placer leerte, incluso cuando te pones a filosofar anatómicamente, como es el caso. ¿No crees en la posibilidad de que este tipo de "·personalidades" tienen el cerebro en esa parte más oronda y voluminosa que comentas? Un abrazo

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    1. Jajaja, Javier, muy bueno. A más de uno hemos conocido tú y yo con esa "personalidad". Lo peligroso es cuando tienen poder.
      Un abrazo.

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  7. Desirée Ruiz Pérez14 de diciembre de 2015, 20:17

    Muy bueno, Isabel.

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    1. Gracias, Desirée. Es un gustazo tenerte ahí al lado.
      Un beso.

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  8. Nueva York, Londres, París... Bilbao...
    Caprichos del Facebook, seguido de esta referencia (puesta por Ana, qué bien da en la tele), viene la de otra amiga que está estudiando fuera: https://telodijecantando.wordpress.com/2014/12/12/volver-a-casa/

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    1. Leí tu enlace y me gusta. Sí, volver a casa es volver a tu centro de gravedad y a tus referencias. Para mí, que también estudié fuera durante 4 años, eran momentos especiales. Mis amigos se ríen porque siempre me emociona el anuncio del turrón, pero es que viví experiencias muy similares.
      Y tienes razón, Ana estaba muy puesta :-D

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  9. Qué original tu relato de hoy. Es cierto que siempre que algo nos queda lejos decimos "en el culo del mundo" o "donde el diablo perdió los calzones"... haciendo alusión a las posaderas.
    Para los presuntuosos o soberbios usamos el ombligo; también será por su ubicación central en el cuerpo que le añade importancia.
    Muy creativa la idea del disfraz...
    En cuanto a Delfos debe de ser (utilizando otra comparación) la joya de la corona... ja ja ja.

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    1. De Delfos espero que hable nuestra común amiga Conchi que se quedó maravillada ante el omphalos tes ges. A mí por ahora me queda lejos, donde el diablo perdió los calzones o donde Cristo dio las tres voces. Pero nunca se pierde la esperanza de ir al ombligo del mundo antiguo. Vamos a apuntarlo como propósito del año venidero.
      Un beso, Cande.

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  10. Cierto, querida Jane, el único ombligo que nos sirve es el Sol y eso solo porque se trata de nuestro sistema solar y no nos aventuramos a pensar en términos cósmicos. Tus palabras me han hecho pensar en un profesor muy excéntrico que tuve sobre Historia de Europa y que insistía en reducir el temario a Revolución Francesa, Historia de Gran Bretaña e Independencia de las colonias Norteamericanas. Cuando le preguntamos por qué reducía así el temario nos dijo "ustedes son, por nacimiento, eurocentristas. Su ombligo es el eje GB-Francia. Lo llevan en el ADN, es su memoria histórica. Su manera de interpretar el mundo, todo lo que ven, todo lo que leen en los periódicos, es eurocentrista. Es su cultura, no pueden evitarlo. Intentaré que al menos entiendan por qué piensan cómo piensan." A lo largo de los meses que pasamos juntos en clase discutimos mucho sobre ombligos culturales y por eso me parece muy acertado Delfos como uno de los ombligos, pero también Roma.
    Y, bueno, que lo de Chabeli no cuela; todos sabemos que no lee en absoluto :-) Besos.

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    1. Es muy interesante , Mónica, lo que te dijo el profesor. Nos lo dijo también a nosotros mi profesor de Antropología en la Complutense, Cimadevilla, cuando nos hablaba del etnocentrismo y el relativismo cultural, que a pesar de que tenía por lema respetar a los otros, no podía evitar que su actitud estuviera teñida por una cierta condescendencia hacia ellos, inspirada por un sentimiento de superioridad inconsciente.
      Y es cierto, en cierta manera, que hay ombligos culturales, o por lo menos focos desde los que se extienden ideas, costumbres, modas, estilos, músicas... (es un tema que me gusta mucho. Mi tesis -inacabada- era sobre difusionismo cultural).
      No te pongas tan dura con Chábeli, mujer. Seguro que lee el "Hola".
      Muchos besos.

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  11. Cada uno es el ombligo de su propio mundo. Algunos intentamos hacer visitas a ombligos ajenos para fomentar la empatía, aprender, abrir las mentes y quitarnos los prejuicios. Otros se encierran en su agujero para atrapar a moscas incautas que paseen por sus alrededores y se enfadan si no te fijas en su nuevo rizo o tu alegría o tu pena son mayores que las suyas.

    Me encantan estas entradas inspiradas por una anécdota que en principio parece no tener relación.

    Un abrazo.

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    1. Y a mí me encanta tu comentario, Dorotea. Así somos los humanos, centrípetos y centrífugos, absurdos y encantadores, ásperos y tiernos. Y como decía el filósofo, nada de ellos nos es ajeno.
      Un abrazo.

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  12. Me ha gustado mucho, interesante y entretenido. Un abrazo

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  13. Querida Jane:
    Se necesita ser ignorante para afirmar tamaña bobería.
    "La ignorancia es atrevida" y a continuación: "calladita estás más guapa", son de aquellas frases-sentencia que están grabadas a fuego en algún lugar de nuestra memoria, pero esta chiquita se ve que no ha tenido una madre sentenciosa como las nuestras.
    Bien dices que ha habido muchos ónfalos, tantos como civilizaciones, la Historia ha sido como una carrera de relevos, de ombligos.
    No conozco Cuzco ni la Isla de Pascua, ¡y bien qué me gustaría...!, pero Delfos se merece ese honor con creces. Si el mimísimo Zeus mando a dos águilas desde los extremos del universo y se encontraron en ese lugar mágico a los pies del Parnaso y lo eligió como el centro de nuestro mundo, por algo sería... Su propio hijo, Apolo lo eligió como morada y alli vivía con las musas en la fronda de laureles de la fuente Castalia, disfrutando de las artes y controlando los vaticinios de la sibila pítia, la Pitonisa (que tomó ese nombre de la serpiente Pitón a quien venció Apolo). ¡Los mitos me pierden.!
    ¡Me encantó lo del sol como nuestro ombligo! ¡qué razón tenían Copérnico y Galileo!
    De culos y fajas...¡mejor dejémoslo estar para después de las Navidades, porque se me van a atragantar los polvorones y las copichuelas!

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    1. Esperando estaba yo tu comentario, Cándidaerendira, sabiendo lo que te apasionó Delfos, ese lugar mágico. Bernardo Soubiros, el autor del blog del que cogí la foto, dice: "Delfos, el ombligo del mundo, el santuario panhelénico al que acudían gentes, ciudades y Estados de todo el mundo, la sede del oráculo más importante de la Antigüedad, el hogar del enigmático dios Apolo, se alza sobre uno de los emplazamientos geográficos más impresionantes de toda Grecia, flanqueado al norte por las nevadas cumbres del monte Parnaso (las impresionantes Fedríades) y al sur por un mar de olivos que se extiende inmenso hasta las costas del golfo de Crisa, un lugar de aguas transparentes, un pequeño paraíso acariciado por las olas del mar Jónico. En este lugar, antiguo y desconcertante, se escribió buena parte de la historia de la antigua Grecia". Y desde luego, se merecía el honor de ombligo del mundo y el trabajo que tuvieron los arqueólogos para descubrirla y traer a la luz sus edificios y sus estatuas como la del melancólico y enigmático Auriga de Delfos. Los mitos me pierden a mí también.
      Un abrazo, Cándidaerendira. Es un placer leerte siempre.

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