lunes, 7 de junio de 2021

Descubriendo la pólvora: el footing



En este grupo de escritos que he agrupado bajo la etiqueta de "Descubriendo la pólvora"  -y que solo quiere demostrar que, por muy modernos, creativos y fashion que se crean los pipiolos de ahora, no hay nada nuevo bajo el sol- hoy le ha tocado el turno al footing. O lo que es lo mismo, a correr como si te fuera la vida en ello. Ya hablé una vez de esto en "Rutas del colesterol", un post de enero de 2009 en el que les decía que iba a hacer una tesis doctoral sobre el tema (todavía estoy en ello). Pero hoy lo vuelvo a hacer para decir que el footing, aunque parezca que es un invento actual, es más viejo que los parches Sor Virginia.

¿Y qué es el footing? Miren cómo lo descubre el protagonista de "El secreto de la modelo extraviada", una novela muy divertida de Eduardo Mendoza: ... vi venir hacia mí por un sendero a un hombre de mediana edad vestido con ropa deportiva que a todas luces participaba en una carrera, si bien no parecía tener competidores ni prisa por coronar la meta. (...) Sin tratar de detenerle, le pregunté qué hacía. -Footing- respondió. (...) Pensando que podía sacar partido de aquella insólita afición, me protegí de la curiosidad ajena tras un seto y me quité los pantalones. Los calzoncillos habían sido blancos en sus orígenes, pero sucesivas lavadas y otras desventuras los habían vuelto de un color gris marengo que les permitía pasar por prenda deportiva...".

Eso es lo que es el footing en esencia: correr en calzoncillos. Y eso, jovenzuelos imberbes, ya estaba inventado desde que un tal Filípides se pegó la primera maratón, corriendo 246 Km. en dos días en el año 490 antes de Cristo. Y desde que nosotros jugábamos de pequeños a suértula, a los hermanitos, al pañuelo, a hacer carreras y a todo aquello para lo que se requería piernas libres y largas y voluntad de llegar el primero.

La única salvedad es que en aquel entonces éramos los niños los que corríamos unos en pos de otros hasta el ¡te pillé! final. A los mayores nunca los vimos correr. Todo lo contrario. Muy dignos ellos, andaban como en procesión y no se alborotaban los pelos por nada. ¿Sudar? ¡Qué ordinariez! ¿Ir por la calle en calzoncillos? ¿Qué inmoralidad! ¿Ir corriendo, colorados, con los ojos botados y la camiseta por fuera? ¡Qué antiestético!. Así que lo único que tal vez sea nuevo es que los adultos hayan perdido ahora el decoro y la vergüenza. Ah, ¿que eso, la poca vergüenza, también estaba inventada? Pues ¿lo ven? Nada nuevo hay bajo el sol.

12 comentarios:

  1. Charo Borges Velázquez7 de junio de 2021, 14:38

    Pues, sí, Jane. El correr como si alguien te persiguiera, o tú persiguieras a alguien, ha existido siempre.
    Yo emulaba al primer maratoniano, cuando corría, por las calles de mi barrio, detrás de los vecinos golfetes que abusaban de mi hermano más pequeño, para agarrarlos, sacudirlos y prohibirles que no volvieran a tocarlo... sin saberlo, resulta que yo ya practicaba el footing callejero. Ah, y no se me escapaba ninguno.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te puedo imaginar perfectamente, eres de las que más corría en el colegio. Y luego en tus tiempos de estrella del baloncesto también te vi correr como un rehilete. La carrera, el usar las piernas y dar zancadas, cuanto más largas mejor, era condición indispensable en nuestros juegos. No lo llamábamos footing, no; pero lo practicábamos.
      Yo creo que el género humano empezó a hacer eso en cuanto tuvo que huir de tigres dientes de sable y de demás bestias en la prehistoria.

      Eliminar
    2. Charo Borges Velázquez8 de junio de 2021, 16:11

      Pues, sí, Isa, si alguna virtud deportiva tuve en nuestro tiempo escolar fue esa, la de correr. No había quien lograra cogerme.
      Me hubiera encantado dedicarme al atletismo, en la modalidad de correr distancias cortas, pero en aquella época no existían los deportes, para nosotras, sino actividades físicas y esta del atletismo no nos la ofrecieron nunca... pero lo disfruté, más tarde, corriendo por esas canchas de baloncesto que tanto visité.

      Eliminar
    3. Hubieras sido campeona indiscutible de las 100 millas.
      Yo en cambio siempre fui de trote corto :-D

      Eliminar
  2. Carmen María Duque Hernández7 de junio de 2021, 14:38

    Como siempre, muy guapo, muchas gracias, salud y besitos para todos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Guapo, guapo, no va uno (o una) cuando va corriendo a todo correr: ojos medio bizcorniados, cara colorada, suda que te suda, pies hinchados... Pero por lo menos dicen que es saludable. :-D

      Eliminar
  3. Es cierto. Todo está inventado, sólo que muchas actividades toman prestado el término inglés para darle nunca mejor dicho, boom a la cosa.
    Ahora están que si el brunch. Que no es más que un desayuno tardío tras una noche de carnaval para ir a dormir con sueño seguro o un almuerzo temprano durante una excursión al Teide, que nos ha hecho madrugar.
    Todo ya existió, pero con otro nombre.
    En mi casa, nunca se dijo siesta, sino reposar, ni siquiera maiz sino millo. Los sándwiches eran bocatas de pan de lata. Cómo ves, siempre hemos sido muy rústicos, ja ja ja.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bajo esta etiqueta de "Descubriendo la pólvora" he hablado de otros 4 temas. El primero fue los selfies, después los memes, los frikis y al final el sobaquember (que es la costumbre de ahora de dejarse sin afeitar los pelos del "sobaco", finamente llamada "axila"). Pero ya irán cayendo el brunch y otras majaderías por el estilo. Porque es verdad que muchas cosas de toda la vida se disfrazan con el inglés y se piensa que descubren la pólvora.

      Eliminar
  4. Gracias Isabel
    ¿No crees que cambiamos y a velocidad de vértigo? ����

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no sé, Isabel. Los humanos tropezamos tantas veces con la misma piedra que ya hasta le cogemos cariño. Repetimos modas, errores, aciertos, amores, usos...
      Pero, como dices, también cambiamos ¡y menos mal!
      Vamos a ponernos aristotélicos y a decir que siempre hay algo que permanece bajo los cambios.

      Eliminar
  5. Ahora lo llaman hacer "Running ", otra palabra inglesa que se refiere a la actividad de correr. Lo actualizan cambiando la palabra pero en nuestro idioma sigue siendo lo mismo: correr.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El caso es disfrazarlo, Esther, tremenda anglomanía hay. Mis nietos ya dicen la mitad de palabras en inglés. Y al final, las realidades son las mismas y las palabras de la bella lengua castellana siguen valiendo para describirlas.

      Eliminar

google-site-verification: google27490d9e5d7a33cd.html