Los villancicos no deben ser crueles. Deben hablar de San José, la Virgen, el
Niño, los pastorcillos, los ángeles, paz, amor, felicidad y campana sobre
campana. Y, sin embargo, uno de los villancicos de toda la vida tiene una
estrofa que siempre me ha parecido especialmente cruel. Además, porque el
estribillo es todo lo contrario:
Alegría, alegría, alegría,
alegría, alegría y placer,
que esta noche nace el niño
en el portal de Belén.
La estrofa a la que me refiero es la que dice así:
Esta noche es Nochebuena,
noche de comer pasteles,
y el que no pueda comerlos
que se arrime a las paredes.
Y después venga otra vez, hala, el “alegría, alegría, alegría”…
En mi tierra los pasteles típicos de Nochebuena son esos redondos de hojaldre
con un corazón de guayaba o cabello de ángel en su interior. A mi madre se los
venía a vender por estas fechas una señora que iba por las casas con su
aromática cesta de exquisiteces (¿existe todavía esa venta a domicilio?). Los
más famosos ahora son los de Los Realejos y mi amiga Margarita, que es de
aquellas tierras, me regala siempre una caja por navidad.
A mí esas capas doradas, crujientes y riquísimas del hojaldre me saben a
navidad y me recuerdan otras navidades pasadas. Pero también me traen a la
memoria el villancico cruel. No dejo de imaginarme, cuando los como, lo mismo
que cuando era pequeña: yo, zampándomelos y un montón de niños pegados a las
paredes, mirándome con ojos tristes. O peor, con ojos resentidos, como diciendo
la frase infantil de entonces: “A ver si invitas, marrón”.
Mi brindis de este año nuevo va por que esta escena no exista ni pueda
existir. Por que todo el mundo tenga una vida digna que te permita tener todas
tus necesidades satisfechas, incluido el placer de comerte en navidad un pastel
de hojaldre.
No más hambre. No más insolidaridad. No más villancicos crueles.
Me uno a tus reivindicaciones, Jane. Con voz muy alta, con amplificador si es preciso, en mayúsculas: NO MÁS HAMBRE, NO MÁS INSOLIDARIDAD, NO MÁS VILLANCICOS CRUELES...
ResponderEliminarY algunos gritos más, como: no más pobreza; no más violencia (de género, entre países, entre familias...); no más tiranías; no más injusticias (aunque el hambre esté entre estas), no más enfermedades por ser pobres; no más explotación...
Seguro que entre todos haríamos una lista bastante larga de crueldades al uso, no sólo la de este villancico, ¿verdad?.
Bravo por tu agudeza y tu sensibilidad. Un abrazo cordial.
Una de mis amigas de toda la vida me acaba de mandar un "feliz 2011" que me gustó y que no me resisto a repetirlo. Brindaba conmigo por un año con:
EliminarMás fiestas y menos duelos
Más besos y menos bofetadas
Más sexo y menos castidad
Más música y menos silencios
Más poesía y menos discursos
Más coraje y menos miedo
Más caricias y menos golpes
Más piel y menos ropa
Más justicia y menos juicios
Más riqueza y menos dinero
Más ternura y menos maltratos
Más sueños y menos pesadillas
Más libros y menos periódicos
Más hombres y menos machos
Más mujeres y menos sumisas
Más lluvia y menos tormentas
Más pueblos y menos fronteras
Más libertad y menos cárcel
Más trabajo y menos paro
Más pies y menos rodillas
Más paz y menos guerra
Más colores y menos grises
Más nosotros y menos yo
Más encuentros y menos desencuentros.
Es también una larga lista de deseos, aderezada además con imágenes de las películas de siempre (Con faldas y a lo loco, Casablanca, Tiempos modernos, Lo que el viento se llevó, Cantando bajo la lluvia...). Aunque puede que alguno sea discutible (yo quiero que haya muchos periódicos también), creo que en muchos de ellos está nuestra esperanza.
Feliz 2011 para ti también y otro abrazo
Los pasteles de Navidad para mí son los de mi infancia en Las Palmas: de hojaldre también, pero mayores que los de aquí y rellenos de crema, carne o cabello. Si los metes un ratito en el horno ya están insuperables.
ResponderEliminarMi villancico cruel por lo inoportuno que resulta (mi madre nos tenía prohibido cantarlo) es el que dice:
La Nochebuena se viene,
la Nochebuena se va
y nosotros nos iremos
y no volveremos más.
Y en el brindis me sumo a tus deseos.
Un abrazo.
Casualmente este domingo Elvira Lindo, en su artículo de El País habla de ese villancico. Dice que "el crítico Cyril Connolly lo citaba siempre como modelo de la verdad que contienen algunas canciones populares. Los años se van para siempre...", y se llevan lo vivido como el olor de las muñecas nuevas o el brillo de charol de unos zapatos.
EliminarY sí, el villancico es real como la vida misma pero animado, lo que se dice animado, más bien no.
Ese, más que cruel, es un villancico cenizo. Es igual que un tío mío que, después de que se jubiló, venía todos los días por casa y nos soltaba: "Un día más y un día menos". Lo llamábamos "la alegría de la huerta".
Vamos a tener que ir tachando algunos villancicos porque también el que dice: "¡Oh, qué triste es andar en la vida por sendas perdidas lejos del hogar, sin oír una voz cariñosa que diga amorosa "llegó Navidad"!" tampoco es que sea para tocarlo con castañuelas. Mis amigos suelen cantar este, cuando ya están chispiados, con voz desgarradora...
Un abrazo y feliz 2011, Sagitta. Brindaré por ti y contigo en fin de año.
Estimada Jane: Son tantas las cosas que deseo para el próximo año que el simple hecho de hacer una lista se convierte en una pesadilla. Quiero resumirlas en una: SOLIDARIDAD y todo lo que ella entraña. Tal vez sea mucho pedir, pero tocar a la puerta no es entrar. De repente se dan las cosas, pues hay que recordar que a cada cochino le llega su sábado. Quizás sea la suerte la que determine las probabilidades de ocurrencia de lo que esperamos, pero generalmente sucede que al que nace barrigón ni que lo fajen chiquito. En todo caso siempre vale recordar que gofio de millo no es barro.
ResponderEliminarPido que durante 2011 nos sigamos comunicando a través de este blog. Que prive el respeto y el aprecio. Cada quien a lo suyo, teníendo en cuenta que morrocoy no sube palo ni cachicamo se afeita. Feliz 2011 para todos. Los recordaré desde la agradable Bogotá. A cuidarse, pues.
Tocar a la puerta no es entrar pero niño que no llora no mama. Y aunque es verdad que el que nace lechón muere cochino, que no es oro todo lo que reluce y que no se le pueden pedir peras al olmo, tal vez, si cada uno pone su granito de arena, se consiga algo... La esperanza es lo último que se pierde.
EliminarA cada cochino le llega su San Martín y al año 2010, su San Silvestre. Brinda ese día a nuestra salud desde Bogotá (¡qué bueno estar allí!) que nosotros lo haremos por ti desde Tenerife. Un abrazo
Hay también canciones infantiles que tienen un tinte un poco cruel. Por ejemplo, la de:
ResponderEliminar"Todos los patitos se fueron a nadar
y el más chiquitito se quiso quedar.
Su madre, enfadada, le quiso pegar
y el pobre patito se puso a llorar"
¡Menuda psicópata la pata, que en lugar de convencer con cariño al pequeñito, le da una tunda!
Cuando se la canto a mi nieta, la tengo que tunear y decir "Su madre, enfadada, le quiso regañar", con lo que convierto a la pata en una regañona, preferible que una maltratadora.
¡Feliz año!
El mundo de los niños no está exento de crueldad. Acuérdate de los padres de Pulgarcito que dejan a sus hijos abandonados en el bosque y de la cantidad de ogros, brujas y seres malignos que aparecen en los cuentos. A lo mejor con esos cuentos y canciones ¿se querrá preparar a los niños para vivir en el mundo?
EliminarMi madre por Navidad hacía "rosquillos de vino" y los repartía entre los amigos para felicitarles.....Su olor especial, su textura y todo lo que envolvía la tarde frente a la mesa amasando, friendo y emborrachando los rosquillos en vino blanco.....no puedo olvidarlo cuando llegan estas fechas.
ResponderEliminarAmiga, feliz año para ti y para todos......y saboreemos un rosquillo o un pastelillo de hojaldre que son bien ricos.
Yo también recuerdo a mi abuela y a mi madre en la cocina por estas fechas sacando del fuego rosquillas (de anís en mi caso), del horno los merengues y embebiendo de almíbar los marquesotes. Años más tarde hice las rosquillas con mis hijos, pequeños, ellos dándole trabajosamente la forma. Ahora es mi hija la que hace con sus niños galletas por navidad (son más fáciles de hacer). Esos días son tesoros para guardar.
EliminarFeliz año, Luisa y que perdure en nosotras también el aliento de esas tardes de fogón y disfrute.
Nunca había oído esa estrofa, sí la que ya te han dicho de "y nosotros nos iremos y no volveremos más" que sonaba bastante mortuoria, no es por nada.
ResponderEliminarAunque el gran perjudicado sin duda era el pobre San José que los ratones le roían los calzones (?!)
Es que ese villancico se presta a diversas versiones. Yo me acuerdo de una de los principios de la tele, que decía: "En el portal de Belén están Elliot Ness y el Santo esperando al Fugitivo pa ir a buscar al Manco" (incomprensible para quien no vivió aquellas series) y otra que decía: En el portal de Belén ha entrado la Lola Flores y le ha dicho a San José: Dame limosna de amores.
EliminarPor imaginación que no quede. Un abrazo.