lunes, 6 de junio de 2016

Pongamos que hablo de Madrid




Ciudad de mis noches, 
del viento del pueblo,
de la resistencia, 
del "No pasarán",
¿qué hiciste en mi ausencia?
(Ismael Serrano, "Vuelvo a Madrid)

El regalo que mi marido me hizo este año por mi cumpleaños fue un viaje a Madrid. Madrid fue la ciudad de mis días y mis noches en aquellos años de universidad, en los que por primera vez salí de la sombra protectora de mi casa y de mis padres. Estos sitios que nos acostumbraron a movernos por el mundo, moldeando nuestras alas, marcan para siempre una impronta en la memoria. Y, cuando, como esta semana, volvemos, recibimos el abrazo amigo de una ciudad que llamamos nuestra.


La última mirada desde aquí
será saltar al cielo y ver Madrid
(Juan Sin Miedo, "La última mirada")

Encontramos Madrid igual y cambiada, reconocible y sorprendente. Y aunque, como decía Neruda, "nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos", sí lo son sus asombrosos cielos y ese aire intemporal, entre cosmopolita y pueblerino, que es su seña de identidad. Ahí está, ahí está, viendo pasar el tiempo (Víctor Manuel y Ana Belén, "La Puerta de Alcalá"). 

Es el Madrid que me gusta
y es el Madrid que me entrego,
es el Madrid que yo quiero
conmigo siempre llevar.
(Alberto Cortez, "Hay un Madrid")

Porque de lo que no cabe duda es de que hay muchos madriles. Está el de la Ciudad Universitaria donde viví 4 años dorados; el de Cuatro Caminos con sus tasquitas; el del exquisito Barrio de Salamanca en donde tuve mi primer trabajo; el Madrid de los Austrias con sus palacios y parques pero también con el recuerdo del pueblo que fue, allá por el Medievo; los barrios castizos de siempre, como Chamberí o Chueca; o los alejados y tranquilos, como Vicálvaro, en donde vivo cada vez que vuelvo... Todos forman el Madrid que yo quiero.

...Por el sabor que tienen tus verbenas, 
por tantas cosas buenas que soñamos desde aquí,
y vas a ver lo que es canela fina
y armar la tremolina cuando llegues a Madrid.
(Agustín Lara, "Madrid")

Ha sido un viaje gastronómico, porque hemos disfrutado de pescados fresquísimos como si hubiéramos estado a la orilla del mar, de cordero asado al estilo castellano, de los huevos estrellados de Casa Lucio, de un riquísimo arroz caldoso en una tasca escondida, de la carne de "El buey" al que siempre vamos, de tapas y cervecitas en donde se terciara.

Ha sido un viaje cultural, porque aunque no fuimos esta vez a ninguno de sus preciosos museos, sí visitamos la Feria del Libro, a la que no iba desde hacía cerca de 50 años; vimos una obra de teatro buenísima, "Si la cosa funciona" de Woody Allen; y nos hemos surtido, en las grandes librerías, de discos, libros y vídeos.

Ha sido un viaje etnográfico, de descubrimiento de rincones y gentes: las colas, larguísimas, en la Iglesia de San Antón, de "los heridos de la vida, los que están solos, los alejados de la Iglesia por las razones que sean"; las protestas de los vecinos porque dejan el barrio lleno de basura; la procesión del Corpus en Chinchón, todos de domingo, que me recordó cuando estrenábamos traje en nuestra infancia... Y sobre todo, las conversaciones. Hablé en Chinchón con un jubilado nostálgico sobre casas solariegas que él conoció espléndidas y ahora se están viniendo abajo. Hablé con Lucio, el de los huevos estrellados, que me dijo que él era el español más conocido en el mundo, más que el Rey o que Julio Iglesias. Hablé con César Pérez Gellida, uno de mis autores preferidos, que me puso una dedicatoria preciosa en su último libro, "Sarna con gusto". Hablé de política con los taxistas, de la vida con la señora que nos servía cada mañana los churros, y de libros con los que hacían cola conmigo en las casetas de la feria.

Pero sobre todo ha sido un viaje de encuentros con amigos queridos, de esos que han compartido conmigo un tiempo de mi vida, algunos allí en Madrid. Gracias, Esperanza y Mane, por la hospitalidad, por un cariño que tenemos guardado desde los 12 años y por esa tarde contemplando desde vuestra casa los tejados de Chueca. Gracias, Loque, mi querida Belén, por el rato tan bueno ante una merlucita largo tiempo pospuesta, por las risas y por la complicidad. Gracias, Michael y Nieves, que nos abrieron las puertas de su casa para disfrutar juntos de la conversación y de la final de la Copa de Europa. Gracias, Ana y Serra, mis amigos de siempre desde aquellos años madrileños en los que en un 600 nos creíamos los amos del mundo, por el reencuentro. Gracias también a Floren, mi querida compañera del Colegio Mayor, porque, aunque esta vez no pudimos vernos, sí hablamos, nos pusimos al día y sabemos que ya habrá otra visita a Madrid. Gracias a Miguel Ángel y Ana que nos acompañaron, a mi marido y a mí, en el viaje, y que nos regalan siempre su amistad y su humor. Y gracias a Toni, mi compañero en la vida, por un regalo de esos que se guardan en el corazón.

Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.
(Joaquín Sabina, "Pongamos que hablo de Madrid")


Limpiabotas en la Glorieta de Bilbao
Ventana adornada para el Corpus en Chinchón
Procesión del Corpus en Chinchón
Aperitivo patriótico en el Retiro
Feria del Libro
El relojero de la Calle de la Sal
Dedicatoria de César Pérez Gellida en "Sarna con gusto"

40 comentarios:

  1. Adoro esa ciudad. Viví 11 años allí y mis mejores amigos siguen allí. Voy siempre que puedo. Como bien dices no ha cambiado y sí ha cambiado. Para mí lo peor es que está abarrotada de gente, entre turistas y la gente de los pueblos colindantes a los que ya llega el metro. Prefiero el Madrid de antes. A Barcelona le pasa lo mismo.B
    Besos, Isabel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Madrid de antes, Celia, por lo menos el que yo conocí hace 50 años, era igual, abarrotado de gente, sobre todo en el centro. La Gran Vía, Callao, Sol, la Plaza Mayor siempre estaban llenos. Recuerdo ir a comprarle a mi tío Néstor lotería de Doña Manolita (que nunca se sacó) y hacer colas interminables, exactamente igual que se ve ahora todas las navidades.
      Ah, pero los barrios...Para mí, siguen teniendo ese aire del pueblito que fueron y me encanta pasear por ellos.
      Para mí lo peor de Madrid, cuando vivía allí, eran las prisas. Tenías que salir a todo meter de la guagua porque si no, se te pasaba la parada. Acostumbrada al ritmo lento de las islas, cada vez que llegaba me tenía que acelerar...
      Por eso no me gustaría vivir allí. Pero unos días como los que he pasado son una gozada.
      Besos, Celia.

      Eliminar
  2. Isa, que bonito lo pones todo!
    Fue un gusto tenerlos cerca. Como siempre que nos vemos ... nos falta tiempo para hablar.
    Bueno, ahora los hijos y los nietos nos consumen nuestras pláticas, la verdad. Ay dios, la ancianidad!. "Júralo que es verdad?" te acuerdas de Emilia? aquel´"júralo" que quería decir otra cosa. Esta vez no hablamos de ella. Un recuerdo.
    Hasta la semana que entra.
    Besos a los dos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hablé hace poquito de ella, en uno de los escritos de hace 4 años que los viernes subo al blog. Se llamaba "Tanto trajín y total, chole" ¿Te acuerdas también de esa expresión de ella? Era única inventando y se nos fue demasiado pronto.
      Es verdad que no paramos de alegar. Y siempre encontraremos momentos para buenas pláticas (todo no va a ser hablar de nietos y con nietos).
      Un beso grande y hasta prontito.

      Eliminar
  3. Carmen María Duque Hernández6 de junio de 2016, 18:42

    Me alegro tanto de sentiros felices, gracias por compartir, mi niña

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Carmelita, estos momentos en los que uno se siente bien hay que compartirlos con los que queremos. Gracias por formar parte de ellos.

      Eliminar
  4. Gracias a vosotros, lo pasé genial en tan buena compañía.

    ¡Quién me iba a decir que se podía tener tan buen recuerdo de haber comido en una mesa atrapada entre dos comuniones!

    Y gracias por decir algo bonito de Madrid, que aquí está de moda decir que todo es malo-malísimo.

    pd. Ya sabes que se dice que Madrid acoge a todo el mundo, bueno pues a vosotros, más y además mejor ¡Palabra de chamberilera!


    pd2. Y en mi nombre y en el de Puerta Cerrada estos versos dedicados al origen de Madrid
    "Fui sobre agua edificada,
    mis muros de fuego son"

    http://www.secretosdemadrid.es/fui-sobre-agua-edificada-mis-muros-de-fuego-son/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fíjate, Loque, que, cuando yo estudiaba conocí a muy pocos madrileños. En mi clase habría uno o dos, en mi Colegio Mayor, ninguno. Después, en el año que trabajé en un colegio en el Barrio de Salamanca, sí que empecé a conocer a más, y ahora tengo el lujo de tener un yerno madrileño y a una amiga nada menos que del barrio de Chamberí. (Otra canción que no puse pero que me gustaba mucho por aquel entonces era:
      Por las calles de Madrid,
      bajo la luz de la luna,
      de Cascorro a Chamberí
      pasa rondando la tunaaaaa...).
      Ya me leí, además, el origen de esos versos que hay en la Plaza de Puerta Cerrada y que hablan del nacimiento de ese Madrid visigodo y árabe. Me encantan porque también mis islas están hechas sobre agua y fuego. Ya te decía yo que teníamos mucho en común.
      La experiencia de la merlucita hay que repetirla. Y esa vez sin comuniones.
      Un abrazo grande.

      Eliminar
  5. De allí, precisamente "donde se cruzan los caminos y el mar no se puede concebir" llegué, llegamos alumnos, maestros y el que escribe este sábado pasado. Te leo y parece que vivo, contigo, cada momento de disfrute, cada paso, cada tapa, cada tasca...
    Lo nuestro fue más simple, viaje de fin de curso, que, a buen seguro y por otros tiempos, te suena algo. ¡Claro, que!, con infantes, pocas cosas pudimos disfrutar, un paseito desde el palacio real a Sol, el mercado de San Miguel, el ayuntamiento viejo, y luego, Gran Vía, como no... para, en guagua, ir al Bernabeu, allí vi, vieron, vimos la "undécima", se disfruta más cuando se va con aficionados de los otros equipos.
    Ya, a la noche, El rey león, maravilloso espectáculo, músicomágico, del que disfrutamos desde el primer acorde, al más eufórico aplauso... Madrid, Madrid, ¡qué maravilla!... ¡volveré, lo prometo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mis respetos profundos y mi admiración sin fin, Gerardo, por esa valentía y juventud y arrojo para ir con tiernos infantes por las calles de Madrid. Yo sólo he ido con mis alumnos madrileños el primer año de trabajo a Salamanca y con los laguneros, al año siguiente, al Teneguía. Y eso porque una era joven y no me pensaba mucho las cosas. Después, en una simple excursión al Teide me volvía loca contando alumnos por si me faltaba alguno. Así que chapó por ti.

      Una de las cosas que más me asombra de Madrid es la cantidad y variedad de espectáculos. Hace unos meses fuimos mi hija y yo, y estuvimos a punto de ir a ver "El rey león", pero se nos enredaron los planes. Así que sí, hay que volver y darse un salto de vez en cuando para ver lo más posible. El mismo día en que volvíamos, se estrenaba una exposición de El Bosco, que me apetece un montón ver. Para vivir, Tenerife, pero para un disfrute... Madrid.

      Eliminar
  6. Esperanza Gonzanava6 de junio de 2016, 20:43

    Qué bueno vernos en Madrid, Isa, y qué buen día pasamos. Nos encantó compartir la comida en Casa Lucio, y toda la tarde juntos. Mane conectó enseguida con Toni, pero, ¿y quien no lo hace?.Un abrazo muy fuerte para los dos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que es muy fácil pasarlo bien con personas como ustedes, Esperanza ¿Y qué decir de tú y yo, que desde los 12 hemos compartido exámenes y recreos? Así nos fue, que no paramos de alegar en todo el día...
      Hay que repetirlo, en Madrid o en Tenerife o en donde sea.
      Muchos besos.

      Eliminar
  7. Querida Isa, no sabes cómo me alegra que hayas disfrutado tanto en esa maravillosa ciudad. Yo iba todos los años con Carlos, en el puente de la Constitución. El último con él, cambiamos la fecha y nos fuimos a partir el año 2001-2002. Fue el último fin de año que pasé con él. Para mí , el más feliz. Has disfrutado con su cultura, con su comida, con sus edificios monumentales, con su pueblo castizo y llano pero, sobre todo, tienes la dicha de disfrutar con un maravilloso compañero. Sigue disfrutando. Te lo mereces. Un beso a los dos y gracias por tu relato. Eres un lujo de amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya me emocionaste, Ani. Y me gusta que no haya nada que perturbe tus recuerdos ni te los quite. No sé si alguna vez te lo he dicho en alguna de las pláticas que nos largamos tú y yo pero me gusta mucho un poema de Eloy Sánchez Rosillo ("Luz que nunca se extingue") que habla de cuando nuestras manos alcanzan el milagro, "el raro don de la felicidad". Y que, aunque pienses que la luz se termina, "jamás se extingue. Está ocurriendo siempre.
      Mira dentro de ti,
      con esperanza, sin melancolía.
      No conoce la muerte la luz del corazón.
      Contigo vivirá mientras tú seas.
      no en el recuerdo, sino en tu presente,
      en el día continuo del sueño de tu vida."
      Y es verdad, Ani, los momentos felices no se apagan nunca. Afortunados somos los que los hemos vivido.
      Un abrazo grande y gracias.

      Eliminar
    2. Tú si que me has emocionado. Qué grande y positiva eres. Otra vez te digo: gracias por ser mi amiga. Bss.

      Eliminar
  8. Pero, de qué manera más bonita y amena nos has relatado tu viaje, lo disfruté como si hubiera estado contigo, menos los huevos rotos, todo lo demás. Me ha encantado, enhorabuena, un abrazo amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues, Úrsula, aunque mi marido dijo (y con razón) que los que él hace estaban mejores, en Casa Lucio los huevos son exquisitos. No por nada el plato preferido de muchísima gente son los huevos fritos con papas fritas (ya sé que el tuyo no) y Lucio parece que tuvo la genialidad de estrellarlos (y supongo que de patentarlo). A nosotros nos encantaron.
      Otro abrazo para ti, mi amiga.

      Eliminar
  9. No dejes nunca de escribir.
    Siempre nos sacas , una sonrisa y a veces una lagrima de recuerdos vividos, también nos ilustras con tus conocimientos.
    Felicidades y un abrazo de Socorro y mio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Pedro y Socorro. Lo bueno de un blog es compartir recuerdos y experiencias. Saber que ustedes están ahí y que, muchas veces, forman parte de lo vivido es un privilegio.
      Un abrazo grande.

      Eliminar
  10. Cuánto tiempo sin regresar yo. Una ciudad que, a pesar de sus distancias, goza de buenas gentes todas igual de hospitalarias. Desde los recepcionistas del hotel Regente, donde nos quedamos en la zona de la Gran Vía, hasta los simpáticos camareros del bar de al lado que cantaban "bocadillo de calamares", pasando por los empleados de Doña Manolita y sus adorables taxistas... Madrid, sin duda, es un lugar acogedor a pesar de su tamaño. Han sabido crecer sin perder la esencia de pueblo, de amables personas, que, en definitiva, son las que te dejan los mejores recuerdos y el deseo de volver. Adoro hasta su frío cuando viene acompañado de sol y nos permite ponernos abrigos laguneros para pasear por sus amplias aceras. Es una bonita ciudad que te hace sentir arropada en todo momento y te mantiene los ojos como platos cuando leemos el abanico de posibilidades de ocio para visitar. No me quedo sin volver, debo de actualizarme, porque como las grandes capitales, siempre está en continua transformación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Has nombrado, Cande, alguno de las características típicas de Madrid: el frío seco (buenísimo para el pelo, nunca lo tuve mejor que en los años que viví allí), Doña Manolita (ya conté que en Navidad, yo que no suelo jugar, tenía que hacer colas larguísimas para comprarle un décimo a mi tío Néstor, al que nunca le salió ni la pedrea), los bocadillos de calamares (recuerdo comprarlos para comerlos en el cine, fíjate tú), las posibilidades de ocio que hay... Pero es, sobre todo, el carácter de sus gentes, fruto de ser una ciudad cosmopolita y abierta, lo que la hace amable. Por supuesto, tienes que volver.

      Eliminar
  11. Precioso Isa, estoy contigo, yo estoy enamorada de Madrid, una ciudad en la que me encuentro cómoda y me encanta su oferta cultural a todos los niveles. Siempre es reconfortante volver a Madrid

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, pues la próxima, Clari, podemos organizar un Tour Madrid de los que nos gustan: un poquito de arte (ya dije que el día que me venía se inauguró la exposición de El Bosco ¡qué apetecible!), un poquito de naturaleza y ciudad, y una terraza para ver pasar el mundo (y tomarnos el vermut de grifo y la tapita correspondiente). Muy, muy reconfortante.

      Eliminar
    2. Hecho! Y no lo dejes en el olvido

      Eliminar
  12. Gracias Isa por tu amistad sincera. Te felicito por tu don para transmitirnos con esa asiduidad incesante tus pensamientos/sentires. Cuando aterricé en el Colegio Mayor y me acogisteis entre vosotras, privilegio para pocas "godas", me inundásteis con vuestra alegría y forma de ver la vida y ya ví con otros ojos esas islas maravillosas que tenía en mi mente como puro accidente geográfico.... así empecé a ensanchar mi pobre horizonte peninsular. Gracias por estar siempre tan cerca en el corazón aunque distante en kilómetros....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Y qué tiempos tan felices fueron, Floren! Estudiábamos como posesas, pero no perdonábamos nunca el ratito del café hecho en el hornillo, las partidas de cartas, las conversaciones sobre lo divino y lo humano... la amistad. Además en un Madrid que a todas nosotras nos parecía el centro del mundo, y en donde disfrutamos de las escapadas a comprar picotas en primavera a Princesa (fueron las primeras que probé), o a tomarnos un vinito a Reina Victoria, o a correr delante de los grises en el 68, que también lo hicimos. Compartir aquellos tiempos une para siempre.
      Un abrazo grande.

      Eliminar
  13. Hola Jane. Madrid es uno de los sitios que más me han marcado. Cuando fuí al Prado y vi al Bosco , a Velázquez,.....vine lleno de emoción. Pero también la Malasaña de los años 80, la Plaza Mayor, los bocadillos de calamares, el vermut de grifo y tantas cosas que es uno de los lugares que no me canso de visitar. Un beso Jane. Juan

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya he contado alguna vez, Juan, que mis visitas a El Bosco, en mis años universitarios allí, eran periódicas y casi un ritual de los domingos: ir a la Cuesta de Moyano a revolver entre libros y luego a sentarnos un ratito (era gratis y entonces había un banco enfrente del cuadro)) frente al Jardín de las Delicias, a seguir descifrando símbolos y a llenarnos de belleza. Esta vez no pude ir ni a una cosa ni a otra, pero para eso siempre habrá próximas veces. Es también para mí un lugar que no cansa y que siempre ofrece novedades.
      A ver si alguna vez coincidimos y te llevo a un sitio estupendo que me descubrieron en donde se come de maravilla.
      un beso, Juan.

      Eliminar
  14. Pompeyo Pérez Díaz8 de junio de 2016, 13:26

    Me encanta Madrid y me encanta tu escrito. Por cierto, no sabía que había una versión teatral de la pieza de Woody Allen, conozco la película. https://www.youtube.com/watch?v=AtnbTEmOpr0

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tampoco lo sabía, Pompeyo. En la obra de teatro, el papel de Boris, el misántropo, malhumorado y maleducado físico cuántico (alter ego de Woody Allen), lo hace estupendamente José Luis Gil. Me gustó mucho la ambientación que juega con la luz, la complicidad con el público, la interpretación... Es, además, no tan pesimista como algunas de las obras de Woody Allen, o por lo menos se permite un cierto optimismo, dentro del despotrique general. Claro que, si la cosa funciona...
      Un abrazo y gracias, Pompeyo.

      Eliminar
  15. Una ciudad que me encanta también, lástima que hace años que no puedo visitarla.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya puedes ir programando un viajito. Yo la encuentro una ciudad muy cómoda y con muchas posibilidades de entretenimiento y disfrute. Así que ánimo y a buscar fechas.

      Eliminar
  16. Qué buena semblanza de ese Madrid tan añorado.Como siempre,lo bordas.Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya me gustaría a mí, Begoña, hacer una semblanza completita de Madrid. Pero por lo menos, me gusta recordarlo en los aspectos más cercanos a mí (y ya puestos, más lúdicos y amables).
      Gracias y un abrazo.

      Eliminar
  17. Qué buenos regalos te hace tu marido!!!
    Me ha gustado mucho tu post! Un Madrid distinto desde tu punto de vista y tus predilecciones...seguramente yo hubiera ido a museos, pero me hubiera perdido un paseo a Chinchón y una feria del libro.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que, si vas como yo 4 o 5 días y no quieres hacerlo con prisa sino con calma e intercalando cosas que quieres ver con otras de descanso y relax, hay que elegir. Otras veces han tocado museos pero esta vez los dejamos para otra ocasión. Hay algunos museos como el Arqueológico o el Romántico que no he visto y que me apetecen mucho. Son excusas para volver.
      Y es verdad ¡qué buenos regalos me hace! (y de paso se hace). Me ha dado ideas para futuros regalos para él. :-D
      Besos.

      Eliminar
  18. Elena Pérez Rojas10 de junio de 2016, 21:01

    Isa , gracias por mandarme tus emails. Cada vez que recibo uno de tus maravillosos regalos consigues sorprenderme con tu fantástico don de la palabra. Me alegra muchísimo leer lo bien que se lo pasaron en Madrid. Mañana intentaré ir a la presentación del libro de Ana.
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Elena. Y sí, fue un viaje estupendo: relajadito pero muy completo, de los que nos gustan.
      Un abrazo.

      Eliminar
  19. Muy bueno, Jane. Magnífico retrato de tu Madrid, y del que muchos de nosotros hemos vivido a ratos y trozos. Equilibrado, plural, sensible y mundano al mismo tiempo. Y, para terminar, cálido e íntimo. Un beso grande y felicidades.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es como lo sentí, Néstor, y me alegra habértelo sabido transmitir.
      un beso muy grande y gracias.

      Eliminar

google-site-verification: google27490d9e5d7a33cd.html