Ha muerto el romanticismo? ¿Se han acabado ya los ramos de flores con poesía
incluida, como los que mi padre enviaba a mi madre todos los aniversarios de
boda? ¿Existen todavía los amores platónicos? ¿Nos dará miedo ponernos
sentimentales?
Hablando hace poco entre amigos salió que la palabra “recordar” viene de cor,
corazón. ¿No es maravilloso pensar que el recuerdo sea algo guardado en el
corazón? Pero enseguida mi marido puntualizó que el recuerdo no tiene nada que
ver con el corazón sino con el cerebro (que, no es por nada, pero no tiene nada
de romántico, donde va a parar). Y otro amigo también apuntó que “incordiar”
tiene la misma raíz. Y así no se puede.
También apareció esta vena prosaica y materialista en una ocasión en que
empecé a recitarle a mi hijo la rima de Bécquer “tu pupila es azul y cuando
miras…” Me interrumpió enseguida para demostrarme que las pupilas son negras y
que, en todo caso, se diría “tu iris es azul”. Él es así, un amante de la verdad
pura y dura y déjate de pamplinas de ritmos y rimas en asonante.
Cuando se lo conté a uno de mis primos preferidos, que tiene dos hijas
jovencitas, me dijo que me alegrara porque, si a él se le ocurriera nombrarles
una rima de Bécquer, ellas dirían: “¿Dónde la oíste? ¿Quién es el cantante?
¿Está en disco o se puede bajar de Internet?”. Y otra vez, cuando le aconsejé
que llevara a su mujer a una cena romántica y le recitara baladas al oído, me
dijo que, si hiciera eso, su mujer lo llevaría ipso facto a urgencias de
psiquiatría de La Candelaria.
Y, sin embargo…
Y, sin embargo, lejos de Platón y de su amor ideal, mi sobrina y mis alumnas
del curso pasado leen apasionadamente “Crepúsculo”, “Luna nueva”, “Eclipse” y
“Amanecer”, la tetralogía de Stephenie Meyer que habla del amor real, intenso,
peligroso y, por supuesto, romántico entre un vampiro y una pálida mortal.
Y, sin embargo, lejos de la violencia de un Tarantino por ejemplo, se hacen
películas sobre las historias románticas e irónicas de mi Jane Austen (“Orgullo
y prejuicio”, “Sentido y sensibilidad”, “Persuasión”, “Emma”, “Mansfield Park”).
Y gustan a mucha gente (yo incluida).
Y, sin embargo, lejos del regalo de una batidora o de unas zapatillas de
felpa (que también), ninguna mujer se resiste a una flor (o, ya puestos, a un
diamante).
Y, sin embargo, lejos de las prisas y del tiempo medido, siempre nos
conmueven una mirada y una caricia tierna.
Y, sin embargo, lejos de la vorágine de la vida, hay personas que se paran,
miran alrededor y escriben un poema.
O como esta jubilada que, mira tú por donde, hace en su blog una reflexión
tan trasnochada que habla del romanticismo.
(Hace 4 años)
ResponderEliminarPues qué quieres que te diga, yo tengo 24 añitos, poco me queda para los 25 y creo en el romanticismo. Creo en los paseos por la playa cogidos de la mano, en ir juntos a ver los patitos del parque, en los besos al lado del mar, en los detallitos tipo "sé que estás con la regla, te traigo una tableta de chocolate y te doy mil mimitos", en los ramos de flores y las tartas de gominolas, en quedarse en el coche escuchando una canción romántica o que te digan "escucha esta canción, que cada vez que la oigo pienso en tí" y mil cosillas más, adaptadas quizás a los tiempos actuales, de acuerdo, pero romanticonas sin duda :)
El caso es, Sophie, que en este siglo del materialismo puro y duro es curioso el auge de la novela romanticona, de los culebrones de amores y pasiones, de películas de esas que te hacen llorar de puro sentimiento... Tal vez en los genes humanos está inscrito el gen del romanticismo, con vistas a la pervivencia de la especie. Creo que eso que cuentas le gusta a todo dios.
ResponderEliminar(Hace 4 años)
ResponderEliminarYo creo que equivocamos los conceptos, estimada Jane. Nombras una serie de obras literarias del XIX inglés como ejemplos de romanticismo. Uno recuerda con pavor el día en que fue llevado con engaños por su señora a ver Emma y que todavía no se ha recuperado del todo de semejante bodrio. Debe haber una literatura para mujeres -más sensibles serán- y otra para toscos varones -que tenemos fama de insensibles.
Para mí romanticismo es otra cosa: es pasión, lucha, libertad, sentimientos desbocados...
No nombras la que, para mí, es la mejor de las novelas de esa época que si es profundamente romántica. Me refiero, claro está a Cumbres borrascosas de Emily Brontë. Ahí si hay pasión y amor y un pesonaje, Heathcliff, con él que no puede uno dejar de identificarse.
Hace poco leí una lista de las 7 novelas más románticas de todos los tiempos (escrita por editores y escritores). Estaba "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen; "Cumbres borrascosas" de Emily Brontë; "Madame Bovary" de Flaubert; "Ana Karenina" de Tolstoi; "Rayuela" de Cortázar; "El amor en los tiempos del cólera" de García Márquez y "Los restos del día" de Ishiguri. Creo que el romanticismo es eso que nombras y más.
ResponderEliminarRealmente nombré películas que se han hecho en los últimos tiempos sobre historias románticas. "Cumbres borrascosas" es una novela maravillosa y, tienes razón, muy romántica. En película no he visto las nuevas versiones pero siempre recordaré la protagonizada por Merle Oberon y Laurence Olivier. Por lo que dices, estoy segura de que, a pesar de esa fama de los hombres (con la que tampoco estaría yo de acuerdo), eres muy sensible y también muy romántico (a pesar de "Emma").
(Hace 4 años)
ResponderEliminarY mira que yo me quedé contenta, pero leyendo tu post, ahora me asalta una duda:
¿ Es romántico que el día de los enamorados te regalen un enorme colchón de la linea Noctalia-Flex con no se cuantas prestaciones ó es sólo aprovechamiento mutuo ?. Consultalo por favor. Sobre todo por si tengo que pedir que me devuelvan la cena.
Consejos sobre regalos románticos sólo me acuerdo de los de San Valentín en "El día de los enamorados" y me parece que de colchones no decía nada. Pero tú no le hagas mucho caso, que él cobraba comisión de "Galerías Preciados"...
ResponderEliminar(Hace 4 años)
ResponderEliminarPues yo no creo en el romanticismo. Bueno en la línea de pensamiento si; en Goethe, Shelling, Larra, Bécquer... pero no en el amor romántico.
¡Cuanto daño ha hecho ese invento de escritores y que luego se apropió la industria del cine! ¡Cuantas mujeres muertas y maltratadas por aquello de "eres-el-amor-de-mi-vida" o "estamos-hechos-el-uno-para-el-otro"! ¡Cuantos egos heridos!
No, yo paso del amor romántico -ese amor que se juró eterno- yo creo en el día a día, en la construcción conjunta y continua del deseo y la querencia y el cariño. Yo quiero estar contigo (con ella o con él) porque quiero estarlo hoy y no por una proyección de aquello que sentí cuando leí Cumbres Borrascosas o Crepúsculo.
No creo en los grandes relatos de la historia dónde lo único que queda es la esperanza (de esperar algo). Y es que el romanticismo tiene algo de inconcluso, de carencia de insatisfacción. El amor romántico nunca es efectivo hoy, se proyecta siempre hacia un futuro. El amor romántico siempre espera algo.
Yo quiero querer sin esperar nada a cambio.
Por cierto me da la impresión que "recordar" viene de re-cordar, de volver a dar cuerda; de volver a poner en funcionamiento algo que paró.
Si el viejo Platón levantara la cabeza probablemente te daría la razón. Su ideal de amor a la belleza y a la perfección absoluta es imposible de alcanzar y él lo sabía, el muy ladino. Y, desde luego, no querría para mí un amor tipo "Cumbres borrascosas" o "Crepúsculo" (salvando las distancias). Quita, quita, tanto llorar y sufrir no debe ser nada bueno. Pero también Platón sabía que los seres humanos estamos hechos de esperanza (y por eso escapamos de la caverna) y, mal que nos pese, siempre aspiramos al para siempre, al final feliz y al the end de las películas detrás del cual siempre se esconde el ¿y después?. Estoy de acuerdo contigo en que es precisamente el después el que hay que ir trabajando día a día. Y es en ese día a día donde los detalles románticos (como los que apunta Sophie o incluso Ancaria con ese colchón y esa cenita de enamorados) tienen su razón de ser.
ResponderEliminarMuy original la etimología de "recordar". Se lo diremos a los filólogos para que lo tengan en cuenta como otro posible origen.
Un saludo, Couk. Siempre es un placer leer tu opinión.
Yo creo que en eso del romanticismo ,las xx somos diferentes a los xy, quizás porque a más carga genética femenina, más afición a los momentos románticos. Por ejemplo, en ocasiones pongo velas por todos lados para dar ambiente cálido y mi marido comenta "vas a quemar la casa" o si le pido que diga algo tierno comenta "palomita mía",siempre la misma frase, sintiendose Guillermo Shakespeare mientras engulle satisfecho su cerveza preferida. Pienso que el romanticismo es herencia hereditaria de Eva aunque de vez en cuando surja algún varón que rompa esta regla. Besitos, Jane
ResponderEliminarNo sé, Tona, mi padre era un romanticón a la hora de hacerle poesías a mi madre. Y ella, en cambio, se partía de risa con las rimas de él. También depende mucho de la educación recibida, si vieron en su casa un ejemplo paterno parecido (mi abuelo era poeta) o no. En casa de los padres de mi marido no era costumbre hacer regalos nunca y no veas lo que me ha costado "educarlo"... Pienso que no depende de ser hombre o mujer, sino de ser personas más sensibles, más pasionales, más emotivas...
ResponderEliminarDesde hace mucho tiempo, descubrí que soy una romántica empedernida e incorregible. Que, aunque me hago la dura, cuando leo un libro o veo una película con esas temáticas, más de una vez se me escapan unas lagrimitas o se me forman nudos en la garganta. Y si no tienen un final feliz, ya ni te cuento. Es como si me pasara a mí todo lo que le ocurre a los protagonistas.
ResponderEliminarSin embargo, cuando lo que se cuenta tiene poco que ver con el romanticismo, y no me gusta mucho, suelo centrar mi atención, por ejemplo, en el estilo literario del autor o en cómo ha organizado su trama, si se trata de un libro. Y si es una película, me fijo en la calidad de la fotografía, la banda sonora o el color dominante. Con las románticas lo que me puede es , por encima de todo, la historia que se relata y, ahí, estoy perdida. Y lo peor es que, a medida que me hago mayor, en vez de ir curándome de esta debilidad, lo que me ocurre es que se me agudiza.
En el apartado del cine, además de las que nombras como prototipos de las románticas de toda la vida, yo incluyo en mi listado la épica y sin par "Lo que el viento se llevó", con ese Rhett Butler arrebatador, y que debo haber visto, reído y llorado en una veintena de ocasiones. De las más actuales, y muy por encima del resto, me puede la muy denostada por los "expertos", Pretty woman, también vista y llorada tantas veces, o más, que la del Viento.
Creo, Jane, que estos últimos síntomas son inequívocos de que mi debilidad va a más, degenera y no tiene curación. ¡Qué se le va a hacer...!
Ay, Chari, qué te voy a contar... Me acabo de regalar por mi cumple las 6 horas de "Orgullo y prejuicio" que editó la BBC y esta semana que he tenido a los nietitos a tiempo completo ya nos hemos pegado 3 capítulos. El Terro y Susanita ya saben quiénes son Darcy y Elizabeth Bennet (y deseando ver el resto). Lo malo es que, por más que ves una películón de esos, lloras en los mismos momentos, y yo de unas lagrimitas, nada; son lagrimones como puños. Cuando quieras, nos vamos a llorar a gusto ¡Qué bien se pasa!
ResponderEliminarPD: Yo también me lo paso bien con "Pretty woman", "Armas de mujer", "La reina de África", "Sucedió una noche", "French Kiss", "Mientras dormías", "Sabrina"...
El escrito interesante como siempre pero el debate posterior es enriquecedor y divertido...
ResponderEliminarGracias, Juan. Sobre todo por esos debates escribo un blog. No es como estar en clase pero se le parece: las distintas opiniones, los comentarios divertidos, el poder hablar con un montón de gente... Es una gozada.
ResponderEliminarSe ha perdido totalmente el romanticismo, la mayoria de la juventud va a lo practico.
ResponderEliminarMarta, pienso que en todos los momentos de la historia ha habido espíritus prácticos, más realistas (más aristotélicos) y espíritus más idealistas y románticos (más platónicos) ¿Hay más tendencia ahora a lo primero? Acuérdate en siglos pasados como lo normal eran los matrimonios concertados y no como ahora en el que todo el mundo supone que si estás con alguien es porque lo quieres. En el siglo XXI ¿los jóvenes miran más el dinero o la posición de su futura pareja que la atracción, la química? Por lo que veo en mi entorno, no lo creo así.
ResponderEliminarAporto mi granito de arena, creo que en el fondo todos somos románticos, pero los hombres lo disimulamos por entenderlo como debilidad y las mujeres modernas por parecer mas duras, mas independientes. Creo que en algún momento hombres y mujeres hemos disfrutado de caricias en las manos, de besos pudorosos que lo dicen todo, abrazos transmitiendo vibraciones reales. Se puede llamar romanticismo, seducción, el arte del detalle, el arte de una conversación, pero todo esto es eterno. Pero cada uno lo valora a una edad determinada. En fin que el Romanticismo no ha muerto, tan solo está escondido.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu comentario, Malamente. Creo que tienes razón y que, además, hay tendencias en la sociedad. En un momento se pone de moda el tipo duro o el tipo de chica de vuelta de todo (en el cine hay un montón de ejemplos, desde John Wayne y Lauren Bacall), y en otros, los más románticos. Pero es verdad que nada de eso tiene que ver con el arte de la seducción ni con la química que se transmite cuando dos personas se enamoran. Estoy de acuerdo contigo: eso es eterno.
ResponderEliminarIsa, la primera vez que oí a Mane decir "Que luna", contemplé un precioso espectáculo, y aún estaba mirando al cielo y pensando que era un chico romántico, cuando oí "Para patos". ¿Para patos?. Si, para cazar patos en las marismas del Guadalquivir, con luna llena es cuando se ven. No, verdaderamente el románticismo no va ligado al cromosoma "Y".
ResponderEliminarJa, ja, tienes razón, a los cromosomas Y hay que educarlos un poco. Como decían (antes) mi hijo y sus amigos, primero el fútbol y después las pibas. Y luego se asombraban de los enfados de ellas y decían: "Es que a las chicas no hay quién las entienda".
ResponderEliminar¿El romanticismo no es una exaltación de un sentimiento? En su justa medida me encanta esa exaltación.
ResponderEliminarY a mí también, América, a mí también. Sin sentimientos y sus correspondientes exaltaciones no somos nada.
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