martes, 29 de noviembre de 2011

Oído al azar




No estamos en una burbuja como los monos sabios japoneses. Somos una parte muy pequeña de un mundo de tropecientos millones de personas y vivimos entre desconocidos con los que, a veces, si tenemos los ojos y las orejas abiertos, se produce un roce leve, un toque, que llega hasta nosotros como la ola causada por la estela de una embarcación. Son retazos de otras vidas, algo que vemos y, sobre todo, oímos, frases que nos llevan a imaginar historias escondidas detrás de ellas o que, en otros casos, nos mueven al asombro o a la risa.
 
Toda esta perorata filosófica me la iba yo diciendo a mí misma mientras caminaba (ese deporte nacional que hacemos ahora todos por empeño de los médicos, así sean dentistas) y escuchaba a los que se cruzaban conmigo. Sobre todo porque, dando vueltas por una plaza, oigo a dos mujeres, de mi quinta y entregadas a lo mismo que yo, que seriamente dicen: “No se trata sólo de sacar y meter…”. Y, claro, una aguza el oído a ver cómo sigue la cosa y vas oyendo en las siguientes vueltas:”…10 minutos. Cada una hace lo que puede” y “…con ese aparato hasta 30 veces”. Y después: “… marchas de 5 kilómetros”. Acabáramos.

Pero no todo lo que oímos se presta al doble sentido, que obedece más bien a que somos malpensados por naturaleza. Hay otras frases que abren más la imaginación, como esta que escuché a un chico joven en un mostrador de Información del Aeropuerto del Sur: “¿Cuál es el primer avión que sale?”.”¿Para dónde?”.”Para donde sea”. O esta otra escuchada en la puerta del Hospital: “…alguien a quien amar y algo que agradecer”. O aquella, dicha por dos señoras en Bajamar, de la que habló en su post mi compañero de blogfera, Miguel Feria: “Se enamoró barriendo el patio”. Todas ellas nos despiertan la mente y nos llevan a idear un contexto, una situación para hacerlas posibles. ¿De qué huía el chico del Aeropuerto? ¿Amar y agradecer están en el camino para ser feliz? ¿El barrido de patio te puede llevar al Príncipe Azul?

Hace tiempo leí un cuento de Harry Kemelman, “Nueve millas bajo la lluvia”, en el que dos amigos, analizando lógicamente una frase oída al azar (“El caminar nueve millas no es broma, especialmente si está lloviendo”), descubren un asesinato. Y es que las personas, aunque no queramos hacerlo, siempre dejamos traslucir algo de nosotros mismos en nuestras palabras. Y muchas veces, oyéndolas, no podemos evitar pensar que el género humano, a pesar de todo, tiene su gracia. “Yo no me desarrollé hasta los 17 años. Entonces era bajito”, decía por la calle un hombre, de 1,60 m. más o menos, a un adolescente. “Santo Tomás decía que lo que no “vía”, no lo creía”, pontificaba, rotunda y a grito pelado, una señora mayor con una vecina a la puerta de su casa. Y en el Aeropuerto de Frankfurt oí detrás de mí, con el inconfundible acento de un canarión: “Chacho, eres más de derechas que el grifo del agua fría”.

Pero el mejor “oído al azar” que me ha llegado últimamente le ocurrió a una amiga mía en Correos. Había que coger número pero se había estropeado la pantallita avisadora. Un señor mayor extranjero, calvo y entradito en carnes, entró y, al no verla, preguntó cómo podría saber cuándo le tocaba. Una señora de lejos le gritó: “¡Van nombrando!”. Y el señor, mirándose la barriga y su porte en general, preguntó, estupefacto: “¿Marlon Brando, yooo?”.


¿Para qué va una a estar viendo telenovelas si la realidad te brinda estas joyitas oídas al azar? 

28 comentarios:

  1. Cuando tienes la "desgracia "de vivir en un piso,osea en comunidad,oyes muchas cosas al azar.Y no es que uno ponga la oreja pegada al piso para ver cuando vienen los vaqueros,sino que las paredes de las casas modernas son de cartón piedra.
    ¡¡Lo que daría yo por no tener que oír ciertas barbaridades vecinales!!Los primeros meses de mi maternidad,cuando salíamos con los niños,era mejor no escuchar frases como "hay mi madre!!!! dossssssssssssssss" si señora se ve que sabe contar.
    Creo que lo que oímos al azar tiene mucho que ver con nuestro estado de animo del momento,la situación y el contexto.Aveces seria mejor no escuchar nada,que hay que distinguir de no oír nada.Aunque otras veces nos gustaría haber vivido situaciones tan graciosas como la de tu amiga en correos.
    PD: "perdonen la tristeza"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay, los vecinos! Nosotros tuvimos a una que se pasaba el día y parte de la noche oyendo a todo gas a Mari Trini. Llegué a odiar a la pobre Mari Trini que, después de todo, no tenía culpa de nada. Ante eso, paciencia, qué se le va a hacer. Además, al final a todo se acostumbra una.

      ¿Y lo de "perdonen la tristeza" era una frase oída al azar? Porque, a juzgar por tu cara resplandeciente en las fotos del feisbuk con tus dos pitufos, de tristeza, nada de nada.

      Un abrazo.

      Eliminar
    2. Mirifica Jane, yo te garantizo que ya odio a Jenifer Lopez y tampoco me ha hecho nada.Y a una cadena de supermercados Valencianos muy famosa, que es donde trabajan estos individuos.Pero en fin, como bien dices a todo se acostumbra uno.
      Lo de perdonen la tristeza, es una frase muy famosa de Joaquín Sabina,de hecho a una de sus biografías le puso ese nombre, y me acordé porque narras las cosas tal cual él, su vida desde su infancia hasta la actualidad, sus codeos con gentes famosas y tiene frases oidas al azar también.
      Siempre tiene alguna palabra para cada situación e imaginación como tu para escribir algo tan bueno de un simple mandarinero.

      Al igual que a Sabina a ti también te admiro desde hace muchos años,pero sobre todo por aquel consejo que me diste de acudir a la cita con el que hoy es mi marido, si tu me hubieras aconsejado lo contrario te garantizo que YO no seria esta yo y menos estaría con esa cara de felicidad de la que hablas.

      Muchas gracias

      Eliminar
    3. No conocía esa frase ni esa biografía (ya vi en Wikipedia que es del año 2000). De Sabina, aparte de los discos ( a mí también me gusta mucho), tengo un solo libro de sonetos que se llama "Ciento volando de catorce".

      En otro libro que estoy leyendo ahora (un tocho gordísimo que se llama "El temor de un hombre sabio" de Patrick Rothfuss) hay una frase que me llamó la atención. Uno de los personajes dice: "La poesía es una canción sin música. Y una canción sin música es como un cuerpo sin alma". Joaquín Sabina desmiente la frase porque en él se dan las dos cosas, poesía que es pura música y música que es poesía.

      Y qué va, Susana. Si yo te hubiera aconsejado lo contrario (que Dios me libre), no me habrías hecho ni caso. De hecho, ya lo decía Sartre, que, cuando alguien pide un consejo, ya sabe lo que le van a aconsejar. Y tú sabías perfectamente que yo te iba a decir que adelante con los faroles, que ese muchacho tenía muchos puntos en común contigo y que valía la pena. Y, como se ha visto, tenía razón.

      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Bárbara Gómez Jaubert4 de diciembre de 2015, 13:24

    Los más divertidos muchas veces en las cafeterías, restaurantes y toilettes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, bueno, yo en los baños he oído desde tremebundas historias de amor hasta los lugares del cuerpo que se depilan (aparte de otros ruidos más acordes con el lugar) :-D

      Eliminar
  3. ¡¡¡Muy bueno!!!
    Supongo que todos hemos oído muchas cosas de este tipo, aunque habría que ponerse a pensar para recordarlas.
    Yo, que como sabes camino por la playa, cuando me cruzo con la gente la mayoría va hablando de comida, que ya tiene su gracia.Por ejemplo: " ...de un puchero, nunca puedes hacer poca cantidad"
    Recuerdo algunas frases de otro tipo como:"mi niña, a mi se me ha psado la vida y no me acuerdo de nada", o: "mis padres, buscando la niña, tuvieron nueve machos"
    No son graciosas,como las que tú has contado, pero son las que recuerdo en este momento, y las dos primeras son tan auténticas, que las he repetido muchas veces pues expresan en pocas palabras algo que yo he experimentado.
    Tendré el oído bien abierto.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de las doñas, como las (nos) llama mi hijo, hablando de comidas es un clásico. En la piscina de Bajamar se suelen poner en grupitos a alegar (que no sé yo cómo no les da frío allí quietas en medio del agua) y una vez fui nadando al lado de cada uno de los grupos y ¡todos hablaban de comida! De lo que iban a hacer ese día de comer, de lo que habían comido ayer, de la receta de las albóndigas o del bizcochón... Supongo que, al mediodía, la hora se presta.

      Y la frase del puchero es la verdad de la vida. Yo sólo hago puchero cuando vienen mis hijos y, así y todo, siempre sobra para un tumbo o para ropa vieja.

      No hay nada como el oído abierto para entretenerte la vida.

      Un abrazo.

      Eliminar
  4. El andaluz, más el occidental, es muy dado a economizar y combinar palabras, creando expresiones como: no-ni-ná (tres negaciones que suponen una rotunda afirmación). Por ejemplo:
    No voy a dejar de ir a la feria
    Ni aunque llueva, nieve…
    Ná me lo va a impedir

    No-ni-ná, hay quien dice, “toda una abreviatura poética, poesía pura”.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una amiga mía, por más señas granaína (vamos a economizar también), me contaba que, cuando su madre le dio la receta de un bizcocho a una amiga diciéndole al final: "Y harina, la que admita", la amiga se volvió loca buscando por todos los supermercados harina "La Cadmita".

      Eso de economizar letras lo hacen muy bien también los canariones, sobre todo al final de las palabras, y no sé si será por eso precisamente por lo que tienen tanta gracia al hablar, tanto ellos como los andaluces. Ese no-ni-ná, indudablemente la tiene. Y, como dices, es también poesía.

      Eliminar
    2. Si es cierto, lo de harina "La Cadmita". es buenísimo, pero como esa muchas más. El mes pasado en el bus del aeropuerto en Sevilla, coincidí con tres estudiantes Erasmus, uno de ellos, inglés, le comentaba sus compañeros alemanes: aquí en Andalucía, no se os ocurra decir “qué hambre”, pues no os entenderán, ante la cara interrogativa de los otros respondió: me han dicho que debemos decir “que jambre tengo” Por un momento pensé responder pero preferí dejarlo pasar, ciertamente algún andaluz lo dirá.

      Eliminar
    3. Me hiciste recordar las recomendaciones de "La tesis de Nancy" de Ramón J. Sender sobre el habla andaluza y las meteduras de pata de la norteamericana Nancy cuando hablaba de "culebra" o "flor".

      Eliminar
  5. oído ayer en RNE, entre desplazamientos, sobre la investidura de rajoy a un diputado del psoe: "el papel de la oposición consiste en eso, en oponerse" y se quedó tan pancho!
    ponlo donde quieras isa, en humor o en terror.
    en fin...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En La Palma ya le habrían puesto nombrete: M'Opongo, el congoleño.

      Pero, si empezamos a coleccionar frases preciosas de los políticos, propios o foráneos, desde el "bichito" de Sancho Rof, pasando por la concejal de Santa Cruz que dijo que no existía ninguna asociación que se llamara ONG, hasta Aznar hablando texano o Esperanza y sus meteduras de pata por las que luego dice huy, perdón, me equivoqué, podríamos hacer con todas una muy buena Antología del Disparate.

      Eliminar
  6. http://www.taringa.net/posts/humor/9284270/Titulares-graciosos-en-periodicos-poco-serios_--___jejeje.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya me habían mandado los gazapos periodísticos esos pero sin comentarios. Si me pusiera a leerlos con el lápiz rojo de antes... Por eso, es una lástima que el blog que los recoge, con bastante gracia en los comentarios, no cuide también la ortografía (ese "aluciones"...) Ya sabes que la que es profe lo es toda la vida.

      Eliminar
  7. Oido en la radio, no recuerdo que emisora: "La Nasa eviará una nave que explotará el martes; perdón, que explorará Marte"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La radio tiene la ventaja de que todos los "oídos al azar" los oímos muchos y no uno solo. Así podemos reírnos en compaña. Hace poco oí a uno que contaba que por las noches se le aparecía Manolete, que ya me dirás tú...

      Y ya sabes lo que decía Freud de los lapsus linguae, eso de que eran lo que verdaderamente pensaba el autor de la frase, en este caso: "No me creo ni borracho que la nave llegue con éxito, me da que va a explotar un día de estos (por ejemplo, el martes)"

      Eliminar
  8. Sí, Jane. El tema ofrece una interminable sucesión de anécdotas. Recuerdo una que me contaron hace tiempo de primera mano. En un ayuntamiento de la isla debatían desde hacía mucho tiempo la colocación de un monolito en honor del académico Miguel Ortuño, y así se comentaba una y otra vez. Un buen día , en medio del fragor de tan riguroso debate, hablando siempre del monolito, se levantó uno de los concejales , que tan innegable trabajo hacen por nuestra comunidad, y dijo en voz alta : ¿ Pero quién es ese Manolito?.
    Ni que decir tiene la cara del resto de los sufridos trabajadores de la política local...
    Saludos afectuosos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenísimo, Miguel. Una cosa parecida la cuenta mi amigo Manolo de las clases de catecismo de su infancia. A la pregunta "¿Qué es la iglesia?" había que responder "La congregación de los fieles cristianos regida por Cristo y el Papa, su vicario". A uno de sus amigos le preguntaron después "Fulanito ¿cómo se llama el Papa?" y contestó: "¿Cómo va a ser? Don Suvicario".

      Un abrazo y que no dejemos de reírnos

      Eliminar
  9. Hace algunos años paseaba con mi madre por la calle del Castillo cuando nos encontramos a una amiga suya que iba completamente enlutada. "Pero hija ¿quién ha muerto?", le preguntó mi madre y ella le contesta que su marido. "Cómo lo siento", dice mi madre. Y, sin cortarse ni un pelo, la amiga le responde: "No te preocupes porque creo que él está en el cielo pero lo que tengo muy claro es que yo estoy en la gloria". Nos dio un beso y continuó su paseo tan contenta, eso sí, completamente enlutada. Luego me enteré que ese hombre le daba lo que vulgarmente se llamaba una mala vida... A ver quién da más... Yo tenía unos 14 años y no entendía cómo se podía ir tan feliz por la vida llevando luto. Mi querida madre, que siempre era muy positiva y no le gustaba juzgar el comportamiento de los demás, me dijo que no le diera más vueltas, que se puede ir de rojo con el corazón roto y de negro con el corazón hecho una fiesta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu madre realmente era muy sabia y tenía bien asumido que las apariencias engañan. Me acuerdo de ver una vez a mi hija despidiendo a un novio, diciéndole adiós con la mano toda sonrisas. Nada más alejarse el coche, se vuelve a mí ¡buaaaaaa!, llorando a todo llorar. Se había trillado el dedo al bajarse del coche y, aunque le dolía horrores, aguantó para no montar el número. Y es que nos ponemos ante los demás la máscara que pensamos que les va a gustar, y muchas veces ésta no tiene nada que ver con lo que pensamos o sentimos. Así somos los humanos.

      Eliminar
  10. Hace muchos años estaba en cola en una tienda de comestibles. Dos señoras hablaban como si estuvieran en su casa, mientras hojeaban Lecturas, y una le decía a la otra:"Mira esta actriz está embarazada, la dejó embarazada el muy golfo de su novio, seguro que la engañó. Siguieron hablando y de repente, bajando la voz, una dice:"¿Y te enteraste de fulanita, la hija de mi vecina, se quedó embarazada la muy pu.."?.
    Somos un pueblo raro: A los de fuera, alfombras, pero al de aquí, escobazos. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me recordaste a mi marido que ayer llegó echando chispas. Había ido, con una prisa tremenda, a una ferretería y, nada más entrar, oye a la ferretera hablando con una parroquiana. "¿Cómo que ha tenido una hija? Si hace un año que se separó del marido..." "Ah, sí, -dice la otra-, pero se llevó al huerto a Fulanito, sí, mujer, tú lo conoces (y aquí una prolija descripción)". "No me digas" "Ah, sí, mi niña, pero es que tú sabes que a ella siempre le faltó un agua. Y ahora los dos, desempleados y con una niña". "Me has dejado sin palabras" Y mi marido, en ese momento, pensó: "Menos mal porque, si no, estoy aquí toda la mañana". Y luego dice la dueña: "Ay, nosotras aquí alegando y este señor esperando", a lo que él contesta: "No se preocupen, por lo menos no han dado nombres...". Esta es la vida, Juan.

      Eliminar
  11. -Pues yo escuché a fulanita (una) decir a menganita (otra) que no le hiciera caso a ninguno a "zutanita" (una tercera que amiga común debía ser) porque: "no sabes la cantidad de estupideces que dice por metro cuadrado y hora, es demencial" Confieso, que me quedé estupefacto. Seguro que alguna vez estudió matemáticas pero, en de luego, no las entendió. No se me olvidará jamás.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de los chismes y rumores que uno oye merecería más de un tratado. Hace tiempo, a propósito de las matemáticas, leí un artículo sobre un trabajo de matemáticas en el que alguien había encontrado un algoritmo capaz de localizar el foco de cada rumor, idea, maledicencia o ocurrencia. Imagínate qué invento. Porque lo peor de los chismes es que nunca se sabe quién los empieza ni cómo atajarlos si son mentira ni cómo van a terminar. Terrible.

      Eliminar
  12. No solo me he reído con tu relato Isabel sino los que han añadido tus amigos. Ya decía un sabio que un día sin reírse era un día perdido. Gracias por cuidar de nuestra salud. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y Demócrito (otro sabio) también decía que una vida sin diversión era como un largo camino sin posadas. Nos viene bien reírnos entre tanta majadería que hay por ahí suelta.
      Otro abrazo para ti.

      Eliminar

google-site-verification: google27490d9e5d7a33cd.html