La semana pasada mi hija, Ana González Duque, publicó su novela número 11 y, por supuesto, tachááán, me toca hablar de ella, que para eso soy una de sus fans y su lectora cero por excelencia (me lo curro, leo sus novelas en busca de erratas o para dar sugerencias hasta 4 veces).
Bueno, pues te cuento. Es la segunda de una cuatrilogía en un pueblecito inventado, Silver Hill, y cada uno de los libros está dedicado a una estación y a un sentido. Del invierno y el gusto trató el primero, publicado el año pasado, Días de invierno con sabor a jengibre; y de la primavera y olfato esta segunda novela, El olor de la primavera en tu piel, que se explicita desde el título y desde el mismo comienzo: "El aire olía a primavera en Silver Hill. La naturaleza que rodeaba la pequeña ciudad que la había visto crecer impregnaba sus sentidos de tierra mojada, aderezada con una pizca de sal que el viento traía del mar cercano. Caroline aspiró con deleite...".
Y esta es, precisamente una de las cosas que más me gustan del libro, porque apenas se suele hablar de los olores y, sin embargo, esta novela, sensual y colorista, está llena de ellos. Se habla del olor a sol, del olor de la librería de Oliver —"a libros, a papel, a madera"—, de que Tom "seguía llevando la misma colonia con olor a naranjas y a sándalo de su adolescencia", del olor a pan caliente, a tomates cocinados a fuego lento, a especias, del aroma de Oliver a champú y a tentación, del olor a masa horneada y comida casera, del olor a cerrado... O de la brisa fresca que traía esencia de madera, cedro y tomillo a la fina nariz de Caroline. Porque Caroline, aunque trabaja como abogada, es lo que en perfumería se llama una nariz, una persona con una gran sensibilidad para los olores. Así lo vemos cuando su hermano David la encuentra trajinando con perfumes y rodeada de pipetas de cristal y del tufo de aceites esenciales. Y cuando, en otra escena, se permite descubrir, por el olor, los ingredientes de un ragú: " —Déjame adivinar. ¿chocolate negro? —Tom asintió. Caroline acercó la nariz al ragú y olisqueó: —Canela —repuso pensativa—.Y cardamomo. Clavo también. Laurel.".
Así que claro que te recomiendo esta novela, porque nos lleva a casa, a aromas que nos hacen recuperar la memoria de lo que fuimos. Pero también porque sus cuatro personajes principales —Caroline, Tom, Oliver y David— nos hablan de segundas oportunidades, de reconducir nuestra vida si no somos felices con lo que hacemos y de aceptarnos a nosotros mismos si queremos que los demás también lo hagan. Y de ese pueblecito, Silver Hill, mezcla de todos los que hemos vivido, en los que todo el mundo se conocía y las cosas llevaban un ritmo propio.
Una novela amable que se termina con una sonrisa. Muchas veces algo así viene muy bien.
P.D.: Si te apetece leerla, puedes conseguirla en papel en la web de Ana, dedicada y con solapas. También, tanto en ebook como en papel, en Amazon. Y en las librerías Agapea, Lemus y El barco de papel.
La ilustración de la portada es de mi nieta, Eva de José.
Y este es el booktrailer, hecho por mi nieto David de José (Trabajo en familia, que no se diga :-D).
Bueno. Felicidades porque esa madre ha dejado huella en toda la familia por lo que veo. Suerte
ResponderEliminarJajaja, la verdad es que el libro es un trabajo en familia al parecer. Yo de lectora cero y reseñadora, mi nieta Eva (estudia 4º de Bellas Artes) de ilustradora de la portada, mi nieto David haciendo ese vídeo trailer tan evocador... Pero aquí la autora de verdad es Ana, tan creativa, con la cabeza llena de ideas. Me alegro mucho de que haya elegido cambiar de rumbo su vida y dedicarse a lo que en este momento le hace más feliz.
EliminarGracias, Miguel Ángel.
Todo lo que sea promocionar las Artes, Jane, me parece fantástico. La Literatura es una de ellas y es indudable que Ana la practica y la desarrolla, cada vez, con más maestría.
ResponderEliminarTengo y he leído todas sus obras y esta también ocupará un sitio en mi modesta biblioteca.
Enhorabuena, para ella, y para todo el equipo familiar que la apoya y respalda.
Aunque las artes tienen mala fama a la hora de elegir tu profesión y no se puede evitar tener algo de miedo cuando un hijo nos dice: "Quiero ser escritor", no cabe duda de que es un trabajo precioso y vivir de algo tan creativo satisface plenamente.
EliminarGracias, Chari, tú también eres del equipo y tanto ella como yo estamos superagradecidas por tu apoyo.
Isa, si sabré yo lo de la mala fama que tienen las artes. Tuve la fortuna de que mis padres celebraran el que yo eligiera estudiar Bellas Artes, pero fui yo misma quien decidió no vivir de ellas, sino de su enseñanza.
EliminarEn mi época era imposible hacerlo, pero hoy, quizá, sí se consiga, porque tienen muchas más salidas y más comprensión en la sociedad.
Igual que las Bellas Artes, muchas carreras como la mía, por ejemplo, en la que las salidas eran la enseñanza sí o sí. Yo siempre aconsejé a mis alumnos que eligieran la carrera que más les gustaba que al final ya saldrían adelante especializándose con másters u otros estudios.
EliminarFelicidades a la autora y familia... Lo buscaré.
ResponderEliminarNo tendrás problemas con las indicaciones que pongo en la postdata. El primer día ya tenía un montón enviados por Internet.
EliminarGracias, Carmita.
Hola, Isa. Muy emotivo el post que le dedicas a la nueva publicación de Ana. Muy bonita la portada de Eva y el triler que hizo David. Enhorabuena 😘😘
ResponderEliminarNos reíamos con lo de que todo queda en familia. Pero es verdad que Eva ya tiene experiencia en portadas y le salen tal como la autora quiere y que David es un hacha con los medios. Gracias por tu apreciación y por tu enhorabuena. Ya están marchando las dos siguientes de Silver Hill.
EliminarEnhorabuena por los éxitos de tu hija... Qué importante es poder hacer lo que verdaderamente te gusta.
ResponderEliminarAna, que es una persona muy racional, se lo pensó mucho, por lo menos dos años, antes de dejar una carrera de médico ya establecida, con dos MIR hechos. Además le gustaba su especialidad de anestesia (las guardias, no). Pero cuando decidió empezar a escribir, su sueño de toda la vida, lo hizo con todas las consecuencias. Y sinceramente, le va muy bien. Y lo que dices, hay que tener muy claro lo que nos gusta y lo que no.
EliminarMuchas gracias por tu enhorabuena.
No puedo imaginar un sentido que me traslade más rápido en el tiempo a una persona o lugar.
ResponderEliminarEl olor a madera en la carpintería de mi abuelo paterno,el aroma del trigo molido en el molino de mi familia materna. El olor a chocolate las frías noches laguneras y el olor a sábanas calientes recién planchadas para después acostarnos a dormir. La fragancia Estivalia de mi madre y ése inconfundible humo de su arroz con leche...
Me parece una forma de cerrar los ojos y casi llegar a degustarlo. Creo que es una manera de viajar muy poderosa, la que nos brinda el olfato.
El olfato es el sentido más enigmático. Te puede trasladar a tu infancia en un segundo (olor a tierra mojada, a vacas, a sopas de ajo) o a experiencias desagradables (el olor de un barco a mareo). Hay aromas que sanan (eucalipto, menta), que enamoran (jazmín, rosa, azahar), olores que avisan de un peligro (olor a gas o a fuego) o que evocan recuerdos. Hay olores que ya casi no existen (¿te acuerdas del olor a tinta?) y otros que aunque se llamen igual, ya no son los de antes (el olor de manzanas, por ejemplo). Me encanta que, al hilo de este post en el que hablo de un libro en el que los olores son los reyes, te haya servido para recordar, degustar y celebrar todas esas sensaciones que nos brinda el olfato.
EliminarMuy bonita la presentación que haces del libro de Ana. La ilustradora es una artista y el trailer no lo he visto aún, pero seguro que será estupendo. Qué familia de crack!!! Tienes que estar muy orgullosa! Felicita a todos, especialmente a Ana, una chica valiente que arriesgó y triunfó.
ResponderEliminarSí que estoy orgullosa, sí. Cada uno está desarrollando sus aptitudes y esto hace que disfruten con lo que hacen. Y Ana fue valiente pero también lo pensó bastante durante dos años antes de colgar la bata.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Me encantó el boocktrailer!!!felicidades para David!!!
ResponderEliminarGracias, a mí también me encantó. Una manera agradable de acercarte a un libro. En mis tiempos jóvenes ni podíamos imaginar estos inventos :-D
EliminarJorge Wagensberg decía que el extremo gozoso del olfato embarga y el doloroso ofende. Si te sirve de consuelo ante un solo mal olor que tuviste que soportar, los españoles en los tiempos del Imperio eran famosos en el mundo entero porque se olían desde muy lejos.En Italia, los tercios del Duque de Alba tenían que ponerse a sotavento si no querían que la brisa llevara su fetidez y anunciara su llegada a las ciudades que querían conquistar. Y se dice que San Francisco Javier despertó en el Japón el respeto de los samurais por el hedor potente de sus hábitos. Los cronistas de Cortés anotan con horror que Moctezuma se bañaba todos los días... y eso llamaba más la atención que lo de isabel la Católica que no se cambió de camisa en años. Habría que hacer una Historia de los Olores... :-D
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