martes, 6 de marzo de 2012

Extrategueste




Llevo 30 años viviendo en mi pueblo, Tegueste, y nací a sólo 5 km., en La Laguna. Y, sin embargo, para las gentes de aquí, soy de fuera. Soy “extrategueste”.

En la farmacia, en la carnicería, en la pescadería, en la gasolinera donde todos los días compro el periódico me conocen por mi nombre. Los arreglos de ropa me los hace una vecina que también a veces me regala huevos de sus gallinas y vino de su cosecha. En la peluquería hablo con más gente de aquí y nos contamos nuestras vidas. ¿Soy extrategueste?

Estoy como vocal en una Asociación de Vecinos defendiendo, entre otras cosas, que en uno de los parajes más fértiles del pueblo y frente a la preciosa iglesia del Socorro, una de las más antiguas de Tenerife, no vayan a poner el Polígono Industrial que intentan encasquetarnos. ¿Soy extrategueste?

Algunas mañanas camino por las calles tranquilas de mi pueblo, viendo a los que se paran a hablar como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Oigo las campanas de la Iglesia de San Marcos. Me maravilla y me congratulo de que todavía existan, en estos tiempos en que se ha abandonado tanto la agricultura, huertitos de papas y cebollas, perfectamente ordenados, casi al lado de la calle principal. ¿Soy extrategueste?

Otras veces, por seguirles la corriente, ejerzo de extrategueste total. Paseo hasta el Puente de palo, donde se originó el pueblo, o me llego hasta el Barranco Agua de Dios en el que los guanches, hace 2500 años, encontraron el paraíso: un sitio seguro para vivir, con cuevas amplias, agua todo el año, pastos para el ganado y una rica vegetación de palmeras, laureles gigantes y dragos. Hago hasta fotos, como buena extrategueste.

¿De dónde soy? Sólo viví en La Laguna los dos primeros años de mi vida. En Santa Cruz viví 27 años, los de mi infancia y juventud. Cuando paseo por sus calles voy reconociendo mis raíces. En Madrid viví 4 años y, cuando vuelvo, me encuentro cómoda porque conozco el carácter abierto de la ciudad y sus entresijos. En la Laguna trabajé 22 años y me siento lagunera cuando voy enredándome a hablar, por calles y plazas, con todos los conocidos que encuentro, que son muchos… Pero todos tendrían motivos para considerarme “de fuera”.

“Eres de allí de donde sea tu corazón”, diría una frase cursi. Pero, si cada uno de estos sitios tiene un trocito de mi corazón, ¿cuál reclamaría como mi origen? ¿Somos de dónde nacemos, que, al fin y al cabo, fue fruto de la casualidad? ¿Somos de todos sitios? En lo que soy están presentes mis rincones de juegos, mi colegio, los años de universidad en Tenerife y los de Madrid, sacudidos por los últimos jadeos de la Dictadura; están mis veranos en otras islas; están los sitios en los que he trabajado y las casas en las que he vivido; están, siempre, mi familia y mis amigos; están mis lecturas y mis viajes; y está este pueblo, apacible como todos los pueblos, en el que, al despertar en estas mañanas frías, oigo el silencio y los pájaros cantar.

¡Anda ya, qué voy a ser yo extrategueste!







(Las fotos las hice yo, como buena extrategueste, en mis caminatas por el pueblo)

26 comentarios:

  1. Precioso post y preciosas fotografías, querida "teguestera de adopción", aunque parezca (por lo de extrategueste) que no te adopten demasiado por esa bendita tierra.
    ¿Qué de dónde eres?. Por lo que cuentas, yo diría que de todos esos sitios, a la vez. Y diría más: habría que considerarte más de dentro que de fuera. Sobre todo, porque en todos ellos te has integrado con fuerza y con gusto, ¿verdad?.
    Ya me encantaría a mí ser tan universal como lo eres tú, porque eso lo que ha hecho es enriquecer tu vida y darte muchas vivencias que, los que somos de un solo lugar y hemos permanecido siempre en él, jamás tendremos.
    Así que: ¡Anda ya, qué vas a ser tú extrategueste!. Lo dicho, magnífica entrada.

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    1. Lo de ser de un solo sitio no está mal, siempre que tu mente abarque el mundo entero. Mira, si no, a los filósofos. Mientras Descartes fue un "pasiantín" que se recorrió Europa, Kant no salió nunca de su Königsberg natal. Y, sin embargo, fue capaz, allá por el siglo XVIII, de dar clases, en su Universidad, de Geografía de Inglaterra, y con una minuciosidad que ya quisiera el Google Earth. Cuentan que un inglés que asistió a su clase le preguntó que cuántos años había vivido en Inglaterra para conocerla de esa manera.

      Las fotos las hice ayer, 6 de marzo por la mañana y, la verdad, el día acompañó porque, como ves, era de un luminoso que reconfortaba (hoy, en cambio, está nublado). Y gracias por tus palabras, tú siempre tan animadora. Un beso.

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  2. Estimada Jane, ya lo decía Machado: No importa donde se nace, lo importante es donde se pisa. Entonces para mí pisar es sentir, es amar el lugar donde nos desenvolvemos, es reencontrarnos con cada recoveco donde se esconden parte de nuestras vivencias. Este país lo siento mío, es mi percepción. ¿ Pensarán igual quienes nacieron aquí?. Al menos siento el orgullo de saber que conozco su geografía de arriba hasta abajo y desde un lado al otro; pero lo más importante, conozco a sus gentes, sé de los sabores de sus fogones, de sus gentilezas, de sus creencias. Por eso no me considero extranacional o "musiú", soy parte de esto y trabajo por la oportunidad de tener días más tranquilos y provechosos. Una vez más te has lucido con tu excelente narrativa. A cuidarse pues.

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    1. Pertenecer a un sitio y amarlo no excluye amar otros lugares. El mundo es ancho y hermoso y es nuestro hogar. Me han gustado mucho, Agroteide, tus palabras, tan sensibles y tan bellas. Supongo que conoces el homenaje que el cantante Braulio hace desde aquí a Venezuela. Por si acaso no, ahí va: "Se equivoca quien sostiene / que son siete nuestras islas / y se olvida que hay otra, / la que forman los canarios / que siguieron la llamada / de la América remota. / Otra isla de nostalgia / en la inmensa exuberancia / de esa tierra generosa, / donde viven y se afanan, / donde mueren, donde aman / tanta gente compatriota. / Venezuela siempre ha sido / para el hombre de mi tierra / la esperanza que convoca... ".

      ¡Qué suerte que haya personas en todo el mundo que prescindan de lugares de nacimiento y hagan suyo cualquier lugar para, como dices, trabajar en él y lograr "la oportunidad de tener días más tranquilos y provechosos"!

      Un abrazo y a cuidarse también.

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  3. Me ha gustado mucho el blog. La verdad es que yo también tengo que contar todos los sitios donde he vivido: La Laguna, Santa Cruz, Freiburg, Estrasburgo, otra vez Freiburg y, ahora, San Francisco. ¡No está mal! A ver dónde toca la próxima mudanza. Un besito muy fuerte.

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    1. Y eso que no cuentas, Jesús, que has pisado en tus viajes, igual que mi hijo, los 5 continentes. El mundo se ha hecho, para la juventud de ahora, de un tamaño más acorde a nuestra capacidad de abarcarlo. Y me dan envidia, no te creas, porque no me veo yo tan movible a estas edades. Lo que si es cierto es que tal vez han llegado ustedes al ideal griego de ser "cosmopolitas", esto es, ciudadanos del mundo. Disfrútenlo y un beso muy fuerte.

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  4. ¡ Y yo que siempre creí que los extrateguestes eran los tejineros! Mira por donde "Ud no es de aquí".

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    1. Para algunos teguesteros, "extrateguestes" son hasta los de El Vaticano.

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  5. Juan Pérez Pérez4 de marzo de 2016, 10:09

    Me parece que uno se siente de aquel lugar, siempre y cuando sea feliz en él. No sólo me refiero a que estés bien con los tuyos y que la vida sea te vaya de color de rosa. Creo que lo que te rodea es lo que te hace sentirte de un lugar o de otro.
    También es verdad que a veces te irritas con lo que ves a tu alrededor y que te dan ganas de mandarte a mudar.Pero sobre todo lo que que mas te enfada son aquellos que se creen los únicos a considerarse de un lugar, bien sea porque nacieron allí y siguen, o bien porque sus ancestros viveron allí, y te miran por encima del hombro como si fueras un extranjero o un extrategueste. Seguramente esos son los peligrosos.
    Un beso Jane.

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    1. Nos pasa muchas veces que, precisamente los lugares que amamos, desearíamos que fueran perfectos, y da pena y rabia verlos echaditos a perder. Pero, como dice Agroteide, a luchar por que vayan mejor. Y, ya puestos, por que el mundo entero vaya mejor.

      Y tienes toda la razón: son peligrosos aquellos que usan los pronombres "nosotros" y ellos", resaltando las circunstancias que nos separan (tan inconsistentes como el lugar de nacimiento), más que las que nos unen. Recuerdo que los familiares de una victima (nacionalista) de ETA echaron en cara a los asesinos que habían matado "a uno de los nuestros". Hubiera sido más sensato decirles que habían matado a un ser humano.

      Un beso, Juan.

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  6. Los lugares donde has vivido te dan un impronta facial dificil de disimular: Imaginense una calle de Oslo, bastante lejitos de aquí. Yo iba tan tranquila y se acerca una chica y me dice en inglés que le compre una revista para no se qué ONG. Pensando que me la iba a quitar de encima superfacil, le dije :I dont understand (no se siquiera si se escribe así) a lo que la chica me contestó: ¡anda, si eres española! tuve que admitir que sí , y me pregunta- ¿canaria?.Pues sí, le dije. ¡Hala, me contesta, yo soy de los Realejos! Y yo Lagunera, le contesto.Por supuesto le compré 5 revistas ¡faltaría más con un compatriota!

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    1. Cuando vas por esos mundos es cuando más te das cuenta de lo tontos que son los piques entre pueblos. Vamos, que te encuentras con otros canarios, con otros españoles o con otros que hablen tu idioma y es como encontrarse con un hermano perdido. Yo me he encontrado en Budapest, en un restaurante, con que en todas las mesas se hablaba español y en una había dos parejas de mi pueblo (a las que yo no conocía); he encontrado a canariones en Frankfurt y a laguneros en Estambul. Y mi hermana, en Noruega como tú, me contó que, una vez que fueron a comer, el camarero llegó y les dice: "Si vienen a comer conejo en salmorejo aquí, lo llevan claro": otro tinerfeño perdido por ahí. Estamos todos repartidos por el mundo y ojalá en ningún sitio nadie se sienta extraño.

      ¡Y, anda, eres lagunera como yo!

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  7. En Francia se pretende endurecer la adquisición de la nacionalidad, hasta 5 años de residencia si se trabaja o 10 si no, pero eso que cuentas de Tegueste es todavía peor, ¿con 30 aún no te han concedido el pasaporte teguestero? "Catalán es aquel que vive y trabaja en Cataluña", decía Jordi Pujol (no sabemos si también lo pensaba) . ¿Por qué en Tegueste no ocurre eso? Pues Jane yo creo que si has tenido la oportunidad de conocer tantos sitios diferentes, y aún así has elegido ese precioso pueblo que es Tegueste para vivir, yo creo que mereces sobradamente que los teguesteros de pura cepa te concedan ya la teguestería honorífica!

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    1. Yo estoy reuniendo puntos, no te creas. No fallo los domingos en el mercadillo, voy a ver las carretas en abril, conozco personalmente al alcalde, voto, pago y gasto aquí... Yo creo que con otros 30 añitos más consigo el pasaporte teguestero, ya verás. Un abrazo.

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  8. Tú lo que eres es muy lista, que anda que no vives en un sitio bonito, ni nada.

    Me has recordado una película de los Países Bajos "Antonia", la protagonista vuelve a su pueblo, y ahí le hablan del "forastero" (o el extranjero) o algo así, que no era aceptado del todo, porque solo llevaba ahí 20 años.

    Cada día estoy más convencida que lo qué más amplitud de miras da es, no solo viajar, sino vivir en otro sitio, aunque sea tres pueblos más allá, o dos barrios más acá, pero saber que no todo es igual en todos sitios.

    Sobre todo si ese tiempo se estuvo con los ojos bien abiertos, como es tu caso, seguro.

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    1. Sí, la verdad es que el pueblo es muy bonito y hay muchos extrateguestes que lo hemos adoptado como propio, digan lo que digan los teguesteros de nacimiento. Y, aunque tienes razón en eso de que no todo es igual, Miss Marple diría lo contrario que tú: que la naturaleza humana es la misma en todas partes y los tipos son repetibles. Ahora he estado viendo pueblitos de Castellón (Sant Mateu, Morella...) y hay cosas que me recordaban a mi pueblo ¡y hay otras tan distintas! Qué bien disfrutar de lo propio y lo foráneo.

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  9. Flor Delia Conde Javier4 de marzo de 2016, 10:18

    Una es de donde te sientes.Suele coincidir con una parte de la infancia que tanto marca.

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    1. Es verdad que la infancia marca. Son apenas 10, 12 años en tu vida y, sin embargo, cuánto duran esos años y su influencia. Luego cada uno sigue su camino y a lo mejor te recorres el mundo, pero, como les escribí yo a mis amigas de entonces (que siguen siendo amigas ahora), "siempre nos unirán las voces de la infancia y el eco de las risas en los laureles del patio del colegio".

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    2. Flor Delia Conde Javier4 de marzo de 2016, 13:16

      Exacto....se graban a fuego ,de ahí que los mayores aún demenciados ...sólo recuerden con claridad ,ésa memoria anterograda...el inicio de la vida marcado en los sentidos.Buen día

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    3. Y la música de entonces. A mi madrina con 90 y pico años se le olvidaba lo oído la semana anterior, pero te podía cantar "Lo divino" que aprendió de pequeña en las rondallas sin equivocarse una coma.
      Buen día, Flor.

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    4. Creo recordar que una vez participé diciendo que mi corazón está dividido.Siento verdadero amor por éste país, que no me vió nacer pero " casi". La primera vez que llegué a él tenia escasamente 20 meses más o menos. Me afecta enormemente todo lo que estamos pasando,como si verdaderamente hubiese nacido aqui.Por otra parte,siento en mi corazón un vuelco,cuando veo desde el avión , en la lejania la silueta del Teide gigante,que también lo siento mio, y siento una nostalgia enorme cuándo al regreso lo dejo atrás.....o sea como dice una canción "No soy de aqui, ni soy de allá pero tengo edad y espero que también tenga porvenir!!!!!!!. Un beso

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    5. Sí, Ligia, tienes "el corazón partío", por seguir con las canciones. Porque, además, la infancia y la adolescencia, los dos periodos que más te marcan en la vida, los pasaste entre los dos países. Pero piensa que, al mismo tiempo, experimentar dos maneras de vivir ha enriquecido tus perspectivas y te ha abierto al mundo. Considéralo un privilegio.
      Un besote.

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  10. Hay que ver qué de vueltas nos hace dar la vida... Yo por mi parte, caraqueña... con aires caribeños, palos de agua, hablar cantarín... hasta los 11 bajo una burbuja de superprotección... del colegio a casa... de casa al colegio... alguna tarde en el parque del este, al cine en el silencio, el junquito, a la Guaira y poco más... Quedan en la pituitaria los olores y en las papilas los sabores... los tamarindos, mamones... la luz y los árboles tropicales, el sentarte en un banco a ver la lentitud del perezoso en la rama... Venir a Icod 4 años, todo el bachillerato hasta 6º... El despertar... la obtención de la libertad, la pandilla... el primer flirteo... el "BESO"... Ya en el 75 La Laguna... y luego S/C... con estancias cortas allá... acá.. vacaciones... Qué de vueltas te da la vida... Al final... uno es de cada vuelta... el recuerdo que espera rememorar en el siguiente recodo... Extrategueste? no... In itener ife... Siempre in itinere... Y la de vueltas que quedan...

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    1. Me ha gustado mucho, Gladys lo de que "al final, uno es de cada vuelta". Porque es verdad, cada una de esas vueltas ha hecho de nosotros quienes somos. Y una te aportó la seguridad de la niñez y los puntos de referencia, y otra la aventura y la curiosidad, y otra de más allá, las opciones y la capacidad de elegir. Estamos en el camino y se hace camino al andar.
      Y también contigo: espero que queden muchas vueltas.

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  11. María Estrella Martín Arroyo13 de marzo de 2016, 19:04

    Nunca se olvida donde pasaste tu niñez y mas aun si fue feliz, donde viviste otros recuerdos y donde vive, amas al pais donde estas pero nunca se olvidan esos cachitos de tierra en el mar ni su gente ni "na"

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    1. Y mira, María Estrella, que la niñez no dura tantos años. Y sin embargo, qué profundos son los recuerdos, cómo nos gusta evocarlos, qué influencia tan grande han tenido en nuestra vida... Camus decía que no era resentido ni envidioso gracias a sus años de niñez: "El sol que brilló sobre mi infancia me privó de todo resentimiento". Somos en parte el niño que fuimos.
      Encantada de tu visita.

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